Por Eric Rossner Marrero

El nuevo Código Electoral de Puerto Rico bajo la Ley Núm. 58 de 20 de junio de 2020, tiene como uno de sus propósitos “Proveer a los partidos políticos y a los candidatos un marco legal que garantice sus derechos federales y estatales en razonable balance con los derechos individuales de los electores”.

Precisamente, la iniciativa de los cuatro legisladores del Partido Popular Democrático (PPD) y los dos del Nuevo Progresista (PNP) al pedir la descertificación de los candidatos nacionales del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) a través del tribunal, rompe con el espíritu del balance entre los derechos individuales del electorado y los derechos estatales y federales de las y los candidatos. La decisión del juez Anthony Cuevas prácticamente invalida un ejercicio democrático del derecho al voto contenido en el mecanismo procesal llamado método alterno, rompiendo con una relación natural que existe en todo país que aspira a ser democrático y participativo. En el caso de Victoria Ciudadana, este mecanismo fue aprobado por el Consejo Ciudadano Nacional y por el expresidente de la comisión estatal de elecciones Francisco Rosado Colomer, lamentablemente parece que este dato no fue suficiente para el tribunal.

He leído publicaciones de “analistas políticos” donde, aunque dicen no estar de acuerdo con la determinación del juez, enarbolan con astucia política el subterfugio utilizado por los cuatro legisladores del bipartidismo afianzando la agenda de restar derechos democráticos. Esta agenda, disfrazada de justicia, tiene como fin el silenciar a un pueblo que está cansado del atropello y la corrupción.

Así como el código electoral del 2020 fue aprobado meses antes de la elección, la Ley 53 o Ley de Mordaza creada en 1948, fue aprobada también meses antes de la elección de ese año. Ambas leyes, la 53 del 1948 y la 58 del 2020, interfirieron de forma negativa en un proceso democrático tan importante como lo es la elección general. La aprobación de la Ley de Mordaza se basó en teorías de conspiraciones para “derrocar un gobierno”, cosa que nunca fue probada. En aquel entonces, Puerto Rico se sumergió en paranoias y delirios que terminaron lacerando el derecho a la libre expresión y la libertad de reunión hasta llegar al carpeteo.

Deberíamos cuestionar a los legisladores que impugnaron las candidaturas del Movimiento Victoria Ciudadana en los tribunales si sienten que tenemos una “conspiración” para derrocar el gobierno del bipartidismo. Es que la determinación del juez Anthony Cuevas tiene como efecto revivir la Ley de Mordaza. Dicho argumento me lleva a la reflexión sobre las estructuras de poder que a su vez están a cargo de nombrar a los jueces en Puerto Rico. Si la agenda colectiva de estos círculos de poder se siente amenazada electoralmente en las próximas elecciones, ¿qué podemos esperar de la judicatura? Temo que justicia, no será. Decisiones como ésta laceran aún más la confianza del pueblo en las instituciones que están llamadas a velar por algo tan valioso como lo es la democracia de un país.

Lo digo, no solo por el caso del Código Electoral, sino también por otras instancias en que personas vinculadas al MVC han tenido experiencias desagradables y de evidente discrimen en los tribunales.

Un ejemplo de esto es el caso de la legisladora municipal de Dorado, la honorable Yamira Colón Rosa, quien se enfrenta a un caso en el Tribunal Municipal de Toa Alta por una supuesta difamación. Los querellantes son una familia millonaria y poderosa dedicada al desarrollo de comunidades de lujo en el pueblo de Dorado. Lo interesante de todo esto es que la información en el alegato de los querellantes proviene de la oficina del Contralor Electoral y es pública para la ciudadanía. Se pretende utilizar los espacios de los tribunales para intentar acallar denuncias. A su vez, la libertad de expresión se ve amenazada cuando ni siquiera podemos utilizar documentos públicos para realizar tales denuncias.

Parecería que de 1948 a 2024 las cosas no han cambiado. El efecto mordaza se refleja hoy en el limitado ejercicio de la democracia que nos acecha. Sin embargo, al igual que las y los perseguidos y amordazados de 1948, el Movimiento Victoria Ciudadana resistirá y triunfará. La Alianza es más poderosa que el miedo y aunque algunos traten de sacarnos de carrera, en noviembre seremos parte de las alternativas que tiene el pueblo para cambiar el rumbo de nuestro país.

¡Mordaza, nunca más!

Maestro en el DE, miembro de la Federación de Maestros; Candidato a la Cámara de Representantes por el Distrito 11 (Dorado, Vega Alta y Vega Baja) por el Movimiento Victoria Ciudadana.

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