Un Verano sin luz
Por Delvis Griselle Ortiz
Vaya Verano que hemos tenido entre la intensidad apasionada de Bad Bunny, (intenso y refrescante) y su “Verano sin ti”, los apagones, las protestas y aún no termina la temporada de huracanes.
Tenemos tantos frentes, todos amenazando nuestro futuro, nuestro diario vivir, nuestra seguridad alimentaria, salud mental, educación y hasta el derecho a vivir en esta isla que nos vio nacer. Sobreviviendo a todo esto es claro que somos héroes de esta tierra.
Este verano que muchos esperaban fuera algo así como el del 2019, con una multitud indignada, imparable y poderosa por el abuso monumental de LUMA se ha tropezado con el frente unido económico-gubernamental a favor del contrato.
La corrupción está sembrada detrás del trono hace décadas. Opera como una mafia organizada. Con planes a largo plazo y todo friamente calculado.- Ricky sí pero LUMA no.
Así de año en año y un día a la vez hemos perdido demasiadas cosas que nos costó mucho construir. La más dolorosa para mí, la educación. “Nos quieren brutos” me decía una vecina hace poco y debo decir que su cara de decepción y angustia me rompió el corazón.
El caso es que si voy una a una no acabo. Ahora parte de nuestra población vive atormentada por las continuas interrupciones del servicio de energía eléctrica, y digo parte de la población porque las críticas que veo de mucha gente en las redes sociales a la protesta me hacen pensar que esas personas o tienen placas solares o mucho dinero para pagar las altas facturas o son demasiado fanáticos del partido en el poder.
La lucha por una causa extremadamente justa se ve politizada por la visión de todos los partidos. Se concentran más en sus intereses políticos que en el bien común y desangran el esfuerzo que el pueblo lleva con tanta determinación. Cómo es posible que se le pongan trabas y se trate de destruir una lucha tan genuina por algo que todo el pueblo sufre.
Se vuelve sobre el tema de que la protesta es independentista y que estos son revoltosos, comunistas, socialistas y amigos de Cuba. Que a estas alturas aún se usen estos métodos para meter miedo a la gente es bárbaro.
Es evidente que los poderes económicos y políticos están ejerciendo fuerza para evitar que aumente la lucha y la presión contra el gobernador y contra LUMA. El problema es que esta no es una lucha política como quieren sostener. Aquí la gente está sufriendo de verdad.
No se vale que en medio de todo este sufrimiento se siga insistiendo en el miedo a la libertad. Como si la libertad fuera un bien único de los Estados Unidos, un país al borde de una guerra civil y en donde se están perdiendo derechos civiles a una velocidad vertiginosa.
En Puerto Rico un día de estos la independencia dejará de ser una mala palabra y nadie más va a tener miedo. Para empezar vivimos en una isla, nuestra naturaleza es independiente.
Hace muchos años, creo que fue a principios de los 90 entrevisté en Noti Uno a Andres Jiménez “El Jíbaro” sobre el asunto del estatus. Andrés me dijo que no luchaba contra los “Americanos”, que simplemente luchaba a favor de los puertorriqueños y se detuvo a explicarme lo que pensaba sobre la independencia. En aquel momento me dijo: “la independencia no es simplemente un asunto de estatus es un estilo de vida,” y añadió, “si hoy nos dan la independencia no sabremos como ser independientes, porque no conocemos ese estilo de vida”.
Treinta años más tarde eso va cambiando. Durante el huracán María empezamos a experimentar ese estilo de vida independiente sin remedio. Simplemente no nos quedó de otra. Estuvimos abandonados varios meses aún por nuestro gobierno y sobrevivimos de forma independiente sin siquiera darnos cuenta. No se nos cayó un canto ni nos mudamos a Cuba o Venezuela. Simplemente probamos a sangre y fuego nuestro poder interior, nuestra capacidad de salir adelante por nuestro propio esfuerzo. Ejercitamos la solidaridad, dimos rienda suelta a la creatividad y triunfamos. El tiempo pasó y vinieron los terremotos y esta vez la gente en el sur apoyada por el resto del país sobrevivió al embate de otro desastre natural. Guánica más que nadie ha probado el estilo de vida independiente pues ha sido un pueblo olvidado por mucho tiempo.
La generación del “no me dejo” comandada por Bad Bunny no tiene miedo porque realmente ha tenido que morder el polvo y atreverse a todo para salir adelante. En esa generación se va arraigando el estilo de vida independiente pues no viven de otra cosa que no sea su esfuerzo propio, determinación y valentía.
Tenemos derecho a protestar, tenemos derecho a construir el Puerto Rico que queremos, tenemos derecho a quedarnos. Estoy segura de que aquí se luchará hasta el último día por un Puerto Rico justo, equitativo y feliz. Después de todo nuestra lucha no empezó ayer. Llevamos 500 años librando batallas y todavía sabemos bailar bajo la lluvia.
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