¿Qué es colocarse en el lado correcto de la historia? Hay quienes dicen que la respuesta depende del crisol desde el que se mire. Otros y otras pensamos que no son tantos los matices y aun cuando existan, están muy definidos entre un punto y otro. Más todavía cuando de lo que se trata es de hacer valer exigencias históricas realizadas por colectivos tanto en Puerto Rico como en nuestra región. Entonces, si hablamos de la recién presentada Reforma Universitaria, propuesta por el Comité de Reforma Universitaria, vis a vis la férrea oposición de las y los rectores de los 11 recintos a dicha medida cabe preguntarse, ¿quién está al lado correcto de la historia?

Al momento existen dos grandes posturas. Por un lado, está la propuesta que hace valer exigencias históricas de reforma. La exigencia de reforma universitaria surge de lo que hoy conocemos como la Revolución Universitaria de Córdoba de 1917 de Argentina. En aquel entonces, poco más de un siglo, se exigió lo que exigimos hoy: democracia y representatividad equitativa, autonomía universitaria y despolitización partidista de la toma de decisiones de la universidad. Dichas exigencias se propagaron como pólvora por nuestra América. Puerto Rico no fue la excepción ni en las ansias, ni en las luchas. Al igual que en el resto de nuestros países, en Puerto Rico los espacios de participación de la comunidad universitaria solo existen en el presente a partir de las luchas del pasado. Es también, la presente propuesta heredera de dichos procesos. Tan cercano como en la Huelga Sistémica del 2017 una de las principales exigencias fue precisamente la implementación de una reforma universitaria que garantizara la autonomía, la democracia equitativa y el acceso a una educación pública, accesible y de calidad.

Es al calor de los procesos huelgarios del 2010, 2011 y 2017 que se crean los Comités de Reforma Universitarias (CRU, CRU 2.0 entre otras) que de una forma u otra pusieron su granito de arena para que hoy exista el Proyecto del Senado 1536. Del legado de las luchas pasadas resurge una nueva iniciativa en pro del rescate del primer centro docente del país. Mediante el presente proyecto de ley se tiene como objetivo fomentar el cogobierno equitativo, eliminar el control político partidista de la Universidad y comenzar a fortalecer las finanzas institucionales. Es decir, no solo cumplir con las exigencias históricas de la comunidad universitaria sino también atender la falta de transparencia y la politiquería en el liderato administrativo que tanto ha señalado la Middle States como una de las mayores amenazas a la acreditación universitaria.

Para quienes hemos participado de luchas estudiantiles, la máxima aspiración siempre ha sido lograr una educación pública, accesible y de calidad donde impere el cogobierno democrático al interior y una autonomía firme con respecto al gobierno central. Si bien el presente proyecto de ley no resuelve todos los males que aquejan la UPR, no es menos cierto que es un paso en la dirección correcta. Hay momentos en la vida donde se está en el lado correcto o en el lado incorrecto de la historia.

Ya conocemos los que por dinero se sitúan en el lado incorrecto. Son aquellos y aquellas que alzan la voz para frenar las iniciativas o las protestas de la comunidad universitaria pero callan ante las alzas de matrículas, los recortes millonarios y la desarticulación de nuestro sistema público de enseñanza universitaria. Nos toca entonces, desde el lado correcto de la historia, apoyar lo necesario. Lo necesario siendo un paso hacia una educación pública, accesible y de calidad.

Sobre Francisco Santiago Cintrón

Natural de Guayama, Puerto Rico, Francisco Andrés Santiago Cintrón cursó estudios de ciencias políticas y relaciones laborales para luego completar estudios en la Escuela de Derecho en la Univers