Previo a las elecciones del pasado 5 de noviembre, VAMOS-Concertación Ciudadana se sumó al llamado mayoritario que hicieron las organizaciones políticas y electorales del país de boicotear las consultas sobre la presidencia de EE.UU. y de preferencia de estatus. Por ejemplo, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) pidió un voto en blanco, mientras que el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) hizo un llamado a dañar las papeletas escribiendo algún mensaje como “Fuera LUMA”. El único partido electoral en apoyar la consulta fue el partido de gobierno.

En nuestro caso, la campaña Táchalas llamó a invalidar las papeletas de diferentes maneras como protesta ante:

1. El gasto ofensivo que representaban estas consultas en un momento de estrechez fiscal.
2. La promoción de divisiones artificiales para el tema de la descolonización, que se debe manejar desde la concertación, el desarrollo de agendas comunes y la construcción de soberanía desde el pueblo.
3. La realidad de que las consultas se impulsaron por el oportunismo partidista y politiquero del régimen PNP para agitar a su base y movilizarla.
4. Su incumplimiento con los mínimos sustantivos y procesales establecidos por el derecho internacional para los procesos de descolonización.
5. Y, en el caso de la consulta presidencial, por no responder a las realidades políticas de Puerto Rico y EE.UU.

Los resultados de esta consulta, que sólo se podría calificar como una encuesta, se dividieron como sigue:

Muestran un crecimiento en el apoyo a la independencia desde la última vez que se midió durante un evento electoral ordinario. De 74,895 (4.0%) en el 2012 a 293,224 (25.9%) en el 2024. Además, considerando la campaña oficialista que igualaba la Libre Asociación con la independencia, el apoyo a alguna forma de independencia aumentó a un 36.2%:

Por otro lado, si se considera el llamado mayoritario de las organizaciones políticas y partidos electorales a rechazar la consulta, podría ser igualmente útil interpretar los resultados desde los cambios en el aval a la estadidad.

En total, en el 2020 la estadidad apenas alcanzó una mayoría de 50.8% entre las personas que salieron a votar, mientras que en el 2024, el 47.7% la apoyó. Visto de otro modo, las personas que participaron del evento del 2024 y no ofrecieron su consentimiento a la absorción de Puerto Rico al imperio fueron el 52.3%. Eso es un aumento desde el 2020, cuando el 49.2% de las personas que salieron a votar se negaron a consentir a la estadidad. 

También podemos ver que el apoyo a esa alternativa bajó en números absolutos. De 834,191 en el 2012 y 655,505 en el 2020, a 540,635 en el 2024. Se podría señalar la posibilidad de que eso respondiera a una disminución en las personas que participaron de las elecciones, pero también se puede observar una reducción en el porcentaje sobre el padrón electoral.

Nos parece que cualquier posibilidad de disolución nacional no puede obviar a quienes, por las razones que sean —incluyendo el hastío, el desencanto o la no validación de eventos electorales en la colonia— deciden no salir a votar. Considerando esto, nos parece importante medir los resultados con relación, precisamente, al padrón electoral, aunque este dato tenga el defecto de excluir a las personas que no están inscritas. En el 2012, se logró el consentimiento a la estadidad de parte del 34.7% del listado electoral, y en el 2020 de parte de un 27.8%. Mientras, en las elecciones del 2024, los voceros del miedo y la dependencia administrativa, económica y fiscal solo lograron una expresión de consentimiento de parte del 27.2%.

De todos modos, lo más importante para VAMOS fue que en las redes sociales se mostró un boicot activo a esta forma de tratar de resolver el problema colonial. Pudimos observar personas compartiendo papeletas que tenían mensajes a favor de la descolonización e independencia o favoreciendo algunas luchas particulares, incluyendo el fin del genocidio y la ocupación en Palestina, sin validar el mecanismo marcando alguna alternativa. Entre votos en blanco y papeletas mal votadas, hubo 182,528 personas que utilizaron esos mecanismos de protesta.

En VAMOS entendemos que el único camino para la descolonización es uno que repare los daños que ha causado el colonialismo a Puerto Rico, uno que reconstruya y rescate nuestras instituciones, nuestras capacidades y nuestra autosostenibilidad; uno que desarrolle y entregue soberanía al pueblo para que en el momento que estemos listos le podamos decir al imperio, que ya no manda en nuestro país. Invitamos al país a continuar rechazando estas consultas fatulas y asumir un proceso verdaderamente democrático, participativo y transformador para la descolonización.