¿Quién es el terrorista?
¿Quién es el terrorista? Poco antes del comienzo de la Guerra de Iraq dicha palabra se bambaleaba de lado a lado por las bocas de personas poderosas. Sin embargo, como bien sucede con dichas personas, las acusaciones se lanzan más para zapatearse responsabilidades y menos para responder a situaciones que ameritan dicho apellido. Es por tal razón que el país reaccionó como el jíbaro de Nemesio Canales bien narrado en Paliques: con un “Nhú” afirmativo cargado con el cinismo de quien sabe que la persona que lanza tal acusación, apalabra mucho pero dice poco. Cuando José Ortiz, actual director de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), concluyó ante el público que el fallo en la generadora privada Ecoelectrica, que dejó a miles de abonados sin luz a horas del paso de la tormenta Isaías, fue causado por “terrorismo interno”, el país replicó con un cinismo bien merecido. Fueron palabras fuertes y propensas a ser desmentidas fácilmente, lo cual en efecto sucedió. Como bien señaló Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y de Riego (UTIER), lo que probablemente ocurrió, lejos de ser un acto intencional, fue una situación creada por falta de mantenimiento.
Entonces cabe preguntar: ¿Quiénes son los terroristas? Si nos acercamos a su definición más convencional el terrorismo se define como “dominación por el terror” o “el uso sistemático del terror” para alcanzar ciertos objetivos. Esos objetivos no necesariamente son políticos: hay objetivos que son religiosos, monetarios o inclusive privilegios sociales. Considerando esto, y tomando en cuenta que muchas veces se lanza la palabra terrorista para desviar la atención de los males que nos aquejan, hay que adentrarnos a ver quiénes en nuestro país se acercan más a esa definición. Para saber quiénes son los terroristas hay que entonces preguntarnos: ¿Quiénes usan su poder o su influencia para sus propios fines a conciencia del daño que ello le puede causar a la población? Forzosamente tenemos que concluir que los verdaderos terroristas no son la UTIER o los trabajadores de la AEE, como se ha querido señalar, sino que son aquellas personas de las altas esferas, tanto del sector público como el privado, que conspiran y practican actos de corrupción para enriquecerse los bolsillos a cuesta nuestra.
Si algo queda claro, es que quienes se encargan día a día de asegurar las líneas de electricidad en nuestro país, aún en las peores de las condiciones físicas y atmosféricas, están lejos de cometer actos de terrorismo. Quizás debamos mirar con más detenimiento para darnos cuenta que quienes tanto en el presente como en el pasado han llevado actos que puedan llamarse “terroristas” son quienes han estado en las altas esferas del poder bajo el PNP y el PPD. Si vamos a hablar de terrorismo entonces debemos dejar claro que los actos de corrupción imputados a Julia Keleher bajo la administración del PNP como parte de un proceso de privatización apoyado por el PPD, es un acto de terrorismo. El escándalo, aún sin investigar, bajo Rosselló en torno a los fondos de ayuda ante la crisis humanitaria luego del huracán María se calificaría como acto terrorista. El frenar y redirigir las ayudas para damnificados del terremoto que ocurrió en enero en el suroeste del país, acto por el cual son investigadas Eveleyn Vázquez y la gobernadora Wanda Vázquez Garced, serían calificados como actos de terrorismo.
Actuar para beneficio propio, y en el proceso minar los servicios públicos que son esenciales para nuestra gente, se puede calificar como actos de terrorismo en la medida en que crean realidades de terror para la ciudadanía. La salida de más de 500,000 personas en los últimos diez años es muestra de ello. Aquí el terrorismo tiene nombre y apellido y no se encuentra entre la gente de a pie que día a día va a trabajar para echar hacia adelante. Tampoco se encuentra entre la gente del suroeste que en el fin de semana estuvieron coordinando esfuerzos para limpiar el fango de sus casas. El terrorismo aquí lo practica gente cercana al PPD y al PPD, tanto en lo público como en lo privado, que malversan fondos públicos para beneficio propio a cuesta de nuestra gente. El terrorismo aquí no tiene nombre de UTIER ni de ningún sindicato: tiene nombre de Whitefish, de empleados fantasmas, de Keleher, de Abel Nazario, de Ricardo Rosselló y toda esa otra gente que aún hoy viven tranquilos sin ser investigados. Entonces: ¿quién es el terrorista? ¿Acaso no es terrorista quien se lucra de fondos públicos para beneficio propio y no para el bienestar del pueblo? Ahí queda la pregunta.
Sobre Francisco Santiago Cintrón
Natural de Guayama, Puerto Rico, Francisco Andrés Santiago Cintrón cursó estudios de ciencias políticas y relaciones laborales para luego completar estudios en la Escuela de Derecho en la Univers
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