Me rindo y caeré en la tentación de reflexionar sobre lo ocurrido esta pasada semana, probablemente una de las más largas en lo que va de año o por lo menos una de las más miserables. No hablo en términos simbólicos, todo lo contrario… ¡no podría ser más real y concreto!

Cuando un 42 % de la población ve esposados y camino al tribunal federal a dos de los legisladores que ayudaron con sus votos a poner en sus escaños, la decepción debe ser mayúscula. Para el resto del país se trata de una muestra más de la corrupción rampante que ha caracterizado al gobierno de Ricardo Rosselló  González y su sucesora Wanda Vázquez Garced.

Tanto a la representante Carmen Milagros Charbonier Laureano como al representante Nelson del Valle Colón se les acusó de robo, soborno, lavado de dinero y obstrucción a la justicia entre otros cargos federales. Los dos tuvieron una carrera ascendente al interior del Partido Nuevo Progresista. En el caso de Charbonier presidió la Comisión de lo Jurídico de la Cámara Baja y asumió la de la Comisión de Ética en sustitución del muy notorio Jorge Navarro Suárez, a quien se le destituyó cuando se subió a las redes sociales un vídeo en el cual un guardia de seguridad le propinaba un “pescozón” en una de sus redundantes borracheras públicas.

Cuando llegó en el 2017 a la legislatura a Charbonier le precedía una carrera profesional marcada por señalamientos del Tribunal Supremo por conducta impropia en el ejercicio de la abogacía y señalamientos de la Oficina del Contralor por la facturación excesiva al Municipio de Canóvanas por servicios legales a personas indigentes. Esto no pareció perturbar al electorado novoprogresista que votó masivamente por ella en las elecciones del 2016.

En una ocasión la alcaldesa de Loíza, Julia María Nazario Fuentes, del Partido Popular Democrático, describió a la representante como una “cristiana de mucha maldad” por su verbo corrosivo contra los que se le oponían y sus posiciones muy conservadoras. El Código Civil, uno de sus proyectos más importantes, fue repudiado por múltiples sectores aún cuando la gobernadora Wanda Vázquez lo convirtió en ley. En su defensa, sus compañeros en la legislatura la describen como una mujer “muy trabajadora”, de “cuna humilde” y “producto de su propio esfuerzo”.

Nelson del Valle, por el contrario, proviene de una familia acomodada, fue representante del 2005 al 2008, corrió para la alcaldía de Toa Alta, trabajó como asesor legislativo y, finalmente ganó un escaño por el distrito nueve en la Cámara en la cual preside varias comisiones. Sin embargo, su carrera política carece de brillo u obras a favor de sus correligionarios.

Según el pliego acusatorio, ambos legisladores se agenciaron ilegalmente más de $100 mil dólares de dinero del pueblo de Puerto Rico. A preguntas de los periodistas, el fiscal federal Stephen Muldrow atribuyó a la avaricia, las motivaciones de estos legisladores para agenciarse un dinero que no les correspondía y que obtuvieron mediante “kickbacks” de sus empleados más cercanos.

Tanto Charbonier como del Valle son producto de una generación de políticos “pragmáticos”, para quienes el éxito se mide por lo que lo que tienen, no por lo que devuelven al pueblo que confió en ellos.

Siempre al rescoldo del gobierno, gozaron de jugosos salarios, (aunque la representante Charbonier aseguraba que ella no podía vivir con un salario de $75 mil dólares), beneficios y servicios por los que cualquier otro ser humano debe pagar muy caro.

Ese romántico “vengo a servir, no a servirme” no los representa. Los contratos millonarios, los puestos sin méritos, la impunidad y el abuso de poder describen mejor a esa casta enajenada que abusa del resto del país.

Nuestro país está en bancarrota y se lucha por llegar a fin de mes mientras estos políticos usan atrechos que los favorecen a ellos , amigos y familiares. Si los cargos contra Charbonier y del Valle progresan se sumarán a la larga lista de políticos que cumplen sus sentencias y luego desaparecen del paisaje dejando tras de sí un pueblo cada vez más desconfiado en sus instituciones, abatido y en la búsqueda constante de una solución que no alcanza identificar y que lo lleva a cometer el mismo error una y otra vez.

Sobre Daisy Sánchez

Su labor profesional en el campo del periodismo y la investigación le han merecido varios reconocimientos. Dos de sus libros han sido premiados: "Cita con la Injusticia" y "La que te llama vida: In?