Son las 9:50 de la mañana y en el recibidor de la Escuela Libre de Música, en Hato Rey, se escuchan sonidos de trompetas. Aunque parecería un ensayo de la Orquesta Sinfónica, no se trata de eso. Los alumnos de esta escuela superior practican con ahínco y compromiso las partituras. Los pasillos están llenos de adolescentes que no se despegan de sus instrumentos, violines, guitarras, saxofones y muchos otros. Se respira música.

En el interior del Centro de Innovación Musical Rafael Hernández, que ubica en la escuela sanjuanera, se observa a varios jóvenes con headsets frente a monitores de computadoras. En lugar de tener el teclado tradicional de letras y signos, el instrumento de producción en esta aula es el piano computarizado. El curso que se imparte es el de Introducción a la Composición Musical.

El Centro, construido por la Fundación del Banco Popular, se convierte en un espacio donde la creación no tiene límites, donde el poder de componer es infinito.

“Cuando escribo canciones, me desahogo, expreso lo que siento. Mis composiciones son un agradecimiento a Dios, son canciones cristianas”, explica Zaret Figueroa, de 17 años, quien cursa el cuarto año.

Aunque aspira a seguir estudios universitarios en oncología pediátrica, Zaret dice que “la música nunca se deja” y que ella seguirá tocando y componiendo con su conocimiento del violín, trombón, piano y guitarra.

El maestro de la clase, Rubén Toledo Tellado, explicó que el valor del Centro de Innovación Musical radica en las oportunidades de desarrollo que brinda al estudiante gracias a la tecnología.

“Los estudiantes crean melodías, que al entrarlas en los programas Sibelius, las pueden escuchar en la propia computadora e ir haciéndole arreglos. Las escuchan en distintos instrumentos. En este salón el maestro es un guía, es el estudiante el que prospera con su inspiración”, comentó el profesor.

Emmanuel Segarra, de 18 años, es graduado de la Libre y estudia su primer año en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Cuando estudiaba en la Libre no había salones como el Centro por lo que para seguir progresando compró el programa Sibelius a $500 y lo instaló en la computadora de su casa. El joven aseguró que la tecnología representa muchas ventajas y rapidez en la composición para los estudiantes, dejando atrás el pasado en el que todo era manual.

Fundación Banco Popular invierte en la educación musical  

La creadora del conocido Método Montessori, como herramienta de enseñanza y aprendizaje a nivel mundial, la italiana María Montessori, decía que la música abría las puertas del corazón y daba fuerza al espíritu: “Hoy se busca la forma de poner a la mano del pueblo la música con conciertos en plazas públicas, acercándolas a las masas sociales… sin embargo, es la educación la que debe realizar este proceso, sin la educación musical adecuada, tendremos un pueblo de sordos a quienes les es negada la posibilidad de regocijo musical”.

Desde finales de la década de los noventa, la Fundación Banco Popular se ha convertido en gestora y promotora de la educación musical en las seis Escuelas Libres de Música del Departamento de Educación, en todo Puerto Rico. Estas ubican en Mayagüez, Ponce, Humacao, Caguas, San Juan y Arecibo.

“En la Fundación, nuestro compromiso principal es con la educación en Puerto Rico. Durante los años que llevamos midiendo el trabajo que hacen las organizaciones sin fines de lucro, nos hemos percatado que aquellas que trabajan en educación con las artes, tienen un impacto bien grande en el aprovechamiento académico de los estudiantes. Eso está más que probado en la literatura y nosotros lo hemos podido ir constatando apoyando a las Escuelas Libres de Música, es algo muy importante para nosotros y para Puerto Rico”, reflexionó la directora ejecutiva de la Fundación Banco Popular, Beatriz Polhamus.

Según explicó, la Fundación ha logrado dotar a las seis escuelas laboratorios e instalaciones a las que ahora llaman Centro de Innovación Musical, por las infinitas posibilidades que representa la tecnología que poseen.

