UHS: historia de la educación de un pueblo

UHS: historia de la educación de un pueblo

Hace 122 años, cuando Estados Unidos invadió Puerto Rico, el general Miles prometió que traerían los “beneficios de la civilización”. Ninguno de ellos ha sido más preciado ni anhelado que la educación: educación pública, accesible para todo el pueblo y no solo para la gente rica.

Las escuelas laboratorio de la UPR se fundaron como muestra del cumplimiento de esa promesa. Durante más de un siglo, por sus aulas han pasado miles de estudiantes, quienes mayoritariamente han entendido que al recibir esa educación excelente y gratuita, incurrieron una deuda con el pueblo de Puerto Rico, no pecuniaria sino de amor y lealtad. Y en su mayoría han trabajado, cada quien desde su vocación particular, para abonar a aquella deuda, ejerciendo las responsabilidades ciudadanas de forma ejemplar.

La promesa de educación pública, para la gran mayoría del pueblo de Puerto Rico, se ha abandonado en la práctica. Nuestros gobernantes han desviado gran parte de las enormes sumas destinadas a educación a diferentes esquemas de corrupción y repartición de favores políticos, dejando languidecer la mayoría de las escuelas públicas, sin materiales, desmoralizado el personal docente por la politiquería y los sueldos de miseria.

Al abrigo de la UPR, sostenida a su vez por la fórmula fija de ingresos del estado, las escuelas laboratorio se mantuvieron con recursos adecuados y alta moral, ofreciendo una educación excelente y un ejemplo de cómo debería ser la educación pública. Pero la Junta de Control Fiscal, y sus cómplices en la Junta de Gobierno de la UPR, siguen desmembrando agresivamente el proyecto universitario, y ahora le han clavado su navaja a las escuelas laboratorio.

Ya mucha gente desesperó de la educación pública; se nos ha inculcado, a fuerza de múltiples desilusiones, que si quieres buena educación, la debes pagar.

El lunes pasado, aprovechándose de esa desesperación, de la pandemia y de una muy cuestionable maniobra parlamentaria, la Junta de Gobierno de la UPR, con alevosía y absoluta insensibilidad, aprobó una imposición de cuota y mensualidad que, de facto, privatiza las escuelas laboratorio.

Las escuelas laboratorio de la UPR representan el principio de educación pública gratuita de excelencia: son su mejor, y casi último, ejemplo. La educación, como la salud, tiene que ser gratuita porque es un derecho humano. Y si no es de calidad, es un engaño al pueblo.

Eso es lo que está en juego. Por eso tenemos que luchar.

#YOSOYUHS #UHSPAQUIÉN #UHSSINPRIVATIZACIÓN


Sobre Jimmy Seale Collazo
Jimmy Seale Collazo


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