De Raquel González

En Colombia se enfrenta el sector progresista y moderado al bloque de las fuerzas institucionales que no deben ser entendidas tanto como fuerzas “conservadoras”, sino más bien como fuerzas de la derecha que INCLUYEN al sector conservador.

Este bloque está conformado por la élite que controla la economía y confabula con los grandes intereses que también controlan el FMI, el BID y el Banco Mundial, el conservadurismo extremo tanto político como religioso, el partido conservador, y el ala más derechista y conservadora (que no son lo mismo) del partido liberal. Es importante añadir que es con ESTE bloque (y las corrientes que se alinean con él al interior de las fuerzas armadas) con el que sectores del narcotráfico se alían para crear el movimiento paramilitar que asedia el país.  Otras mafias como la esmeraldera forman también parte.

Este bloque ha sido históricamente responsable de la inmensa mayoría de los asesinatos políticos, especialmente de candidatos de izquierda que o logran amenazar la hegemonía de lo que fue (y sigue siendo) el frente nacional por décadas (pacto de turnos al poder de los partidos conservador y liberal) y los que de un modo u otro hacen frente a este bloque de poder que controla el ejército y los paramilitares, todo con el fin de controlar la economía y recursos del país. Es decir, los que “estorban”. Y lo hacen impunemente. Ejemplos como el de Pardo Leal (partido comunista), Jaramillo Ossa (Unión Patriótica), Pizarro León-Gómez (M-19), y Galán Sarmiento (ala populista del partido Liberal) abundan.

Gustavo Petro forma parte de estos que “estorban”, y aún cuando ha moderado sus políticas más controversiales, sigue representando una amenaza en tanto que no es claro si van a poderlo controlar de llegar al poder.

La alianza que se ha dado para impedirlo es amplia e incluye los grupos que la iglesia (su sector derechista con el Opus Dei, la derecha Jesuita y multiples parroquias por orden de sus superiores), el partido conservador y otras colectividades de derecha arrastran consigo. Son grupos grandes que han manipulado a sus seguidores con una mezcla de ilusiones, mentiras y campañas de terror.  Mas bien, viendo las vulnerabilidades de una población como la de Colombia, han creado mecanismos de captar el apoyo electoral y la complacencia de inmensos grupos que no se dan cuenta de lo que realmente estan apoyando. Los que estan en su control han convencido a sus seguidores de:

1. Que la moral catolica está bajo amenaza llevando a sentir como deber religioso impedir que la izquierda (que equiparan con el ateísmo que ven como “satanico”) se “apodere” del pais. Para este sector esto es una guerra santa en donde todo se vale. Como las Cruzadas;
2. Que una política económica no-neoliberal y de principio social es una catástrofe que lleva al comunismo que ven como automática subyugación a un nebuloso orden mundial que incluye China, Rusia, Venezuela, Cuba y otros pocos. Lo ven como el fin de la libertad, el empobrecimiento general, la dictadura, y la opresión. (No se enteran de que viven en eso. Están en un estado de dictadura disfrazada, represión institucional que incluye desapariciones, torturas, asesinatos, presos políticos y demás, salarios mínimos de hambre, y condena a la pobreza. Encima les convencen de que están en guerra para evitar que llegue lo que ya está. Es un lavado cerebral muy exitoso y una vergüenza a la humanidad);
3. Que las propuestas de Pietro son insostenibles y convertirán a Colombia en un Paria, llevarán a la quiebra económica y moral, y peor, ofenderán a EUA que retirara su “visto bueno” y acabarán como Venezuela (que ven como condena de muerte).

Lo terrible es que mientras el interés real de quienes están detrás es perpetuar la dictadura disfrazada y afianzar su control sobre los recursos nacionales con cada vez menos resistencia (tanto política y social como armada); para ello, a sus adeptos y VOTANTES convencen que salvan patria y siguen la voluntad de Dios.

Esto último, suena familiar?

Estos sectores tienen muy poco realmente en común. Se reduce a un precepto: proteger el esquema que permite su control sobre el país y sus recursos, que en este momento se traduce a una integración de los principios católicos más conservadores hábilmente articulados con las políticas neoliberales y las posiciones de EUA. En todo lo demás, son a ratos competidores y en otros hasta enemigos.

Veremos qué pasa.

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