Libre mercado... ¿de quién?

Libre mercado... ¿de quién?

En la economía solidaria se entiende el mercado como aquel lugar construido socialmente para satisfacer necesidades. Se trata de la interacción y coordinación que hacemos cuando producimos, distribuimos y consumimos (Razeto, 2008). Esto lo hacemos todos los días cuando salimos a obtener algo para satisfacer una necesidad. Y este es un proceso permanente. Es una construcción social. No fue inventando por el capitalismo. El mercado existe antes que el capitalismo. Es ese “lugar” donde realizamos intercambios para obtener lo que necesitamos. Hoy es importante preguntarse: ¿Es libre el mercado? ¿hay oportunidad para todos y todas? ¿o es controlado? ¿manipulado? 

Aquellas ideas que convirtieron el “libre mercado” en una especie de “ciencia”, como aquella de que el “mercado se autorregula” por lo que lo mejor es que el estado no intervenga, o que hay una “mano invisible” que crea armonía o balance en la economía o que incentivar, favorecer y hasta proteger a las empresas y a los/as ricos permite que esa riqueza se “choree” hacia abajo y beneficie a todos/as, han sido superadas por la realidad que es superior al intento de hacer de una ciencia social una verdad absoluta. 

¿Cuáles son los resultados sociales de esta forma de entender la economía? ¿Qué resultados tiene esa forma de entender la economía y de facilitarla en nuestras vidas? Presento algunos datos que ofrece el economista José Caraballo Cueto: somos un país que está entre los más desiguales del mundo; la jurisdicción 19 de 289 de la nación norteamericana con el costo de vida más alto, el IVU más alto de todas las jurisdicciones de Estados Unidos, ocupamos el cuarto lugar con el costo de luz más alto de todo Estados Unidos (recordar, y jamás olvidar, a aquellos/as políticos/as que demonizaron la Autoridad de Energía Eléctrica y que decían que “la libre competencia” bajaría el costo de esta), un millón de hermanos/as con alguna situación de salud mental y cerca del 50% de la población en condiciones de pobreza. Y por supuesto, un país en quiebra. ¿Seguimos? 

Y, ¿quién creó esta realidad? ¿Fidel Castro? ¿el comunismo o socialismo? ¿los independentistas? Empiricamente hablando esta realidad fue creada por la puesta en práctica del modo de entender y hacer economía desde la lógica del supuesto de que el “mercado se autorregula”, “genera igualdad”, del “libre mercado”, la “mano invisible” y aquellas máximas del capitalismo neoliberal. 

Sí, de esa forma que es como se organiza la economía boricua. Y que es el paradigma de quienes hemos elegido por los pasados 50 años. ¿Qué es un paradigma? Una joven de 15 años lo definió de la siguiente forma; “idea que tenemos en la cabeza y que nos hace hacer cosas”. Con esas ideas se crean, organizan y establecen políticas públicas, programas, propuestas, presupuestos e incluso, es el ethos (modelo de persona) que forma nuestro sistema educativo. 

¿Puede darse otra forma de mercado? Claro. Una forma superior a la capitalista neoliberal. Pero requiere de un cambio de paradigma. De una limpieza del alma. O como lo diría el escritor francés Ignace Lepp, de higiene del alma

Por supuesto que creemos en un libre mercado, pero que sea democrático. Libre de verdad. No manipulado y controlado por intereses ajenos al bien común y a la dignidad humana. Por supuesto que creemos en la libre empresa. Una que no atente contra la naturaleza porque integra la solidaridad en todo el ciclo económico de la producción, distribución, consumo y acumulación al igual que en sus factores productivos (gestión, medios materiales, trabajo, tecnología y capital). Una empresa libre que no atenta contra los recursos naturales que son fuente de vida. 

En una economía que esté en función del ser humano y de todas las formas de vida. Eso es libre mercado y libre empresa. 


Sobre Nelson Reyes Del Valle
Nelson Reyes Del Valle


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