Roberto Cipreni: un plenero
Es un plenero influyente y dirigente sin egoísmo ni protagonismo. Esta oración de cinco palabras muy cortas y cinco palabras más largas sirve para resumir y transmitir los cinco párrafos de este mensaje de solidaridad y amistad claridad y verdad y para sentir y decir que vale la pena cumplir con la honestidad que Roberto Cipreni merece.
Roberto Cipreni aprendió la plena viva porque vivió la plena en un quehacer de obrero de barriada santurcina y la asalariada pobreza fue siempre su más cercana vecina que le calmaba el dolor ofreciéndole el amor de sanar penas con plenas. Alborotoso y travieso fue pero la repetida costumbre de inventar divertimiento para calmar sufrimiento movilizando amistad para la comunidad le moldeó una conciencia de la cadencia con letra bravía y con melodía y un deseo inspirador con pandero seguidor y esta brega imaginaria se volvió convocatoria con la mejor seriedad de mayor sinceridad. Plenero de vacilón con más profunda emoción que le exigió el compromiso con un patriotismo valiente y una cultura vigente y una misión muy urgente: darle un recuerdo plenero al futuro venidero y dar memoria a la historia de la gente y el ambiente de La Colectora la 23 Abajo las Barriadas del Caño. Esa voluntad se convirtió en una fuerza llamada Los Pleneros de la 23 Abajo que ha sido escuela plenera e institución duradera y que se mantiene viva porque es un regalo completo y bien hecho que constituye el legado inmortal de Roberto Cipreni.
En los agitados años de la década del 70 la reafirmación cultural fue seña de voluntad nacional. La cultura popular plenera sobrevivía en sus entornos vecinales o reaparecía en los rescates institucionales pero le faltaba la energía participativa de una creatividad vital que trascendiera los montajes de los nostálgicos folclorismos y los salvamentos autoritarios. Las dos principales voluntades de una plena renovada y democrática se llamaron Los Pleneros del Quinto Olivo y Los Pleneros de la 23 Abajo. Roberto Cipreni reunió y adelantó en su grupo de plena joven la enseñanza Cepeda la relevancia Cortijo con migraciones rurales y excitaciones barriales pero adoptó circunstancia de una nueva militancia: fue la denuncia de la injusticia lo que Roberto Cipreni le devolvió y añadió a la plena que se había extraviado en artificial inocencia y comercial complacencia. La plena gorda de la percusión ardiente y la reflexión consciente le debe un montón a este plenero influyente.
Los que hemos vivido dentro de Los Pleneros de la 23 Abajo y los que han estado cerca de ellos sabemos que la acertada dirección cultural del grupo es atributo del liderato de Roberto Cipreni. Su claridad musical destreza organizativa firmeza de convicción y apertura de participación han garantizado una trayectoria de seguridad con flexibilidad a Los Pleneros de la 23 Abajo. Montar una plena en ensayo nunca fue un mero seguimiento de instrucciones autoritarias. Para Roberto Cipreni las aportaciones de sus colegas siempre han sido necesarias pero siempre ha sido intransigente ante el abaratamiento creativo y a la vez estimulante del equilibrio participativo. Se le puede subir el genio de colorao apasionado le repelen los trámites administrativos y le saca el cuerpo a la publicidad. Su estilo de dirección requiere por tanto trabajo en equipo.
Para Roberto Cipreni Los Pleneros de la 23 Abajo nunca han sido la ejecución del egoísmo ni el cálculo del beneficio personal. La generosidad vecinal que asimiló en La Colectora la inyectó dentro del grupo como valor de ayuda mutua. Cuando las cosas estaban malas compartía la comida y si las cosas mejoraban y había dinero para distribuir nunca recibía más que los demás. Su disposición al regalo musical en la 23 Abajo se ensanchó a llevar música a las barriadas vecinas se hizo presencia en las luchas comunitarias a través del país y se elevó al cumplimiento musical del patriotismo nacional. Siempre al extremo izquierdo de la alineación del grupo siempre dando a chorros su cadencia contagiosa siempre bajando de la tarima para acercarse más a la gente siempre juntando bondad y autenticidad y siempre en la vida de obrero plenero todavía hoy obrero plenero quedará en nosotros obrero plenero.
En estos momentos nos agradece el cariño pero está loco porque se acabe el homenaje y siga la plena. Este plenero de actitud bien vista es todo lo opuesto al protagonista: no figurea en los corillos no toca con cinco grupos no se proclama maestro ni alardea de su importancia y no llega a los plenazos para repartir cantazos. Cultiva privacidad en vez de publicidad y cuando baje de la tarima quiere irse pronto rumbo a su casa. No hay problema. Está bien así. Su sitio imperecedero en el legado plenero lo tiene ganado y seguro y no porque sea el hombre más grande sino porque su obra es tan grande como el amor de su pueblo.
Sobre Ramón López
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