Apaga el micrófono
No es necesario compartir la foto. Los hechos los conocemos. Antulio “Kobbo” Santarossa, junto a Roque José “Rocky The Kid” Gallart Ortiz y la dirección de SBS, sexualizaron a una menor de edad en televisión nacional a nombre de la “libertad de expresión” en un intento de atacar a Alexandra Lúgaro, candidata al Ejectuvio. Sabemos que no es la primera vez que Kobbo intenta salirse con la suya para hacer dinero a costa del sufrimiento humano.
No podemos olvidar que SúperXclusivo, programa que originó La Comay, fue sacado de circulación previamente tras un llamado victorioso para boicotear dicho espacio televisivo. Los hechos fueron atroces: tras el hallazgo, con muestras de tortura, del cuerpo de José Enrique Gómez Saladín, Kobbo insinuó en su cobertura que el publicista buscó ser quemado vivo por alegadamente solicitar servicios sexuales. En aquel momento se logró apagarle el micrófono precisamente por utilizar el sufrimiento humano, el odio, el prejuicio y la violencia para generar rating.
Cuando se habla de apagar el micrófono no se habla de “sacar a quienes piensan distinto”. Lo que tenemos de frente no es una mera diferencia de opinión, sino que son posturas que ponen en peligro a los sectores más vulnerables de la sociedad. Diferencia de opinión es si te gusta o no el chocolate, si prefieres la pizza sobre una combinación china o si prefieres la tanda de cine de las 2:00 p.m. a la de las 8:00 p.m. Lo que hace Kobbo es exponer menores de edad al ataque de terceros, mofarse del aspecto físico de las personas, de su orientación sexual, de su tez de piel, entre muchas otras barbaridades que tiene como efecto reproducir la violencia que se vive en la calle.
Estos actos son peligrosos por demás. Debemos recordar que no es la primera vez que se dirigen ataques contra hijos o hijas de una persona candidata a la gobernación. Jamás podemos olvidar que el 24 de marzo 1976 se secuestró y asesinó a Santiago Mari Pesquera, hijo mayor del entonces candidato a la Gobernación, Juan Mari Bras. Con esto quiero decir que el ataque que lleva acabo Kobbo Santarrosa, al exponer y sexualizar a una menor de edad no solo es muestra de su pedofilia y misoginia, sino que también pone en peligro la integridad física de dicha menor. Nuestra historia así lo muestra.
En fin, cuando se habla de apagar el micrófono no se trata de “acallar opiniones”, sino de salvaguardar la integridad física de nuestros seres queridos ante el odio que se despliega en dicho programas y que se repite en la sociedad. Si bien en lo inmediato significa sacar La Comay del aire ante un comportamiento tan atroz, ello trasciende su programación. Aquí no se trata de silenciar opiniones, sino de evitar que personas en la calle utilicen las barbaridades que se dicen en onda nacional para justificar la violencia que día a día viven las niñas en nuestro país. Con cada día que que Kobbo siga al aire, el mensaje que se envía al país es que una persona puede sexualizar a una niña y salirse con la suya. Por ello no podemos esperar más, hace falta apagarle el micrófono. Esta vez, de manera definitiva.
Sobre Francisco Santiago Cintrón
Natural de Guayama, Puerto Rico, Francisco Andrés Santiago Cintrón cursó estudios de ciencias políticas y relaciones laborales para luego completar estudios en la Escuela de Derecho en la Univers
Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ
Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.
Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.
Comments ()