En las comunidades escolares a lo largo y ancho de la Isla, cada vez se hace más evidente la necesidad de atemperar las estructuras y normativas tradicionales a los y las jóvenes (LBGT – Lesbianas, gays, bisexuales y transgénero). Si bien es cierto que la carta circular 16-2015-2016 es un paso de avanzada al establecer que “no se impondrá la utilización de una pieza particular de ropa a estudiantes que no se sientan cómodos con la misma por su orientación o identidad de género”, todavía faltan asuntos por atender. Así lo expresó Cristina Torres, quien se ha desempeñado como directora escolar en la región de Ponce del sistema público de enseñanza, por los pasados 19 años.

“Hay una lucha pendiente y es lo relacionado al uso de los baños. Muchos jóvenes transgénero no desean usar el baño de los varones, porque sabemos que a veces al visitar el baño de los varones enfrentan situaciones difíciles y se sienten más seguros yendo al de las niñas. Hay algunas escuelas donde se ha adoptado tener llaves para los baños, pero no hay una norma general”, expresó Torres, de quien el activista Pedro Julio Serrano se refiere como “un ejemplo a seguir”.

Y es que para el 2013, cuando Torres se desempeñaba como directora de la escuela superior Lila Mayoral, en Ponce, permitió que un joven transgénero se graduara de cuarto año vestido de muchacha.  “Este joven desde que llegó a la escuela había tenido una lucha intensa por hacer valer sus derechos. Uno de los problemas que tenía se daba en la fila del comedor. En aquel entonces se separaban en filas a los niños y las niñas. Él quería estar en la fila de niñas y no lo dejaban. No había razón para que se hicieran dos filas, así que decidimos que se hiciera una, no había justificación para separarlos por género y la situación se resolvió”, recordó la educadora.

El joven transgénero se distinguió en su clase graduanda. Venía de una comunidad pobre y se superó ante la adversidad. Así las cosas con motivo de la graduación se le notificó que se le daría el reconocimiento Fénix de Fuego.  “Yo le pedí que viniera a la graduación, porque había dicho que no llegaría. Pues el día de la graduación yo no lo encontraba y los estudiantes me decían que sí, que él estaba en el grupo. Llegó con su pelo largo de peluca, con tacos y con un vestido hecho por él mismo. Lo abracé, me alegré por él y lo gradué. Fue ovacionado por todos los estudiantes porque respetaron su lucha durante toda la escuela superior”, rememoró.

El acto, que debe ser la norma, fue tomado como una afrenta por unos maestros que le pusieron a Torres una querella en la División Legal del Departamento de Educación.

“La querella no prosperó, pero ilustra la falta de tolerancia. Yo creo que los jóvenes tienen una mente más abierta”, dijo.

Por su parte, el portavoz de Puerto Rico Para Todos, Pedro Julio Serrano, indicó que urge una mayor conversación en el tema de identidad de género.  “Los padres tienen que apoyar a sus hijos e hijas en su expresión del género y enseñarle a respetar a aquellos estudiantes de la comunidad LGBT. Cuando reconoces los derechos de unos, reconoces los derechos de todos”, dijo Serrano.

El activista catalogó la medida del Departamento de Educación en cuanto al uso de uniformes como un paso de avanzada y recordó que “existe una política pública de no discrimen por identidad de género y eso no puede ser letra muerta y eso incluye a las escuelas públicas, donde no se puede discriminar a aquellos estudiantes que expresen su género de cierta forma. Se les tiene que afianzar su dignidad, ayudarlos con su autoestima y a respetarlos. Los niños no nacen con prejuicios, tenemos que abrir mentes y corazones”.

Es importante señalar que la Encuesta Nacional de Discriminación Transexual (National Transgender Discrimination Survey) reflejó que entre el 40 y el 50 por ciento de las personas trasngénero ha intentado suicidarse en algún momento de su vida.

Importante aclarar conceptos

También el Instituto del Género y Educación de Avanzada (IGEA) del Proyecto Matria expresó satisfacción al establecerse como política del Departamento de Educación la libertad de uso de uniformes escolares de acuerdo al género con el que se identifique cada estudiante.

“Asegurar el bienestar de los y las estudiantes en las escuelas no debe centrarse solamente en el aspecto educativo, sino en que cada joven pueda desarrollarse plenamente de acuerdo a su identidad y en aprender a respetarse mutuamente para fortalecer la sana convivencia social y escolar”, opinó el Coordinador de IGEA, José Rodríguez Irizarry.

El experto recalcó la importancia de aclarar conceptos y promover la educación en el tema de perspectiva de género.

“Como una persona se vista, poco o nada tiene que ver con su orientación sexual, más sí con su expresión o identidad de género. La orientación sexual de una persona indica hacia qué sexo biológico se siente atraído o atraída. La identidad de género indica cómo esa persona se identifica más allá de lo que es su biología, y esto se manifiesta a través de su expresión de género. Por lo que puede haber una persona heterosexual que nació con pene pero se identifica con el género femenino, y es de acuerdo a esa identidad que decide cómo expresa conceptos sociales como la vestimenta. Esa persona no tiene un trastorno, no está enferma ni necesita ayuda más allá de que se le permita ser quien es sin trabas institucionales o sociales innecesarias,” manifestó.

“Es ahí donde entra la nueva directriz del Departamento de Educación, que no está para beneficiar a comunidad alguna, sino para proteger el desarrollo pleno de cada estudiante de acuerdo a como él o ella se identifica. Una persona que es apoyada al expresar su género es una persona libre, en cuerpo, en mente y en dignidad, y eso, entendemos, es lo que se procura a través de esta medida para cumplir con lo que dicta la Ley hoy día”, añadió.

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