APuerto Rico no le basta con las políticas de la Junta de Control Fiscal, la falta de seguridad, el alza en el precio de los servicios básicos y políticos corruptos, sino que pronto se podrá manifestar un alza en todos los artículos que los consumidores puertorriqueños adquieren. Es que la empresa de trasporte “Crowley, en unión con la recientemente incorporada, Puerto Rico Terminals buscan unirse para controlar el 80% del negocio del muelle de San Juan.

Este nuevo ataque al bolsillo de los puertorriqueños ha sido avalado por la administración de turno, quien no se opuso a esta viciosa transacción de negocios ante la Comisión Marítima Federal. El intento de monopolio para el control de los precios no es sólo el escándalo de esta noticia, sino que en agosto del 2012, la corporación Crowley Maritime, fue acusada de actos criminales teniendo que cooperar con las autoridades federales. En aquel entonces se probó la participación de dicha compañía en conspirar con el fin de fijar ilegalmente las tarifas de los productos que llegan a puertos de la Isla. Como parte del proceso judicial, Crowley acordó transar con una demanda que le costó $13,750,000. Otra de las compañías implicadas fue la empresa Sea Star, la cual pertenece a Tote Maritime, quien junto al empresario Luis Ayala Colón buscan controlar las naviera que hacen negocios en Puerto Rico.

Esto es otra de las jugadas sucias de un grupo de gente que no le importa el bienestar del país y de un gobierno que no responde a las necesidades de su gente. Lo único que piensan es en dinero, a costa del sacrificio del pueblo. Esta como otras noticias, quedan rezagadas de la discusión pública y pasan desapercibidas, siendo de los temas que más afectan el diario vivir del puertorriqueño. Una muestra más que vinieron por el banquete total y sus barrigas (bolsillos) parecen no tener fin. Queda por preguntar, ¿qué vamos hacer?

Sobre Ángel Pérez Soler

Trabajador Social e Historiador