Se acuerdan de aquel amiguito o amiguita del barrio que no soportaba perder en nada. Sí, ese o esa que, al saberse perdido, le entraba un berrinche épico, cuya exclusiva finalidad era ganar a como diera a lugar. Estaban quienes amenazaban con llevarse el bate y la bola, si los demás no cedían a sus exigencias. Estaba el mal perdedor que llegaba a otros extremos pues recurría a descarados trucos para hacer la trampa y ganar. Poco le importaba a ese personaje quedar en ridículo, porque la cosa realmente importante era llevarse el triunfo.

Como todo mal perdedor, el PNPPD quiere llevarse el bate y la bola en el juego de lo electoral. Juego serio, aclaro, aunque entiendo que no es necesario. Cosas de un mal perdedor, así describo el caos que el bipartidismo ha sembrado durante estos últimos meses en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE). Mientras más se acerca el evento electoral, más empujan ese caos como si la vida se les fuera en ello. Es que, entre los infligidos retrasos en el proceso y las peleas cuerpo a cuerpo en la CEE (incluyendo su versión literal), evidencian desespero y la aceptación solapada de la derrota electoral. Ambos partidos diseñaron un código electoral a su medida y controlan todo el aparato administrativo y político dentro de la agencia. Siendo así, una pregunta salta irremediablemente: si esos dos partidos controlan absolutamente todo en la CEE, ¿quién realmente es responsable de que las cosas salgan mal en el proceso camino al evento? Existe una sola respuesta: el PNPPD.

En el 2020, el PNP, cogido de la mano del PPD, aprobó un nuevo código electoral que rige todos los trabajos en la CEE. El código restringe la participación de partidos emergentes. No lo digo yo, sino el código que el PNPPD aprobó y han sostenido durante estos cuatro años. Al restringir la participación de los demás partidos, el código electoral facilita las triquiñuelas que sólo ellos saben manejar. Junto al código, se establecieron varios reglamentos que imponen diferentes mecanismos para tramitar las modalidades del voto, incluido el tan cuestionado voto ausente y adelantado. Históricamente ese mecanismo lo han utilizado los dos partidos que se turnan el poder para acomodar los resultados electorales a su favor. La modalidad del voto adelantado es tan amplia, por virtud del propio código, que hasta le permite el voto adelantado por correo postal a personas que van de vacaciones fuera de Puerto Rico el día del evento electoral. Sin duda, esto es una puerta enorme de posibilidades para esos dos partidos. Basta con ser una persona activa en el registro electoral para que una solicitud sea considerada y se tramite, así que vaya haciendo usted la cuenta de cómo utilizan este asunto.

A pesar de las denuncias sustentadas en la fiscalización de los partidos “minoritarios”, el proceso que establece el código electoral carece de rigurosidad al momento de la aprobación de solicitudes y envío de papeletas, gracias a los reglamentos aprobados por ellos mismos. Ahora bien, hay algo que me llama mucho la atención y seguro que a ustedes les provocará la misma sensación. Todo demuestra que, a pesar de contar con un código electoral hecho a su medida, el PNPPD se ha enredado en su propia trampa. Parece que no les sale como querían, y qué hacen: se comportan como el mal perdedor y pretenden crear la tormenta perfecta, hablando del caos en la CEE, como una excusa para arrojar dudas sobre el proceso que ellos mismos controlan. Si no gano, jodo el proceso, es la orden del día. A eso añado la guerra abierta que hay en la CEE no necesariamente entre partidos, sino entre facciones del PNP. La herida abierta por las primarias no sólo sigue ahí, sino que ya apesta y le salen gusanos. La salida de Edwin Mundo dejó al PNP huérfano de estrategia y ejecución truculenta en el proceso. Creo que podemos coincidir en que nadie lo hace como él y eso se escucha constantemente dentro de la CEE por voz de los de su propio partido. 

Las denuncias de fallas en el proceso electoral que salen en las redes sociales son alertas que nadie puede ignorar. Tanto el PNP como el PPD sienten cómo se les evapora en sus propias caras la posibilidad de ganar. ¿Quiere un detalle importante? La gente fallecida, que “solicitó” el voto adelantado, anda devolviendo papeletas. Supongo que el tablero Ouija ya no les funciona como antes. 

No obstante, hay que ser mucho más inteligente de lo que hemos sido hasta el momento para combatir el bipartidismo. Anda corriendo una narrativa de que ya las elecciones están amañadas y que, bajo esos términos, ni siquiera vale la pena votar. ¡Atención!, eso es parte del caos que quieren crear como táctica para prevalecer en las urnas. Ante el fracaso de todo lo demás, el PNPPD quiere desanimar el voto el 5 de noviembre para ellos mover su gente y ganar. Preste atención a esto porque es lo que está corriendo. La proyección del caos al interior de la CEE, según el PNP y el PPD, no es otra cosa que una táctica publicitaria ante la falta de una estrategia política sólida para prevalecer legítimamente con el favor del pueblo. Lo suyo es un intento desesperado para desmovilizar a más de 60,000 personas que se inscribieron con la esperanza del cambio. 

Gente, ¡hay que salir a votar por la Alianza! Canalicemos nuestros deseos de cambio mediante el voto en las urnas y rompamos el cerco que por largas décadas el bipartidismo nos ha impuesto. Huele a cambio, y el PNPPD lo saben. Salir a votar porque cada voto cuenta. Votar con aires de victoria, con esperanza y compromiso. Votemos como un acto de rebeldía ante quienes se creen que somos tontos y tontas.

El miedo cambió de bando, y eso tú y yo lo sabemos.

Sobre Karen De León Otaño