La Fundación Cleveland compartió en Puerto Rico las estrategias de desarrollo que aplicó en la ciudad de Ohio para reavivar la economía y la calidad de vida de sus comunidades.  El liderazgo y los recursos aportados en las pasadas dos décadas por la fundación comunitaria más antigua del mundo ha logrado emprender la  transformación la decaída ciudad de Cleveland, Ohio, en una urbe dinámica con un ascenso notable en su economía, sus sistemas educativos, culturales, la protección ambiental y la calidad de vida en general.

Esta es la historia de éxito que vino a compartir en Puerto Rico Ronald Richard, presidente y principal oficial ejecutivo de la Fundación Cleveland, creada hace 101 años en dicha ciudad.

Richard, quien ha sido desde bombero y diplomático, hasta ejecutivo de Panasonic y funcionario de alto rango de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el área de tecnología, vino al país invitado por la Fundación Comunitaria de Puerto Rico.

“Cleveland es como Puerto Rico, excepto por el clima”, dijo Richard a la audiencia reunida en un hotel de San Juan.

“Hacia el inicio del siglo 21 teníamos que un tercio de nuestra población se había marchado en busca de trabajos y oportunidades, sobre todo la gente joven y más preparada, hay problemas de violencia, desempleo, pero también tenemos gente con dinero y personas educadas. Lo peor era un gran pesimismo, gente convencida de que no se podía hacer mucho para revertir la situación”, agregó.

Richard, que lleva trece años al mando de la CF, explicó que dicha institución hacía un gran trabajo en respaldo de iniciativas puntuales de la comunidad y de instituciones claves y de prestigio que permanecían vigentes como la Orquesta Sinfónica de Cleveland, museos,  universidades y hospitales. La ciudad –sostuvo- había sido una de las más prósperas de Estados Unidos durante el auge de la industria metalúrgica al inicio del siglo 20, pero vino a menos con el pasar de los años al no haber sabido insertarse en las nuevas tendencias económicas de la revolución tecnológica.

Dijo que cuando solicitó la plaza en 2003 dio unas vueltas en carro para familiarizarse con la ciudad y le llamó la atención ver un centro médico de nivel mundial, magníficos museos e instituciones culturales rodeadas de vecindarios con altos niveles de pobreza y adultos sin empleo caminando por las aceras.

En la entrevista de trabajo dijo que si la fundación no comenzaba a enfocarse en el desarrollo económico pronto no tendrían un museo al que donarle fondos.

“La base para que la comunidad prospere de diversas maneras, incluyendo el tener buenos  trabajos  y escuelas, vecindarios seguros, y las experiencias culturales que enriquecen la vida está en la reconstrucción y reinvención de la economía de la ciudad”, planteó el conferenciante.

“Teníamos buenas universidades pero si un estudiante graduado tenía una buena idea para un invento tecnológico se la vendía a Medtronics y en Minnesota se beneficiaban de eso, no en Clelevaland. Es como acá que preparan ingenieros excelentes y estos se van de la Isla”, agregó Richard.

La clave: reanimar la economía local

Así pues desde el principio de los años 2000, la Fundación se concentró en la reanimación de la economía local y la reinvención de la red empresarial de la ciudad. Para ello apoyó iniciativas de nuevos empresarios, programas de innovación en compañías existentes, atrajo negocios y fomentó clústers industriales, desarrolló una industria de biotecnología que complementa la actividad de las instituciones médicas, e invirtió en las universidades para que estas se convirtieran en motores de investigación y talento para la economía local. Además, ayudó a conseguir fondos federales y estatales para todas esas iniciativas. En los primeros diez años de Richard en el cargo la Fundación invirtió unos $85 millones en este tipo de iniciativas, explicó.

Ya hacia 2010 estas iniciativas estaban dando fruto y la economía comenzaba a aparearse al resto del país, ya los egresados de las universidades locales comenzaban a quedarse porque encontraban buenos empleos, dijo Richard.

“Pero nos dimos cuenta de que la gran mayoría de los residentes de la ciudad, muchos de ellos negros y latinos, seguían sumidos en la pobreza; nuestra gente más vulnerable no lograba beneficiarse con los nuevos empleos que habíamos fomentado”, indicó el líder cívico.

Una realidad particularmente dramática es que en los vecindarios situados a pocas cuadras de University Circle, donde están algunos de los mejores hospitales del país, se seguían registrando los índices de mortalidad infantiles más altos de los Estados Unidos, explicó el presidente de la CF.

Para ilustrar los niveles de miseria de los cuales la ciudad apenas comienza a salir, Richard explicó que en 2013 el 32% de la población del noreste de Ohio estaba bajo el nivel de pobreza y había un 19% de desempleo. “Pero en la ciudad de Cleveland esos números se triplicaban”, dijo.

No basta el crecimiento si no es inclusivo

Ante esa realidad, en 2013 la CF reenfocó su agenda para que el crecimiento fuera inclusivo y no dejara afuera a los residentes tradicionales de la ciudad, por lo que se puso el énfasis en reducir la disparidad económica, mejorar la estabilidad y la distribución del ingreso para que más familias puedan sustentarse.

