ProFamilias: seis décadas de educación sexual comunitaria
Sin importar el rechazo de la Iglesia Católica, los tabúes y la influencia de los sectores fundamentalistas, la Asociación Puertorriqueña Pro Bienestar de las Familias (ProFamilias) se lanzó a la calle, en el 1954, con el único propósito de promover la salud sexual y reproductiva en los ciudadanos de escasos recursos. Sesenta años después, la base de ProFamilias sigue intacta. Desde aquel entonces se solidificó y se estableció como la más conocida de las organizaciones sin fines de lucro dedicada a prestar servicios de educación sexual y prevención. Hoy día, se destaca por enfocar su mirada en la comunidad joven, logrando impactar a un promedio de ocho mil jóvenes al año, con el propósito de disminuir la incidencia de enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
La directora ejecutiva de la organización, Blanca Cuevas, aseguró a PRTQ que una gran parte de los jóvenes que vienen por primera vez a ProFamilias en busca de métodos anticonceptivos, salen positivos a alguna enfermedad de transmisión sexual como la clamidia y gonorrea.
Parte de la alta incidencia de enfermedades de transmisión sexual en la Isla, se debe a la falta de educación dentro de la juventud y/o al exceso de desinformación en el ciberespacio.
“Es impresionante las dudas que tienen los estudiantes universitarios. Algunos no saben cómo usar métodos anticonceptivos. No saben ponerse un condón. Argumentan sobre los mismos tabúes de que aprieta, de que molesta. Tampoco piensan en la prevención. Creen en ocasiones que el uso de las pastillas anticonceptivas protege de enfermedades de transmisión sexual”, explicó Cuevas.
Si nos dejamos llevar por las estadísticas del Departamento de Salud, en el 2014, cerca de 5,000 personas entre las edades de 20 a 29 años se infectaron con clamidia. En cuanto a la gonorrea, se encontraron 459 personas infectadas dentro del mismo grupo poblacional.
Como una de las alternativas para combatir el contagio, que también impacta a los jóvenes de escuela superior, la organización de base comunitaria decidió integrar a los estudiantes como facilitadores y educadores en temas se prevención y sexualidad. Según Cuevas, dialogar sobre la salud sexual en edades tan tempranas, como a los 12 años, crea cierta seguridad en las decisiones del joven, además de fungir como componente educativo para los demás compañeros de clase.
“Esos jóvenes facilitadores los consideramos como hijitos e hijitas de ProFamilia…Vemos como esta experiencia de hablar de sexualidad con otros jóvenes les ayuda en su crecimiento personal y profesional. Además, es la manera de nosotros [en ProFamilia] de multiplicar el mensaje de prevención”, dijo a PRTQ la licenciada Patricia Otón, presidenta de la Junta Directiva de ProFamilias.
Aparte de enfocarse en servir a la comunidad joven, la organización ProFamilias tiene como norte alcanzar otras poblaciones más desaventajadas como la comunidad transexual, personas de la tercera edad y trabajadores sexuales. Asimismo, la entidad cuenta con cinco programas para la comunidad en general donde se ofrecen actividades educativas tales como talleres y mesas informativas.
Como parte de los programas está el Centro de Intercambio de Información Mariamelia Rico (CIDIMAR), Cuídate por tu salud, Educación Sexual Para Padres/Madres y Estudiantes de Escuela Elemental (PESPEE), Educación Sexual Para la Prevención de Embarazos y Riesgos en la Adolescencia (ESPERA) y el Proyecto de Educación en SIDA para Adolescentes (PESA).
ProFamilias y su historia
Cuando ProFamilias comenzó su plan educativo y preventivo para la década del 50, recibió una avalancha de críticas y oposiciones. De hecho, la Iglesia Católica decretaba luto y colocaba una bandera negra en las afueras de la iglesia, por cada vez que ProFamilias abría un centro de educación sexual.
Mientras tanto, los voluntarios y líderes comunitarios se encargaban de visitar puerta por puerta a los ciudadanos del centro de la Isla, para promover la salud sexual y la planificación familiar.
ProFamilias se afianzó aún más como organización cuando su Junta Directiva decidió hacer público el primer pronunciamiento a favor del aborto, para el 1996. Luego de 14 años, ProFamilias estableció la clínica IELLA, el primer centro de aborto, a manos de una organización sin fines de lucro, que cuenta con servicios de orientación antes de realizar la terminación.
“Queremos que la mujer que vaya y decida practicarse un aborto esté clara de cuál es el procedimiento. De estar segura de que esa es la decisión que desea y no está obligada. Se le asesora de que tiene otras opciones como tener el bebé y darlo en adopción. Pero IELLA es la única clínica que tiene ese concepto”, señaló la licenciada.
Los comentarios positivos que llegan en las hojas de evaluación de la clínica IELLA son dignos de recitar por parte de Otón y Cuevas. Según explicaron, las mujeres que asisten a la clínica se muestran agradecidas ante el servicio que reciben durante su terminación de embarazo. En los comentarios resalta la tranquilidad y calma que sentían junto a los recursos de IELLA. Pero sobretodo, reafirman que se sintieron acompañadas durante el proceso del aborto.
“Que logren llevar a cabo ese proceso en un ambiente tan hermoso, con un trato tan sensible, es tremendo. Los comentarios son unas maravillas. Ahí es que tu dices ‘caramba, tiene una razón de ser lo que hacemos aquí’”, dijo Otón con aires de orgullo.
Recortes de presupuesto
A pesar del apoyo comunitario que han recibido los seis centros de información y planificación familiar y las dos clínicas de ginecología, ProFamilias atraviesa una ola de desafíos y retos económicos, al igual que entidades análogas.
Mientras lucha por lograr su propia sustentabilidad, la organización ProFamilias tuvo que cerrar los centros de Mayagüez, Cayey, Humacao y Aguadilla. Asimismo, requerió recurrir a la congelación de puestos, reducción de contratos por servicios profesionales y la búsqueda de alquileres más baratos, entre otras medidas de ajustes financieros.
“Hemos decidido ser más realistas con nuestros presupuestos, pero no dejamos de soñar”, concluyó Otón, refiriéndose al trabajo social y comunitario que realiza ProFamilias desde el 54’ y su contínua evolución.
Sobre Némesis Mora Pérez
Periodista y maestra. Posee una maestría en Periodismo de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Obtuvo un bachillerato en Comunicación Tele-Radial en la Universidad de Puerto Rico
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