Estadísticas oficiales reflejaron que tan solo en el año escolar de agosto de 2014 a mayo de 2015, un total de 494 estudiantes se vieron beneficiados de estas instalaciones. Los estudiantes, que tocan instrumentos tales como la guitarra, la mandolina, la trompeta, el clarinete, la viola, el saxofón, la flauta y el piano, entre muchos otros, disfrutaron del aprendizaje en una instalación altamente tecnológica. Ampliaron sus conocimientos en escritura y composición musical, grabación y edición de audio, así como teoría y solfeo.

Llevan los Centros fuera del área metropolitana

Una de las personas que conoció de primera mano el mundo que se abría para los estudiantes fue el profesor de saxofón, de la Escuela Libre de Música, en Humacao, Raciel Reyes.

Este rememoró aquellos días en que recibió su preparación musical en el Conservatorio de Música de Puerto Rico.

“Estudiaba en el Conservatorio. Cuando abrieron un laboratorio de tecnología por primera vez eso cambió mi vida. Descubrí todo lo que se podía hacer. No sólo tenía mi instrumento sino que podía llevarlo al máximo. Estos laboratorios en estas escuelas permiten que los estudiantes aprendan muchas cosas, más que tocar el instrumento. En los tiempos de antes, para publicar la música, lo tenías que hacer a mano, llevarlo a una imprenta. Ahora, con la computadora lo puedes escribir digitalmente, y vas escuchando cómo suena mientras lo vas escribiendo, lo que acorta significativamente el tiempo de composición”, explicó Reyes.

El maestro lleva 12 años enseñando en la Libre de Humacao. La tecnología de avanzada le ha permitido generar grabaciones con los estudiantes y darlas a conocer.

“Estos jóvenes salen directamente al mundo laboral, a tocar en agrupaciones, me agradecen haber ido a un estudio, haber tenido estos laboratorios. No hay forma de decir en palabras el agradecimiento a la Fundación Banco Popular. Yo, como maestro, he podido dar más de lo que se puede decir en palabras”, comentó.

El director de la Escuela Libre de Música, en Humacao, Wilfredo Figueroa García, coincidió.

“Estas instalaciones son tan avanzadas que los estudiantes aprenden cómo mercadear su música, hacer sus propias producciones a prepararse a la altura de la tecnología mundial. En las escuelas se enseña música tradicional pero la Fundación nos permite enseñarle a los estudiantes a cómo ser autosustentables con el instrumento que ellos tocan y producen música”, dijo Figueroa.

Centros de Innovación a la Vanguardia Musical

El primer Centro de Innovación, en aquel entonces, laboratorio, fue inaugurado entre el 1999 y 2001 en la Escuela Libre de Música, en Hato Rey. Polhamus mencionó que en aquella ocasión no sólo se dieron fondos para el laboratorio, sino que también se ayudó a mejorar las sillas del teatro. El proceso de construir los Centros transcurrió hasta el 2006. Con el paso del tiempo y el uso, la Fundación identificó que en el 2014 era tiempo de remodelar y restaurar, obra que se culminó entre 2014 y 2015.

“Los equipos principales que nosotros adquirimos son los pianos, las computadoras MAC y programas de composición musical Sibelius, que permiten, entre muchas cosas aprender a tocar piano y componer. En la remodelación hemos arreglado las computadoras, hemos colocado sillas, se ha trabajado la conexión a internet, como las instalaciones profesionales a nivel mundial. Cada Centro es un lugar bien interesante. Todas las estaciones de los alumnos están conectadas a la estación del profesor. El profesor puede escuchar lo que ellos tocan y acercarse al estudiante cuando note algo desde su estación. Los equipos de los Centros son los equipos que utilizan los profesionales y los artistas”, indicó Polhamus.

La música ha permitido en estas Escuelas incrementar la retención escolar, promover buenas conductas, mejor autoestima, mayor compromiso y dedicación.

Sobre Sara Justicia Doll