“Teníamos seis mil ex confinados a quien nadie daba trabajo, la mayoría por delitos no violentos, hombres que vendieron marihuana tres veces y los encerraron por veinte años”, dijo.

Cleveland miró hacia Europa

Curiosamente, mientras en Puerto Rico se trata de duplicar programas que se hayan hecho en Estados Unidos, la Cleveland Foundation envió personal a buscar ideas en Europa. De allí trajeron el modelo de las cooperativas Mondragón en el País Vasco de España y crearon una empresa cooperativa de agricultura urbana que hoy emplea a cien residentes.

Richard indicó que en los próximos años espera expandirla para tener dos mil trabajadores. Esta empresa forma parte de las cooperativas de trabajadores Evergreen, que se enfocan en negocios eco amigable y también tienen una lavandería comercial y negocios de energía solar y de bombillos LED que ahorran energía.

También adoptaron programas de educación vocacional que vieron en Finlandia y los Países Bajos y los crearon en escuelas públicas de Cleveland.  Estos programas operan en coordinación con empresas locales que de esa forma consiguen trabajadores diestros jóvenes, explica Richard.

Nuevo aire a la Educación

“Para echar una comunidad hacia adelante hay que emprender proyectos grandes y abarcadores”, dijo Richard y uno de estos fue el sistema educativo.

Solo el 32% de los estudiantes se graduaban de escuela superior y apenas el 7% entraba a universidad. Ni una sola de las 500 escuelas del distrito era de excelencia. “Del sistema escolar no nos pedían ayuda pero no podíamos sentarnos a esperar, dijo.

Tomaron iniciativas para reformar sistema de educación incluyendo la administración de escuelas en planteles abandonados que gestionó Richard personalmente, según explicó.

Las normas laborales y convenios del magisterio no solo establecían un estricto orden de antigüedad para las cesantías de maestros sino que no los agrupaba según las materias que impartían, aseguró Richard. Si despedían a un maestro de ciencia y matemática podían poner al maestro de educación física, que sobrevivió por antigüedad,  a enseñar las matemáticas. Los maestros no eran evaluados y el 80% de los maestros de ciencia y matemáticas del sistema no tenían formación en esas materias, dijo. ¿Cómo era posible que aprendieran?”, cuestionó.

Luego de las reformas que han impulsado y el establecimiento de varias escuelas modelo y los programas vocacionales, mas $35 millones de subvenciones de la CF en cinco años, tienen un tercio de las escuelas en cumplimiento de los estándares de  calidad y la tasa de ingresos a Universidad se ha duplicado de 7% al 14%.

Asimismo, el 64% de los estudiantes  se gradúan de escuela superior, una cifra que también se duplicó en cinco años. “El alcalde de la ciudad, negro de izquierda, casi tan socialista como Bernie Sanders y el gobernador, blanco, republicano, se aliaron para  poder lograr la reforma educativa y estaban igualmente emocionados con los resultados”, dijo.

“Greater University Circle Initiative” un proyecto de desarrollo social

Uno de los proyectos más ambiciosos que ayudó a iniciar la CF hace diez años es el “Greater University Circle Initiative”, cuyo fin es utilizar los recursos del sector de University Circle, donde se encuentran los grandes hospitales, universidades y museos, para mover recursos de trabajo, cultura y desarrollo hacia la comunidad pobre que la circunda. “Este sector era una isla cultural rodeada de crimen y pobreza”, sostuvo Richard.

Estas instituciones se comprometieron con el lema de vivir, comprar y reclutar localmente. Incentivaron a sus empleados a mudarse al vecindario y proveyeron programas de adiestramiento a los residentes para reclutarlos.

Más recientemente se hizo una alianza de salud  para reducir el alto nivel de mortalidad infantil y poner fin al envenenamiento de los niños de la comunidad con plomo en casas y edificios. También crearon el Centro Newbridge para las Artes y Tecnología que ofrece programas de arte para jóvenes en riesgo y adiestra adultos en profesiones de la salud. Las cooperativas Evergreen también están enmarcadas en esta iniciativa.

Tomar riesgos y retener el talento

Por su parte, el presidente de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, Nelson Colón Tarrats, en sus expresiones de cierre de la actividad, sostuvo que Richard ha presentado el reto de desatar el empresarismo de los puertorriqueños. “Las fundaciones tendemos a ser conservadoras pero tenemos que apropiarnos de un sentido de riesgo financiero, político y a veces de riesgo social porque lo peor que podemos hacer es no hacer nada”, dijo Colón Tarrats.

“Tenemos que crear espacios, ecosistemas que resulten atractivos para la gente joven en las cuales invertimos gran cantidad de dinero preparándolos en la UPR, en el recinto Universitario de Mayagüez y en el de Ciencias Médicas para que ese talento luego florezca en Texas, Atlanta, Nueva York y otros lugares”, agregó Colón Tarrats.

Finalmente el presidente de la FCPR llamó a trabajar en el desarrollo  y la producción del talento artístico local y de entender que el arte es una gran fuerza  económica.

“Alguna gente está cabizbaja, preocupada,  entristecida por la crisis. Hay otra gente que tenemos la gran oportunidad de vernos como fortaleza de cara al futuro”, concluyó.

Sobre Eugenio Hopgood Dávila