¿Qué vamos a hacer como país?
A partir de hoy publicamos una serie de breves reflexiones del liderato de las organizaciones sin fines de lucro y comunitarias cuya existencia se ve amenazada por las nuevas medidas de presupuesto anunciadas por el Gobierno.
Recortes en asesoramiento, impuestos a compañías foráneas, tributación de iglesias, legalización y regulación de áreas informales de la economía, recortes en gastos administrativos gubernamentales, recortes en subsidios políticos, y la inversión en mercados locales son solo algunas de las alternativas que se me ocurren podrían considerarse ANTES que recurrir al recorte de fondos asignados a organizaciones sin fines de lucro para la provisión de servicios comunitarios que el estado no tiene la capacidad de proveer de manera efectiva.
Por años, las entidades sin fines de lucro hemos asumido el reto de cubrir las brechas sociales, económicas, educativas y de salud en nuestro país. Ofrecemos oportunidades para resolver limitaciones estructurales al acceso equitativo a recursos. Y lo hacemos inventándonos día a día y respondiendo con precarios recursos fiscales a las necesidades de las comunidades que servimos.
Los fondos gubernamentales asignados a las OSFL, más que ser un donativo, nos asfixian con papeles, burocracia, restricciones, retrasos y penalidades, tareas administrativas y regulaciones inflexibles. Aun buscando cambiar este patrón, muchas entidades aceptamos fondos estatales por nuestro compromiso de construir una mejor sociedad para todos y todas. Pero no es un regalo de un estado benefactor y magnánimo.
Es una responsabilidad. Son nuestros impuestos puestos al servicio colectivo. El estado es responsable de ofrecer servicios que garanticen la calidad de vida de la ciudadanía. Y las entidades sin fines de lucro hacemos eso con mayor agilidad y eficiencia porque tenemos una relación más cercana con la comunidad. ¡Porque somos parte de la comunidad!
No debemos pensar en las OSFL como una carga fiscal. No pensemos que los propuestos recortes a los servicios ofrecidos por OSFL no tendrán consecuencias nefastas.
Piense. ¿Cuántas personas son empleadas por organizaciones de lucro en la isla? Sin fondos, quedaran sin empleo. ¿Dónde y con quién se ocuparán las personas jóvenes cuando no estén en la escuela? En la esquina. ¿Quién ofrecerá servicios de apoyo gratuitos a víctimas del crimen? ¿Quien dará acceso a métodos gratuitos de prevención en salud? ¿Quien dará albergue a las personas sin hogar?
¿Cómo vamos a salir del hoyo sin apostar a nuestro recurso humano en las comunidades de base? Y hablemos claro: cuando la economía se debilita, la demanda por los servicios de las OSFL aumenta.
¿Qué vamos a hacer como país cuando haya más necesidad y menos servicios al alcance de la población? ¿Qué vamos a hacer?
SERIE / RECORTES PRESUPUESTARIOS
Sobre Alana Feldman Soler
Directora Ejecutiva de Taller Salud, organización pionera en Puerto Rico en asuntos de la salud de la mujer y su defensa por la igualdad y la justicia social.
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