La Cumbre de la OTAN en Madrid: Declaración y el Documento sobre Concepto de Estrategia delineado
El pasado 29 de junio se hizo pública la “Declaración de Madrid”, aprobada por los distintos dignatarios y gobiernos participantes de la reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en esta ciudad europea. El encuentro fue precedido por otro evento efectuado por la “Coordinación de Plataformas OTAN no, Bases Fuera”, efectuada también en Madrid durante los días 24 y 25 de junio en respuesta a dicha Cumbre de Jefes de Estado. Como parte de los documentos igualmente aprobados en la Cumbre de Jefes de Estado, se aprobó el documento titulado en inglés NATO 2022 Strategic Concept. Veamos con mayor detalle el contenido y alcance de ambos documentos:
La Declaración de Madrid:
Bajo las premisas de que “la guerra ha regresado al continente europeo” y de que la OTAN es un Tratado defensivo que no presenta amenazas a ningún país, la declaración manifiesta el compromiso de los Estados participantes con lo que ellos entienden es la democracia, la libertad individual, los derechos humanos y la ley, incluyendo como parte de ella, el derecho internacional. Basada en tales premisas, la Declaración denuncia la agresión por parte de la Federación Rusa a Ucrania y el propósito de dicha alianza en que Rusia responda ante la comunidad internacional por alegados crímenes de guerra en el curso del conflicto armado. En su expresión, la Declaración también hace responsable a Bielorrusia (Belarus) por el conflicto ante su imputada “complicidad” con la Federación Rusa en la guerra librada en Ucrania.
La Declaración establece el apoyo de los Estados participantes a la independencia de Ucrania, a su soberanía e integridad territorial, así como su derecho a la libre defensa y a establecer sus propios acuerdos de seguridad con la OTAN.
Los Estados signatarios de la Declaración identifican a la Federación Rusa como la amenaza más significativa y directa contra la seguridad de los países que forman parte de la OTAN, la paz y la estabilidad de la región euroatlántica. En el caso de la República Popular China, la Declaración cataloga este país como un desafío a sus intereses y seguridad en lo relacionado con el uso de nuevas tecnologías, amenazas en los planos cibernéticos y espacio, así como otro tipo de amenazas, híbridas o asimétricas. A partir de lo anterior, indica la Declaración, es necesario el apoyo a la propuesta de adopción de un nuevo Concepto Estratégico basado en un acercamiento de 360 grados; es decir, ya no a escala no atlántica que integra los hemisferios europeo y americano, sino a escala global.
En cuanto al conflicto en Ucrania, la Declaración reafirma el compromiso de la alianza atlántica con su “socio” Ucrania, así como también con el envío del esquipo y armamento necesario que mejore sus capacidades defensivas. Igualmente, en torno al tema del “terrorismo”, la Declaración igualmente se manifiesta por un esfuerzo o acercamiento de 360 grados ante esta amenaza; es decir, un acercamiento también a escala global.
Para estos dos enfoques, la Declaración propone un nuevo modelo en el cual se refuerce la actual estructura de la OTAN, ampliando sus capacidades defensivas, incluyendo nuevos planes militares. Lo anterior incluye el fortalecimiento de la seguridad energética, la interoperabilidad entre los distintos países y la respuesta ante ataques químicos, biológicos, radiológicos y nucleares.
Uno de los acuerdos alcanzados por los Estados participantes de la Cumbre fue la creación de un fondo denominado Defense Innovation Accelerator, que a su vez integre al sector privado y la academia.
Al evento también asistieron representantes de gobiernos que al presente no forman parte de la OTAN. Algunos ni tienen relación directa con el Océano Atlántico, ni con el territorio hoy definido como europeo Tal es el caso de Australia, Japón, Jordania, la República de Corea y Nueva Zelanda. También participaron representantes de otros Estados reclamados como europeos, como son los casos de Bosnia-Herzegovina, Suecia, Finlandia, Georgia y Ucrania. Al mencionarlos, la Declaración reafirma la política de la Alianza Atlántica de “puertas abiertas”, ello en referencia al ingreso de Finlandia y Suecia, como también en referencia a Georgia, Bosnia-Herzegovina, Moldavia.
NATO 2022 Strategic Concept:
El documento comienza afirmando que el nuevo acercamiento estratégico se trata de un nuevo concepto basado en una perspectiva de 360 grados. En éste, la capacidad nuclear de la alianza constituirá el mecanismo esencial para “preservar la paz, prevenir la coerción y detener la agresión.” El concepto central de esta estrategia se sostiene en garantizar la resiliencia nacional y colectiva como elemento crítico para llevar a cabo los esfuerzos de salvaguardar a las naciones, sociedades y valores compartidos.
