Resonancias de la exhortación Laudate Deum del papa Francisco

Resonancias de la exhortación Laudate Deum del papa Francisco
El papa Francisco hace un nuevo llamado a la humanidad.

La iglesia puertorriqueña tiene que insertarse en el estudio, oración y reflexión del asunto del cambio climático. Este documento es una oportunidad histórica.

El pasado 4 de octubre el papa Francisco publicó la exhortación apostólica Laudate Deum (Alaben a Dios) la cual podríamos considerar que es parte de la propuesta que ya hiciera con la publicación hace ya diez años de la Carta encíclica Laudato Si. Esta última es una verdadera propuesta de renovación y reconstrucción de la relación ser humano/naturaleza. En Laudato Si Francisco propone una ecología integral que nos permita reconstruir la relación con la naturaleza. 

El día de san Francisco de Asís (4 de octubre), santo de la naturaleza y el cual ha iluminado su papado, hace un nuevo llamado a la humanidad con Laudate Deum para acabar de salir de las mentiras de los negacionistas sobre el cambio climático. La negación de esta realidad que atenta contra la misma vida humana es sostenida por políticos, cristianos/as, medios de comunicación, profesionales, empresarios/as, entre tantos y tantas otras.

Con su acostumbrada claridad de mente y espíritu nos plantea, nuevamente, su preocupación del calentamiento global diciendo, “Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana” (LD 3). Entendamos, se trata de un asunto relacionado a la dignidad y la vida de nosotros/as.

El documento es corto, solo tiene 24 páginas en un lenguaje sencillo y “directo al grano”. Me pregunto si las parroquias católicas serán capaces de organizar espacios de estudio siendo un documento corto. ¿Se hablará de ese documento en las prédicas? Se trata de la dignidad humana como hijos e hijas de Dios. Se trata de la vida en su diversidad de formas.

El dedo en la llaga

A partir del número 5 de la exhortación inicia una revisión del contexto actual del reto más grande que enfrentamos como humanidad: el cambio climático. De inmediato comienza con una crítica a los negacionistas. A nivel local los/as tenemos también: políticos/as, partidos políticos, medios de comunicación, profesionales, intelectuales, maestros/as, cristianos/as, pastores/as, sacerdotes, ciudadanos/as y tantos y tantas más. La lista de los negacionistas es bastante amplia.

En el LD 9 vuelve su mirada y defensa a los preferidos del Señor: los/a pobres. ¿De que los defiende? De quienes responsabilizan a los empobrecidos/as de los problemas de la destrucción de la naturaleza y el cambio climático. Dice, “pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres” (LD 9).

Del LD 11 hasta el numero 14, presenta las causas humanas del calentamiento. Lo hace con fundamentos científicos. Lamenta que la crisis climática no interesa a los grandes poderes económicos. Asunto que hoy es evidente y verificable. Son los que se adueñaron y poseen las riquezas del planeta. Aunque no lo menciona, sabemos que el modelo económico responsable de la crisis ecológica global es el capitalismo neoliberal. Su modelo de producción se sostiene en el consumismo irracional que no entiende que los recursos naturales son limitados. Por tanto, en ese modelo no se aplica la ética, la moral y menos la solidaridad. Antepone el lucro al bien común y acomoda a “su imagen y semejanza” la comprensión de lo que es la dignidad humana. Este modo de producir es el que atenta contra todas las formas de vida.

De seguro que aparecerán los/as que dirán que el papa Francisco se está “metiendo en política”. Y para ellos y ellas… sí, se está metiendo en Política (con P mayúscula). No en la politiquería (con p minúscula) desde la cual emiten su juicio. Y tristemente también son quienes desconocen la doctrina social de la Iglesia. Tristemente, “la mentira se ha encarnado y habita entre nosotros/as”.

A partir del LD 15 hasta el 19, nos advierte sobre los daños y riesgos. Advierte, no algo que sea una apreciación del papa Francisco, sino que es de la ciencia, que algunas manifestaciones ya son irreversibles. El daño está hecho. Al final de esta sección nos repite lo que ha expresado en múltiples ocasiones; “todo está conectado” y “nadie se salva solo”.

El paradigma tecnocrático

Aquí hay una visión profética de una nueva amenaza ideológica que pulula entre izquierdas y derechas, entre capitalistas y estatistas. Se trata del paradigma tecnocrático. Las palabras del papa Francisco son precisas en el LD 20; “En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico»”.

