Arturo Alfonso Schomburg, nacido en San Juan, Puerto Rico, el 24 de enero de 1874, fue una figura seminal en la historia y la cultura afrolatina. Desde niño, se le dijo que los negros no tenían historia, una afirmación que lo impulsó a dedicar su vida a desmentir esa noción y a demostrar la rica herencia y las contribuciones de los africanos y sus descendientes.

Educado en San Juan y motivado por la proclamación de la abolición de la esclavitud en Puerto Rico solo meses antes de su nacimiento, Schomburg se convirtió en un defensor apasionado de la independencia de Puerto Rico y Cuba. Emigró a Nueva York en 1891, donde se sumergió en estudios de medicina y derecho, aunque no completó estos grados debido a la discriminación racial. Trabajó en varios trabajos, incluyendo un puesto en la Bankers Trust Company, y continuó su educación, formando amistades con figuras prominentes como José Martí.

Schomburg no solo fue un activista político, sino que también se convirtió en un coleccionista incansable de artefactos culturales que reflejaban la experiencia afrodescendiente. En Nueva York, su pasión por la historia y la cultura negras encontró un hogar en Harlem, donde se involucró en la vida intelectual y social de la comunidad afroamericana.

Su colección de libros, manuscritos, y obras de arte creció hasta convertirse en una de las más importantes en su campo, lo que llevó a la Biblioteca Pública de Nueva York a adquirirla por $10,000, una suma significativa en esa época. Con ese dinero, Schomburg continuó sus investigaciones en Europa, profundizando su conocimiento y su colección.

El legado de Schomburg es vasto. No solo fundó lo que ahora es el Schomburg Center for Research in Black Culture en Harlem, sino que también escribió y publicó extensamente sobre la historia y la cultura negra. Sus contribuciones ayudaron a cimentar un sentido de orgullo y conocimiento entre las comunidades afrolatinas y afroamericanas, y su trabajo sigue siendo una fuente invaluable de conocimiento y empoderamiento.

Para los afrolatinos, Schomburg representa un modelo de excelencia y un recordatorio de que su historia es rica y digna de ser contada. Desafió la narrativa de que los negros carecían de un pasado digno de ser recordado y celebró las culturas y logros africanos. Su vida y obra son un testimonio de la importancia de conocer y honrar nuestras raíces y contribuciones al mundo.

La figura de Schomburg es crucial para las personas afrolatinas porque encarna la lucha contra la invisibilización de la historia negra. Él demostró que la historia afrolatina está intrínsecamente ligada a la grandeza de las civilizaciones africanas y a su impacto global. Arturo Alfonso Schomburg es un icono que desafió las nociones de inferioridad y estableció un precedente de excelencia y orgullo afrolatino. Su trabajo insta a las generaciones presentes y futuras a continuar descubriendo y celebrando su herencia cultural y contribuciones históricas.

• Texto de Corredor Afro

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