En la primera vista pública que llevó a cabo el Departamento de Salud (DS) para discutir el Reglamento Número 154 “Para el uso, posesión, cultivo, manufactura, producción, fabricación, dispensación e investigación de la marihuana medicinal“, compañías de aquí y de Estados Unidos avalaron el proyecto aunque hicieron recomendaciones sustanciales.

El propósito de la vista celebrada el pasado 27 de agosto era recoger el sentir de la comunidad, pero cabe destacar que no hubo participación ciudadana, solo ponencias por parte de empresarios y expertos. El Reglamento está destinado a regular el desarrollo y distribución de medicamentos derivados del cannabis para atender “pacientes con condiciones médicas debilitantes”, lo que de por sí parece ser la principal limitación.

Desde Colorado, Estados Unidos, llegó a Puerto Rico Chloe Villano, empresaria y fundadora de Clover Leaf University, universidad destinada a la enseñanza del manejo de la industria del cannabis. Según la ponencia que presentó Villano, quien se denomina en las redes sociales como la “Cannabis Expert”, el documento no deja claro el proceso de transporte del cannabis y refleja un patrón de monopolio ya que solo se autoriza al Departamento de Agricultura y la Universidad de Puerto Rico, o a un tercero destinado por estas mismas agencias, a cultivar la marihuana y establecer los parámetros y controles de los terceros registrados en Salud.

Por su parte, Academic Science of Puerto Rico (ASPR), compuesto por un grupo diverso como el ex coronel Roberto González y el ex secretario de Agricultura Juan Bauzá, subrayaron la importancia de que el reglamento ofrezca mayores medidas de seguridad. Por dar un ejemplo, la ASPR recomendó que todo acompañante autorizado –encargado de realizar las gestiones necesarias para viabilizar el uso médico de la marihuana al paciente cualificado que tenga a su cargo– debe hacerse una prueba de dopaje cada seis meses en el Departamento de Ciencias Forenses.

A pesar de que el reglamento no especifica el número de licencias a expedir, la empresa recalcó que debe limitarse la cantidad de licencias. La ASPR sugirió el establecimiento de “doce dispensarios de cannabis medicinal para atender a un total de 48,000 pacientes”. Además, aconsejó eliminar el Hepatitis C de la lista de condiciones médicas debilitantes debido a que “existen otros medicamentos aprobados para tratar esta enfermedad”.

La ASPR también le propuso al Departamento de Salud exportar los estudios científicos del cannabis que se realizan en la Isla para así ir creando una industria permanente de investigación.

Aunque la compañía puertorriqueña Caribbean Green, la cual cuenta con expertos en área del cultivo, distribución y producción de medicamentos con cannabis, no presentó recomendaciones al reglamento y se limitaron a hablar sobre la trayectoria de la empresa, sí dejaron abierta la misma interrogante que comparten los empresarios interesados en el mercado de la marihuana en la Isla: “¿Cómo el Departamento de Salud destinará un tercero para dispensar cannabis?”

La pregunta no fue contestada por el examinador quien se limitó a señalar que “el proceso de vistas públicas es solo para recibir comentarios y recomendaciones”.

De otro lado, la ponencia de la doctora Maribel Rodríguez, fundadora de la Fundación de Investigación –centro de investigación clínica que brinda tratamientos médicos para distintas condiciones–, le dio el visto bueno al cultivo, dispensación y uso del cannabis medicinal pero no de la manera expuesta en el reglamento. Según Rodríguez, remover la marihuana de la Clasificación Núm. I de la Ley de Sustancias Controladas y reclasificarla a la Clasificación Núm. II, hace que la planta “se siga viendo como una droga sin el valor médico que amerita”.

Para que se reconozcan los beneficios médicos del cannabis y se logre ver como una “planta medicinal que nos da la madre tierra”, la doctora Rodríguez propuso pedir una solicitud para Investigar un Medicamento Nuevo (IND). De aprobarse la solicitud, se procedería a realizar “estudios con animales para ver cómo se distribuye ese medicamento [procedente del cannabis]”. Al culminar la etapa de investigaciones, los resultados se le presentarían a la Agencia de Drogas y Alimentos (FDA) para su aprobación. De esta manera, la Isla comenzaría a desarrollar productos médicos derivados del cannabis y se obtendrían evidencias claras de su uso.

“Puerto Rico se puede convertir en el centro de desarrollo y manufactura de drogas derivadas del cannabis”, dijo Rodríguez durante la vista pública.

El último en deponer fue César Cordero, presidente de la compañía GB Sciences, dedicada al control del perfil genético del cannabis por medio de cámaras de alta tecnología para controlar el ambiente. El empresario criticó el artículo del reglamento donde solo se autoriza a pacientes residentes en Puerto Rico a recibir tratamientos derivados del cannabis. Esto elimina la posibilidad de recibir ingresos por parte de pacientes del exterior, denominado por Cordero como “turismo médico”.

“Es ilógico poner esto [tratamiento de cannabis medicinal] solo para la gente bajo el ELA y no para las personas que vengan de afuera. Están dejando a un lado el turismo médico”, explicó Cordero.

En entrevista telefónica con PRTQ para principios de agosto, el Departamento de Salud aseguró que aun no se han entablado acuerdos con compañías privadas sobre el futuro del cannabis medicinal en el país. Sin embargo, varios medios de comunicación en la Isla han informado lo opuesto, reiterando que desde el 2014 GB Sciences mantiene conversaciones directas con el gobierno. De igual modo, la empresa cuenta con una sección en su portal donde explica por qué Puerto Rico es el lugar idóneo para establecer un mercado de cannabis medicinal. Entre lo expuesto, la compañía destaca la importancia del clima para el cultivo de la planta y los beneficios económicos e incentivos que reciben las empresas que operan en el país.

Sobre Némesis Mora Pérez

Periodista y maestra. Posee una maestría en Periodismo de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Obtuvo un bachillerato en Comunicación Tele-Radial en la Universidad de Puerto Rico