Esta parte del documento es de suma importancia y aunque no parece hablar del modelo económico global hegemónico que es el capitalismo, sabemos que quien es el portaestandarte de del paradigma tecnocrático es ese modelo económico.

En Puerto Rico se “vende” de manera permanente que hay que educar de acuerdo con lo que “necesita el mercado”. Que las universidades tienen que educar para las empresas. Los mejores incentivos del gobierno están dirigidos al empresarismo de la “innovación” y lo “tecnológico”.

¡Imagínese! Un sistema educativo no para formar un ser humano con valores, ético, solidario y virtuoso… ¡no, eso es anticuado! ¿Por qué esto? Porque en el fondo la concepción antropológica y filosófica es la del paradigma tecnocrático en que el bien y la verdad están definidas por el poder tecnológico y económico que es como se puede ser feliz. Por eso hay que educar para que el sistema de educación responda al mercado y a las empresas. Es decir, supone que la comprensión tecnocrática explica y da sentido a la verdad, la vida y todas las demás realidades. ¡Peligroso!

Del número 20 al 23 y en un lenguaje sencillo y a la vez revelador e iluminador, pone “el dedo en la llaga” otra vez sobre la amenaza de este nuevo paradigma el cual sustituye a cualquier otra verdad. La tecnología resuelve, explica y da respuesta y sentido a todo. ¿En serio?

Luego nos propone repensar el uso actual del poder. “No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Basta pensar en las tecnologías “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias”. Esto lo hace en 5 puntos para ayudarnos a revisar qué es el poder, cómo lo entendemos y cómo lo usamos. Luego inserta una reflexión sobre lo ético de estas “formas modernas” de entender la realidad y la misma vida.

En el número 31 hace otra referencia al modo en que se entiende la economía y del modo en que la hacemos. Y esa forma es responsable de la destrucción de los recursos naturales que experimenta la humanidad.

El capítulo 3 La debilidad de la política internacional es una crítica constructiva ya que muestra que está derrumbándose su credibilidad. Las guerras imperiales actuales son evidencia de eso. Revisa el concepto del multilateralismo que hoy está distorsionado. Y propone algunas ideas para renovar la política internacional de la siguiente forma: “Hablemos sobre todo de «organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales».

El capítulo 4 parecería una llamada de atención a las conferencias globales sobre el clima y sus avances y fracasos. Hace una revisión somera de estas conferencias y menciona algunos fracasos de la misma humanidad en esas “sentadas” que no adelantaron nada. Una de estas es la Copenhague (2009). Leonardo Boff, el teólogo brasileño, reflexionó sobre el resultado de esta conferencia y concluye que lo económico, desde la lógica capitalista, se impuso. Las acciones éticas y por la vida fueron derrotadas.

De la conferencia sobre el clima (COP28) celebrada en Dubai, el papa Francisco hace un llamado a la esperanza dada la importancia del tema para la vida humana. Como si nos advirtiera que en esa conferencia “se nos jugaba la vida”. La conferencia se dio y poco, o mejor, casi nada pasó.

Finalmente, en el capítulo 6 nos ofrece pistas para cambiar esta realidad de muerte hacia nuevos horizontes de vida. Nos recuerda; “que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas”. Resaltó que el comienzo de esta transformación inicia con una nueva conversión personal. Desaprender las mentiras y trampas de esta modernidad y aprender otra forma de sentirnos y de pensarnos que nos permitan hacer nuevas todas las cosas.

UNA PROPUESTA A LA CONFERENCIA DE OBISPOS CATÓLICOS DE PUERTO RICO

La iglesia puertorriqueña tiene que insertarse en el estudio, oración y reflexión del asunto del cambio climático. Este documento es una oportunidad histórica para que la iglesia local sea un rayo de esperanza. Aunque existen iniciativas comunitarias en esa dirección, es momento de que también la iglesia católica se inserte de manera masiva en la discusión del tema.

Propongo a la Conferencia Episcopal Puertorriqueña que haga un llamado a todas las parroquias del país para que se estudie esta exhortación del papa Francisco. Se trata de la vida nuestra en el planeta.

Presione para acceder al texto completo de la exhortación apostólica Laudate Deum


Sobre Nelson Reyes-Del Valle


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