De acuerdo con el documento, los principios en los cuales debe sostenerse la OTAN son: (a) asegurar la defensa colectiva contra toda amenaza, en cualquier dirección, a partir de un criterio defensivo; (b) el compromiso trasatlántico es indispensable para la seguridad; (c) los valores comunes están compartidos sobre la libertad individual, los derechos humanos la democracia y la ley, ello en el marco de los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado del Atlántico Norte; (d) el fortalecimiento de la alianza se encuentra basado en un ejercicio indivisible en cuanto a la seguridad, la solidaridad y el principio de defensa colectiva, conforme está establecido en el Artículo 5 del Tratado, según el cual una agresión contra uno de los integrantes es una agresión contra todos; (e) llevar a cabo tres tareas esenciales: la disuasión y la defensa, la prevención y el manejo de crisis y la seguridad colectiva; y finalmente, ampliar la resiliencia colectiva y tecnológica.
La premisa de la cual parte el nuevo concepto en el contexto actual es la afirmación de que la Federación Rusa ha violado normas y principios que hacen de la región euroatlántica una que ya no es posible considerarla como un área de paz. Señala que la OTAN ya no puede descartar un posible ataque contra alguno de sus integrantes, por lo que “la amenazas que enfrentan son globales e interconectadas.” La Federación Rusa, indica el documento, “es la amenaza más significativa y directa a la seguridad y estabilidad de la región euroatlántica.” Indica que dicho país se encuentra modernizando sus fuerzas nucleares y ampliando el uso agresivo de nuevos sistemas de uso y lanzamiento de sus capacidades nucleares; reforzando la construcción de nuevas facilidades militares en las regiones aledañas a los mares Mediterráneo, Mar Negro y Mar Báltico; como también, procurando una mayor integración militar con Bielorrusia. Si bien la OTAN no quiere una confrontación con la Federación Rusa, dice el documento, tampoco puede considerar a Rusia como su socio. No obstante, la alianza estaría en disposición de dejar canales abiertos de comunicación con Moscú para el manejo y mitigación de riesgos, prevenir cualquier escalada de tensiones con Rusia y aumentar la transparencia con este país.
El documento también atiende el problema de la amenaza terrorista. Considera el mismo como “la amenaza asimétrica más directa hacia la seguridad de los ciudadanos, a la paz internacional y a la prosperidad.” También hace referencia a cómo los “conflictos, fragilidad e inestabilidad en África y Medio Oriente afectan su seguridad y la seguridad de sus socios.” Los conflictos en estas regiones, vinculados con problemas de seguridad, demografía, economía y desafíos políticos, se agravan por “el impacto del cambio climático, instituciones frágiles, emergencias de salud e inseguridad alimentaria.” Estas son condiciones propicias para el desarrollo de organizaciones terroristas y la proliferación de grupos armados, incluyendo violencia sexual.
En cuanto a la República Popular China, el documento señala que “sus ambiciones y desafíos a sus políticas coercitivas”, presenta un reto a “los intereses, valores y seguridad” de la OTAN. Al referirse a China, la describe como un país que procura el control clave tecnológico e industrial de otros países, su infraestructura crítica, el suplido de materiales estratégicos, cadenas de distribución para crear en estos dependencia y así aumentar su control sobre ellos.
Esta caracterización no debería sorprender a cualquier lector ilustrado. Ya lo anticipaba Lenin en su escrito El imperialismo, fase superior del capitalismo, ya que se trata del mismo patrón que han seguido todas las potencias imperiales a partir de finales del siglo XIX a la hora de procurar redistribuir el mundo en esferas de influencia.
Sin embargo, el documento señala que con tal proceder, la República Popular China pretende extender su influencia, incluso hacia el espacio y los dominios cibernéticos y marítimos, llamando la atención, por cierto con gran preocupación, a los acercamientos entre la Federación Rusa y la República Popular China al margen de las normas por las cuales se rige la OTAN. El documento plantea la preocupación del uso por parte de China de “tácticas” que dividan a la alianza atlántica.
El “nuevo concepto estratégico” plantea la preocupación de la OTAN por el potencial uso por parte de países o agrupaciones hostiles a la alianza, de armas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares. También hace referencia al desarrollo de programas nucleares y misiles en los casos de la República Islámica de Irán y la República Popular Democrática de Corea. En el caso de la República Árabe de Siria, junto con la Federación Rusa y algunas agrupaciones, presenta su preocupación por el uso de armas químicas. Señala también cómo la República Popular China ha ido expandiendo su arsenal nuclear y desarrollando intensamente sofisticados sistemas de lanzamiento.
Sobre el cambio climático, el documento lo define como el mayor desafío de nuestros tiempos. Señala que constituye un profundo riesgo para la seguridad de la Alianza Atlántica en lo relacionado con la infraestructura actual de la OTAN, sus instalaciones y activos.
