“Sainete del Vejigante Loca”, teatro a toda costa
¡Nada detiene la voluntad de los artistas en Puerto Rico. Los obstáculos son impensables pero la determinación de nuestros teatreros es infinita e imparable!
La Fundación Nacional para la Cultura Popular habita en la esquina de la hoy llamada calle de la Resistencia y es vecina cercana del gobernador de turno Pedro Pierluisi. Sobrevive acuartelada, limitada por las vallas que impiden el libre acceso a sus puertas. Hay que llegar, pedir permiso a los guardias, ellos dan acceso y entonces puedes pasar. Es algo que toleras porque la mayoría de los guardias dan acceso con simpatía, pero siempre es molesto no tener libertad absoluta para entrar.
Con esas reglas, mayormente entrarán quienes saben que existe y qué ofrece, pero al resto de transeúntes ni se les ocurrirá preguntar.
Entonces los que llegamos a ver la excelente labor teatral entre otras muchas actividades que se generan desde allí con tanto esfuerzo y sacrificio, se nos acaba la paciencia a la salida. Si sales a la acera y te quedas unos minutos compartiendo en grupo, te dicen que "o entras otra vez a la Fundación, o sales de la calle, pero en la acera no puedes estar". Hay que respirar profundo. Resistencia describe la vida diaria de la Fundación que cuenta ya con 28 años allí.
El aclamado actor puertorriqueño Josean Ortiz viaja continuamente entre Puerto Rico y Nueva York para ser parte de la resistencia. Entregado en cuerpo y alma a la faena actoral, nos regala su caudal de talento, su tenacidad y sobre todo su amor a la Fundación en la pieza original de Leo Cabranes-Grant, “Sainete del Vejigante Loca”.
El intenso monólogo fue creado por Cabranes a raíz de las protestas en Ponce por el absurdo y bochornoso incidente contra la comunidad LGBTQ+ y la remoción del municipio de la obra de arte del Vejigante creada por el pintor Alfredo Bauzá. El dramaturgo sacó de las fiestas de Santiago Apóstol en Loíza el personaje tradicional de la Loca, lo nombró Careta y lo llenó de palabras, ideas, señalamientos, protestas, historia, consecuencias y lo aderezó con una sencilla, graciosa y gentil personalidad que te hace reír y se echa al público en un bolsillo durante la hora y media que dura la pieza sin intermedio.
También tiene algo de filosofía al definir la función de la máscara. Careta dice una y otra vez que la máscara no esconde, más bien revela.
Además, la obra logra llamar a la conciencia del espectador el momento histórico que vive Puerto Rico y la importancia de poner el cuerpo para trabajar a favor del bien común y en defensa de nuestra cultura popular y el derecho a la equidad.
Javier Santiago ha hecho disponible la sala principal de actividades de la Fundación para ser convertida con éxito en una sala teatral. Gracias a ello la veterana actriz, directora y dramaturga Alina Marrero, tuvo la libertad necesaria para dirigir el Sainete al máximo de su creatividad. No omitió detalles para ofrecer una experiencia lúdica.
En esta pieza en particular Marrero tuvo el gran acierto de añadir al escenario una pasarela larga que al igual que en un desfile de modas, el público queda sentado a lado y lado y permite que el personaje se mueva arriba y abajo conectando íntimamente con el público y permitiéndole participar.
Así, la pequeña sala cobró dimensión dentro de su sencillez y produjo una experiencia interesante tomando en cuenta las limitaciones del espacio. Su uso eficiente logró dar la sensación de amplitud y hacer pensar que es más grande que su dimensión real.
Josean Ortiz que es un portento de actor, llenó de colores y matices un texto largo y sin intermedio en el que nunca perdió la atención del público. Nunca había visto a un actor que olvidara una línea, la pidiera al apuntador y la hiciera parecer parte de la obra. Genial y divertido. Un monólogo de hora y media siempre lleva el riesgo de olvidar una línea y hacerlo parecer parte del texto no es cosa fácil. Josean lo logra con maestría.
Anthony Valentín interpreta al Mascarón, un personaje que habla solo con el barril de bomba y mantiene un intercambio amoroso, empático y simpático con Careta el Vejigante Loca. Esa interacción brinda un ritmo especial tanto visual como auditivo que enriquece la pieza.
Víctor Coriann maquillista y regidor de escena, Moncho Conde en la escenografía, Sammy Torres y Josean Ortiz a cargo del vestuario, Soraya Cabina en la iluminación, completan el equipo de esta magnífica puesta en escena del Vejigante Loca.
Nada detiene la voluntad de los artistas en Puerto Rico. Los obstáculos son impensables pero la determinación de nuestros teatreros es infinita e imparable. En la Fundación Nacional para la Cultura popular se hace teatro y mucho más a toda costa.
Sobre Delvis Griselle Ortiz
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