La “Alianza de País,” ha logrado unir a todas las fuerzas por el cambio más allá de preferencias de estatus político. De ahí, la desesperación de los partidos tradicionales, carcomidos y desprestigiados por la corrupción.

Saben que las próximas elecciones en Puerto Rico, reflejarán un nuevo giro histórico de cambios políticos. Por eso, como se lo ratifican sus propias encuestas internas, el liderato del PNP-PPD está a la defensiva, ante la pérdida dramática de apoyo electoral.

Esta realidad se ha evidenciado en los resultados de las últimas cuatro elecciones, donde el PNP-PPD redujeron del 52% en el 2008, al 33% en el 2020. ¡Esto significa una reducción de casi la mitad de sus electores!

De ahí, los continuos errores de estrategia en sus campañas, que no logran entusiasmar al electorado. Por ejemplo, el pueblo se ha sorprendido e indignado por el tono tan vulgar del PNP, en su intento por atraer a la juventud. ¡Eso representa una pérdida importante del sector conservador!

Al momento, ya la candidata a gobernadora por el PNP, se proyecta preocupada, ante los avances de la Alianza y ha recurrido a la antigua táctica del miedo al cambio. Ese mensaje trillado no ha tenido el efecto que esperaban. Por eso, ahora traen el tema de los fondos federales.

Por otro lado, el aburrido candidato del Partido Popular (PPD), está corriendo para llegar tercero. No inspira, ni consigue atraer nuevos electores, porque su partido se quedó en su discurso tradicional, colonial y oportunista.

No obstante, hay que reconocer que el sector religioso ultraconservador, del Partido Dignidad (PD), avanza en reclutar a muchos de sus fieles. Todo indica que el PD, habrá de duplicar sus votos del 2020, haciendo más viable la derrota del PNP.

Mientras tanto, Juan Dalmau Ramírez, candidato a Gobernador del PIP y de las fuerzas sociales emergentes del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC). Este junte histórico que sacó el 28% en el 2020, se consolida ahora cómo la única vía electoral, capaz de derrotar al PNP, en el 2024.

Dalmau, conoce bien las debilidades de ese bipartidismo corrupto y ha logrado sembrar la esperanza en la mayoría del electorado del país. No se trata solamente del entusiasta respaldo a Dalmau de la juventud y los menores de 40 años.

También se percibe entre los adultos mayores, una tendencia a cerrar filas por el cambio, molestos con la corrupción, la ineficiencia y el abandono de los servicios públicos de los gobiernos PNP-PPD. Esto asegura una contienda muy cerrada.

Ya entramos en la recta final de estas elecciones con un PNP-PPD, también divididos por las cicatrices de sus recientes contiendas primaristas. De ahí que sectores importantes de su base, no votarán, reduciendo el raquítico 33% y 32% del 2020. ¡El más bajo de su historia política!

Mientras tanto, JGO pierde diariamente apoyo, por su compulsión de mentir, arrogancia y torpeza mediática. Por su parte, Dalmau sigue creciendo entre los votantes independientes. Así lo reflejan las recientes encuestas con alguna credibilidad.

El fervor esperanzador por el candidato a la gobernación de la Alianza es evidente en todas las actividades en que participa. Esta realidad garantiza un crecimiento significativo del voto mixto, como ha ocurrido en las últimas tres elecciones.

En las próximas cuatro semanas, nos daremos cuenta de la magnitud del apoyo electoral sin precedentes de la Alianza. Nada podrá detener a un pueblo unido, especialmente una juventud esperanzada en el cambio, para mejorar nuestra calidad de vida.

Sobre José 'Papo' Coss