El nuevo concepto de estrategia 2022 dedica una parte al tema de los mecanismos disuasivos y defensivos, estableciendo que la alianza debe estar en condiciones de proteger el territorio de todos sus Estados integrantes, su soberanía y la capacidad de prevalecer frente a cualquier agresor. Señala que el concepto debe ampliarse a una perspectiva de 360 grados, es decir, global. Para ello, la OTAN debe valerse de una adecuada combinación de capacidades nucleares, convencionales, sistemas de misiles defensivos, complementadas con capacidades cibernéticas y espaciales. Los espacios en tierra, mar y aire deben ser puestos en función de lo antes indicado, por lo que la capacidad de respuesta, preparación, despliegue e integración de fuerzas, y el establecimiento de una estructura de mando, también integrada, será determinante. La integración de recursos y capacidades debe estar presente en todo momento.
Las fuerzas nucleares estratégicas, particularmente las de los Estados Unidos, indica el documento, son la garantía mayor de seguridad de la alianza como entre global. A esto se suma también en el rol disuasivo de las fuerzas nucleares de Francia y el Reino Unido y aquellas otras por parte de los Estados Unidos instaladas en distintos países de Europa.
En esencia, nos parece contradictorio por un lado afirmar el potencial disuasivo que representan las armas nucleares por parte de estos tres Estados de la Alianza; y a su vez señalar la importancia de evitar la propagación de armas nucleares mediante el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Mediante este Tratado, se priva a otros Estados a desarrollar también la capacidad nuclear, defensiva y disuasiva, en conformidad con sus intereses nacionales. El documento también promueve la inversión de los recursos económicos de la alianza en afrontar las amenazas nucleares, químicas, biológicas y radiológicas.
En materia también disuasiva, el documento pone énfasis en la capacidad de respuesta de los Estados integrantes de la OTAN a través del desarrollo de ejercicios militares conjuntos, operaciones anti terroristas, el apoyo a civiles en manejo de crisis y operaciones para atender situaciones resultantes de cambio climático, la inseguridad alimentaria y emergencias sanitarias.
El concepto estratégico reafirma la postura de “puertas abiertas” de la OTAN para el ingreso de nuevos Estados en la alianza de manera consistente con el Artículo 10 del Tratado destacando la importancia de que aquellos países que se adhieran, compartan los valores de la alianza. Reafirma también el compromiso de apoyar la independencia, soberanía e integridad territorial de los Estados; y mantener el desarrollo de colaboración con países como Bosnia-Herzegovina, Georgia y Ucrania, considerando por encima de todo los vínculos de la OTAN con la Unión Europea.
El documento declara la región occidental de los Balcanes y el Mar Negro como zonas de alto interés estratégico para la OTAN, por lo que afirma que continuará apoyando los países en torno a estas zonas en sus aspiraciones de ingreso a la Alianza Atlántica. También declara la “zona Indo-Pacífico” como una región de alta importancia para la OTAN. Señala que el desarrollo de acontecimientos en esta región pueden tener efectos directos que afecten la Alianza Atlántica, por lo que promoverá espacios de diálogo y cooperación con “los nuevos socios de la OTAN” en la región Indo-Pacífico, que como indicamos, incluye la República de Corea, Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Concluye el documento señalando que la OTAN “es indispensable para la seguridad Euro-Atlántica.”
A raíz de los acuerdos en este encuentro, los Estados Unidos han anunciado que moverá permanentemente los cuarteles generales de su 5to. Ejército a la región oriental de Europa, precisamente en Polonia; el incremento de cuatro a seis destructores estadounidenses en la base naval de Rota, España; la ubicación de una brigada (3 mil efectivos) en Rumanía y el desplazamiento de otros 2 mi efectivos de combate; el envío de dos escuadrones adicionales de aviones F-35 a ser ubicados en el Reino Unido de la Gran Bretaña; la instalación de nuevos sistemas de defensa aérea en Alemania e Italia; mientras por su parte, el Reino Unido ha anunciado el envío de 1,600 efectivos militares hacia Estonia, duplicando el personal que ya está allí ubicado. Mayor número de tropas serán eventualmente destinadas a la defensa de los territorios del Báltico vinculados con la OTAN. Se estima que del total de efectivos militares que hoy se encuentra destinado a toda Europa, para el año entrante, podría ascender a 300 mil efectivos.
Cada día los escenarios se complican más. Si bien como han indicado algunos, la guerra en Ucrania ha unido más a los países occidentales en torno a la OTAN; la respuesta de la OTAN hacia la Federación Rusa también ha implicado un acercamiento mayor entre la Federación Rusa y la República Popular China, que puede también llegar a incluir, nuevos niveles en estos acercamientos a India y otros países que se encuentran de cara al Pacífico.
Ciertamente vivimos tiempos en los cuales se están redefiniendo fronteras políticas y comerciales; pero también nuevos bloques y alianzas militares. Serán éstos acercamientos y fronteras las que en conjunto, sentarán en las próximas décadas el destino de la humanidad.
Sobre Alejandro Torres Rivera
Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ
Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.
Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.
Comments ()