Convergencias urgentes
Cada dos años, se celebra en la ciudad de Chicago un encuentro llamado Labor Notes. Este evento es un espacio de convergencia entre trabajadoras y trabajadores que, en su mayoría, están organizados sindicalmente o afiliados a diversos gremios en Estados Unidos y sus territorios. Labor Notes tiene como norte el que se puedan compartir ideas y planes que ayuden a la clase trabajadora a mejorar sus estrategias colectivas de organización y lucha obrera. Durante los tres que dura este hermoso y productivo encuentro, se estructuran talleres de trabajo a base de diferentes asuntos que giran sobre temas como la organización política y sindical en tu taller de trabajo, las estrategias de cómo convertir un problema laboral en una campaña organizativa, los derechos laborales vigentes y hasta uno que otro taller dirigido a conversar sobre qué hacer cuando la unión “te rompe el corazón”. Cada uno de estos foros basó su contenido en un proceso de reflexión, educación, empatía y solidaridad. En ello vemos la valía de Labor Notes para quienes tenemos la maravillosa oportunidad de asistir.
El Junte en Labor Notes
Este año, una representación del Junte de Mujeres Sindicalistas tuvimos la oportunidad de asistir al evento en Chicago y participar de un panel titulado “Mujeres en el Liderato Obrero”. Un tema de por sí interesantísimo y de vigencia extraordinaria, considerando el contexto macharrán que impera en el movimiento sindical puertorriqueño. Asimismo, este tema se enlaza directamente con los objetivos de nuestro Junte y la meta de hacer de los sindicatos espacios más feministas. Compartimos el panel con mujeres poderosas que dirigen espacios sindicales de talleres tradicionalmente masculinos, como la industria automotriz y de trasportación aérea. Cada una de ellas compartió su experiencia para alcanzar la posición de liderato y fue muy impresionante la manera en que nos identificamos con las historias escuchadas. Nos pareció muy cercano oír testimonios sobre los tropiezos que vivimos (aún en contextos lejanos) a causa de las estructuras sindicales dominadas por hombres, la falta de espacios para reflexionar de manera seria y honesta dentro de las uniones y sobre las agresiones de todo tipo que se dan al seno de nuestras organizaciones (sexuales, laborales y verbales). Sí, todas estas situaciones específicas abundan en el ambiente sindical y, claro, aludo al de Puerto Rico. Yo, como mujer sindicalista, he experimentado situaciones de agresión de tipo sexual, laboral y verbal y, en unas cuantas ocasiones, todas de la misma persona.
La diversidad que presenciamos en Labor Notes representa algo bien relevante y es que, a pesar de los tropiezos, hemos avanzado mucho en la búsqueda de equidad en los espacios directivos de las uniones y gremios. Anotamos el avance, por supuesto, pero también nos dimos cuenta de que muchos de los retos que enfrentamos como mujeres sindicalistas siguen intactos y concluimos que sólo trabajando unidas podremos superarlos. Durante ese fin de semana hicimos una larga introspección individual y colectiva y, de paso, advertimos que, como grupo, podemos hacer mucho más para adelantar la agenda de las mujeres en los sindicatos, procurando espacios de análisis profundo sobre los cambios en el mundo del trabajo en Puerto Rico y el efecto de esos cambios para las mujeres trabajadoras.
1 de mayo
Tras la jornada en Chicago, regresamos a la isla con mucho entusiasmo, nuevas ideas y ganas de trabajar en la creación de planes que integren lo aprendido. En esa dirección, el Junte colaboró en la coordinación para los eventos camino al 1ro de mayo, Día Internacional de las y los Trabajadores. Como sabemos, cada año este día nos evoca acciones concertadas y militancia sindical y, en esta ocasión, enmarcamos los reclamos alrededor del año electoral que nos concierne. La cuestión electoral es un tema que hemos trabajado en el Junte junto con el liderato obrero desde agosto del 2023. Bajo las primeras lluvias de mayo, el liderato allí congregado hizo un llamado a la acción política ante los cientos de trabajadores y trabajadoras presentes. La declaración que presentamos como colectivo en la actividad, contuvo los reclamos básicos de justicia salarial, cambios en la política pública a favor de la clase trabajadora, las denuncias contra la privatización y la salida de la Junta de Control Fiscal. Ahora bien, la particularidad del mensaje ofrecido es que no quedará como una lectura más frente a La Fortaleza. Desde nuestras mesas de trabajo colectivo, tenemos la intención de que sea parte de un plan de campaña camino a las elecciones generales de noviembre. Tarea ardua, pero toca completarla.
