El veterano actor Josean Ortiz, luego del éxito de su estreno del monólogo “Tite Curet, Alonso, Lírica y Poesía” en La Fundación Nacional para la Cultura Popular en San Juan, volvió a presentarlo este fin de semana en el teatro Luis M. Arcelay de Caguas.

La pieza escrita por Ortiz abre las puertas a las actividades programadas para la celebración del centenario del compositor en 2026.

Inspirado en los escritos de la compañera de Tite Curet, Norma Salazar, Josean Ortiz seleccionó los datos biográficos y las canciones más importantes que dieron la vuelta al mundo en las voces de cantantes famosos como Ismael Rivera, Cheo Feliciano, La Lupe, Héctor Lavoe, Danny Rivera, Celia Cruz, Ismael Miranda y Rubén Blades entre otros.

Toma prestada la escultura de Tite ubicada en la plaza de Armas de San Juan desde 2011 para crear su personaje. Idea arriesgada, pero a la larga inteligente pues recrear a Tite en escena es un gran reto porque todavía el verdadero Tite Curet está vivo en nuestro recuerdo. Quienes le conocimos recordamos su voz, su caminar, su mirada, su sonrisa y su sencillez. La escultura cobra vida a las tres de la madrugada cuando suenan las campanas y se pone de pie para recorrer su ilustre vida como compositor.

Josean Ortiz logra en su actuación reflejar la personalidad noble que caracterizaba a Curet Alonso y su voz poderosa, dicción perfecta, entonaciones y matices llenos de colorido, le llevaron a forjar un ritmo escénico de tal vitalidad que no se sintió la larga duración de la pieza (1:30) y ni siquiera hizo falta un intermedio.

El maquillaje creado por Víctor Coriann y el vestuario coordinado por Josean Ortiz y Moncho Conde se acercan bastante a las características de la escultura real creando así la magia necesaria para la escena.

La escenografía de Moncho Conde y Astrid López recrea con éxito el banco y el pájaro que posa en la esquina. Al fondo una pantalla proyecta una foto de las tiendas que se ven detrás de la escultura en la Plaza de Armas. También es utilizada para proyectar los videos de las canciones interpretadas por los artistas que las hicieron famosas, según hace alusión a ellas.

La iluminación de David Esperón, siempre tenue, permite la intimidad necesaria para atrapar al público.

La documentación biográfica de esta pieza teatral serviría perfectamente de guión para un documental cinematográfico.

Las emociones del público eran notables según la nostalgia iba arropando el ánimo de los presentes, al punto de tararear algunas de las canciones. Uno de los momentos que provocó más reacciones fue la presentación de la canción “Juanito Alimaña” que habla de corrupción.

El mejor termómetro esa noche fue mi esposo. Cada minuto estaba más y más emocionado. Fue para él un viaje a su adolescencia y la buena música que lo acompañó. Al día

siguiente no podía parar de hablar de todo lo que había disfrutado la pieza.

Tite Curet fue una persona de marcada conciencia social, así lo reflejan muchas de sus canciones y los parlamentos muestran las reflexiones de Curet sobre estos temas. Resalta que Curet fue un ser humano sencillo, interesado en los temas del amor, la denuncia social y que además fue un poeta de la esperanza.

Sobre Delvis Griselle Ortiz