¡ATREVIDAS!, así nos catalogaron algunas personas tras la reunión. El adjetivo no sólo nos gustó, sino que nos satisfizo muchísimo. A la larga siempre se trató de eso: atrevernos a hacer precisamente lo que mucha gente le rehúye.

El pasado jueves 31 de agosto, el Junte de Mujeres SindicaListas realizamos una reunión a la que fueron convocadas una gran cantidad de líderes y lideresas sindicales del país. La agenda de esta reunión quedó clara desde la misma invitación que cursamos. Nos reunimos para abrir un diálogo honesto y atrevido sobre el país, los sindicatos y la política pública. Propusimos un curso de acción para arrebatarle de las manos el poder a los gobernantes de turno antes de que nos dejen sin país.

La primera gran satisfacción para nuestro Junte fue ver que la convocatoria tuvo éxito. Veinticuatro organizaciones sindicales del sector público, privado y de corporaciones públicas estuvieron representadas allí por uno o varios oficiales de cada unión. Debo decir con toda franqueza que estábamos muy esperanzadas del apoyo, hicimos el trabajo de hormiguitas, pero la respuesta superó nuestras expectativas más optimistas. Fue un buen problema tener que reacomodar sillas porque el salón se nos hizo pequeño. Sabemos que otros grupos han tratado de convocar sindicatos para hablar de política y asuntos electorales, pero su gestión ha sido limitadísima. Sin embargo, eso no nos desanimó, pues las mujeres sindicalistas sabemos que somos un nuevo perfil que provoca otras reacciones, otros movimientos, otras narrativas, otras esperanzas y otro liderato que es muy atractivo para las organizaciones sindicales, sus matrículas y para la sociedad en general.

Ver los rostros de compañeras y compañeros conocidos fue maravilloso. Ver rostros de sindicalistas que, por razones diversas, no habían participado de reuniones de este tipo nos llenó de entusiasmo. Ver las reacciones al encontrarnos, estrecharnos la mano a pesar de nuestras diferencias, de participar en el diálogo y en la interacción grupal, de hablarnos con honestidad e inteligencia. Era un buen grupo. De esos con los que nos gusta a una trabajar.

Durante la presentación, expresamos nuestras ideas de una forma clara y contundente presenciando mucho interés de las y los asistentes acompañado de algunas ansiedades ante temas complicados. Notar las reacciones intempestivas de personas que se friquean ante lo distinto es algo que veíamos venir. Todo eso fue parte de la dinámica que experimentamos como colectivo esa noche de jueves en un marco de respeto a la diversidad teniendo claro los objetivos.

Para el Junte de SindicaListas esta reunión es un comienzo. Una nueva puerta que se abre. Una invitación atrevida para que trabajemos como sindicatos en la búsqueda de alternativas políticas que realmente atiendan nuestros reclamos como representantes de la clase trabajadora organizada.

Sabemos que hay mucho trabajo qué hacer, pero nos alegramos de que arranquemos con fuerza, esta vez desde la ofensiva.

Sobre Karen De León Otaño