Para el Junte esto constituye un paso importante porque impulsa los temas que propusimos en agosto del año pasado. A modo de recordatorio, el Junte propuso la confección de un plan urgente de la clase obrera que incida en la política pública del país. Además, la participación activa y concertada en el evento electoral, como estrategia colectiva desde nuestras bases. Eso se complementará con el apoyo de las matrículas para que su liderato sindical lleve un mensaje de fuerza y unidad. Por supuesto, esto incluye el presentar una propuesta que aglutine los reclamos del 1ro de mayo convirtiéndolos en proyectos específicos para que sean adoptados por quienes pretenden ocupar posiciones electas.
Todo esto es un gran reto. Quizás el mayor, lo sabemos, es despertar las voluntades del liderato de cada gremio para presentar a las matrículas un mensaje uniforme, a través de procesos educativos que ayuden a entender el andamiaje electoral y el panorama político que enfrentamos y todo desde la perspectiva de la justicia laboral que perseguimos. Según la experiencia del Junte de Mujeres Sindicalistas, en las asambleas que nos han invitado a presentar propuestas dirigidas a la organización y participación electoral, las y los trabajadores se muestran receptivos y con entusiasmo nos comentan sus ideas de cambio y sus preocupaciones sobre el futuro de nuestro país. Así que el reto tiene la puerta abierta ya en varios espacios y eso nos entusiasma. En las conversaciones que hemos participado se resalta el hecho de que las bases de nuestras organizaciones están conscientes de la urgencia que existe y que insertarnos de forma activa en la creación de la política pública es una herramienta poderosa de cambio. Claramente, la clase trabajadora sabe lo que necesita, también lo que no. Saben que este año es crucial para la protección de los derechos laborales y lograr la restitución de lo arrebatado, pero también saben que quienes nos arrebataron esos derechos NO los van a devolver.
No tenemos miedo
Durante la marcha de este 1 de mayo cantamos una consigna: “somos más y no tenemos miedo”. Desde el Junte de Mujeres Sindicalistas se nos hace urgente demostrar con acciones concretas, precisamente, que no tenemos miedo y que somos capaces de organizarnos e impulsar el cambio que merecemos para nosotras y nuestras familias. Sin miedo, como actuaron los mártires que conmemoramos cada 1ro de mayo. Sin miedo, como las trabajadoras textiles de Chicago en 1908. Sin miedo, como en nuestro verano del 2019. Tenemos que dar el paso firme y decisivo que nos coloque como protagonistas y no espectadores.
La verdad es que no debemos dilatar más en el seguimiento a estos temas. Quienes tenemos el privilegio de liderar espacios sindicales, nos ocupa también la responsabilidad de encaminar proyectos que abarquen mucho más que negociar un buen convenio colectivo. Proyectos que impacten la vida de las y los trabajadores en su entorno, con sus familias y en sus comunidades.
En las próximas reuniones con la representación de los 40 grupos convocados el pasado 1ro de mayo, impulsaremos la continuidad de la campaña que presentamos en la Calle Fortaleza. Es imperativo convocar a las matrículas para acciones conjuntas de formación y movilización, involucrando a los sectores laborales que, lamentablemente, aun no cuentan con una representación sindical. Asimismo, urge dejar a un lado las diferencias ideológicas para concentrarnos en lo que nos une que es el deseo de un mejor Puerto Rico para todos y todas.
La tarea es dura, pero nos basta con mirar la historia política de la lucha obrera desde 1945 para saber que es posible un gobierno de las y los trabajadores. Nos mueve la esperanza de una Alianza, no sólo político/electoral, sino de un liderato obrero dispuesto a sacudir las entrañas para despertar al gigante dormido: la clase trabajadora organizada.
Sobre Karen De León Otaño
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