La organización de base de fe, Casa Amor Fe y Esperanza, inauguró el programa Duerme Tranquilo, el cual busca satisfacer la demanda de vivienda de calidad en la población estudiantil universitaria.

El programa Duerme Tranquilo nace de la necesidad de vivienda que tienen los jóvenes estudiantes universitarios, particularmente luego del cierre de todas las viviendas propiedad de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Según la pastora de la iglesia Casa Amor Fe y Esperanza, Gladys Belkis Ortiz, la falta de vivienda era evidente. “Jóvenes llegaban al centro diciéndonos que se quedarían en la calle, luego del cierre de Resi Campus”.

Este reclamo llevó a Ortiz a  moverse y busca espacios para lograr brindar vivienda accesible para los jóvenes universitarios. “Los universitarios, que son los futuros profesionales que brindarán servicios al país, deben tener la tranquilidad de una vivienda digna, mientras se preparan académicamente. El país los necesita, y para que se preparen bien, no deben estar teniendo el stress de no tener vivienda”, señaló Ortiz, quien lleva sobre diez años sirviendo comida a los estudiantes, en busca del liberar la carga económica de los jóvenes.

Parte de las motivaciones de Ortiz a trabajar el tema de vivienda ha estado cimentada en las conversaciones sostenidas con estudiantes en el proceso de la pandemia del Covid 19, quienes han comunicado que a raíz de las medidas de seguridad tomadas por el gobierno para evitar la propagación del virus, provocaron la reducción y cierre de espacios laborales, particularmente los empleos a tiempo parcial en los centros comerciales. “Se habla mucho que la gente no quiere trabajar, pero eso no es verdad. La gente lo que no quiere es ser explotada y muchos comercios le dan trabajos a nuestros universitarios, bajo malas condiciones laborales”, expresó Ortiz.

Por su parte, la directora del programa Duerme Tranquilo, Igneris Pérez señaló “El Proyecto Duerme Tranquilo es un espacio que reconoce que los estudiantes universitarios tienen derecho a una vivienda digna y asequible, que posibilita que puedan obtener un grado universitario sin comprometer necesidades básicas como tener un techo seguro”.

Para Pérez, quien fue estudiante universitaria y participó del programa Mesón de Amor de Casa Amor Fe y Esperanza, la población estudantil tiene pocos recursos disponibles. Más allá de la subvención de la beca Pell, son pocos los servicios que se le ofrecen.

“Este proyecto permite visibilizar que los jóvenes universitarios son una población en riesgo y necesidad, que mucho hacen con los pocos recursos que se les ofrece. A todo joven se le debería ofrecer un espacio que les brinde seguridad para que puedan desarrollarse a través de la educación, sin tener que preocuparse dónde va a dormir y qué va a comer”, señaló Pérez.

El primer espacio de vivienda estará ubicado en el Seminario Evangélico y acogerá 16 estudiantes de diversas parte de la isla. La organización logró conseguir fondos para la construcción 20 a 25 habitaciones adicionales en el segundo piso de su sede en Río Piedras.

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