Amor a la Patria

Amor a la Patria

Mensaje leído en la Vigesimosexta Entrega del Galardón al Servicio Público en Puerto Rico, 25 de julio de 2024.

Me llamo Josué Montijo Rodríguez y me dirijo a ustedes como un humilde hijo de Puerto Rico y como un servidor público comprometido con nuestra gente.

Quienes me conocen saben que no soy de muchas palabras y prefiero que mis acciones y trabajo siempre hablen por mí. Pero esta ocasión es muy especial y será con palabras como exprese lo que siento. Les aseguro que cada una de ellas sale de lo más profundo de mi corazón y de mi conciencia, porque soy un puertorriqueño orgulloso de lo que es y de lo que ha hecho por nuestra sociedad. 

Nunca he creído en las casualidades. Les digo con mucha honestidad que me parecen un rasgo de cierta vagancia a la hora de analizar las cosas. Creo en las causalidades y, sobre todo, en que uno tiene que estar abierto a ellas para comprenderlas y obtener las enseñanzas que traen. La fecha de hoy, 25 de julio de 2024, significa mucho para mí y estoy convencido de que no es una mera casualidad que sea hoy mismo cuando reciba este galardón por mi trayectoria en el servicio público. Sé que esta fecha es importante para mucha gente en nuestro país, porque conmemoramos el día de nuestra Constitución y la fundación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, pero yo le doy un valor bien distinto y me consta que muchos de ustedes también lo hacen.

El significado que le doy a esta fecha nace de una experiencia muy personal y de la cual pocas veces he hablado en mi vida. Aprovecho esta bonita ocasión y la comparto para poner en perspectiva los sucesos a los que uno se expone y nos marcan una causa a seguir.

Este galardón se lo debo, en principio, a esa experiencia, pero igual a las personas que luego me guiaron, apoyaron mis decisiones, aplaudieron mis logros, me aconsejaron bien ante mis errores y, más relevante aun, me colmaron de amor y comprensión durante todo este trayecto. Este premio se lo dedico de todo corazón a esas personas.

Hay eventos que marcan a uno, que forjan nuestro carácter y definen el derrotero a seguir. En ocasiones, uno mismo no los capta del todo, pero ocurren y, a pesar de no verlos inicialmente, van trabajando dentro de uno a su ritmo. Estoy seguro de que muchos de ustedes coincidirán conmigo.

El 25 de julio de 1978 se convirtió en una fecha crucial para mí y se lo debo a las primeras vistas senatoriales sobre los sucesos del Cerro Maravilla que se trasmitieron algunos años después. Yo era un adolescente cuando las pasaron por el canal 6 y las vi enteras, pues no me despegaba del televisor. Escuché y vi todo lo que se dijo, y para mí fue un despertar en mi conciencia como puertorriqueño. Se preguntarán cómo un adolescente se sienta a ver algo así. Es una buena pregunta, y se las contesto: pues gracias a mi abuela materna, doña Carmina Rodríguez Guzmán, que dejaba de hacer todo lo que estaba haciendo en la casa para sentarse frente al televisor. Para ella, las vistas eran como las novelas que daban en esos tiempos y de las que era bien fanática. Mi abuela me cuidaba y yo, imitándola, hacía lo mismo. Me contagió con su interés y le hacía muchísimas preguntas para yo entender lo que estaba pasando con esos señores. Ella me las contestaba con gran paciencia. Ya mi abuela mora con el Señor, pero sigue presente en mi vida y le agradezco profundamente toda esa experiencia y las enseñanzas que me regaló.

En las vistas senatoriales del Cerro Maravilla aprendí cosas valiosas y aquí resalto algunas. Por ejemplo, aprendí que en la vida uno debe luchar con tesón y valentía por lo amado y eso incluye la Patria que nos vio nacer. Uno no debe ser un mero espectador de las cosas que suceden en el país y, si es preciso, hay que darlo todo por lo que uno cree. Aprendí que llega el momento en que se debe entrar en acción, dejando a un lado toda la palabrería bonita y las excusas. Hay que sacrificarse cuando toca y ponerse en la primera línea sin esperar que sean otros quienes lo hagan por ti. Uno tiene el deber de poner el grano de arena para lograr un mejor futuro para nuestro país. Si uno no lo hace, tampoco puede pedírselo a otros porque sería una hipocresía.

Me aprendí de memoria los personajes de esa historia sobre el Cerro Maravilla: los protagonistas, los actores secundarios, los extras que luchaban por destacar en cada capítulo. También, supe sobre personajes que actuaban fuera de cámara y que eran muchos, por cierto. Tuve claro quiénes eran los buenos y quiénes los malos y, sobre todas las cosas, qué bando debía tomar para hacer Patria. Demás esta decir que eso último es lo más relevante para mí.

La Historia es una gran maestra. Han pasado décadas desde que trasmitieron esas primeras vistas senatoriales. Algunos de esos personajes siguen vivos, otros han muerto y están los que desaparecieron en el olvido. Pero recuerdo ese episodio de nuestra Historia para reafirmarme en que desde adolescente tomé la decisión correcta. Hoy digo, sin equivocarme, que estoy orgulloso y satisfecho.

Gracias por este galardón que me entregan hoy. Lo recibo con alegría y mucha humildad. Aquel sueño que empezó justamente al ver las vistas del Cerro Maravilla, el sueño y la causa de hacerme policía y llegar a ser Coronel de este noble cuerpo, se hizo realidad y todo este recorrido ha estado colmado de enormes satisfacciones. Hemos defendido a nuestra amada isla de las garras del comunismo, de su miseria y terror. Me siento apreciado y, ante ustedes, reitero mi amor a la Patria y mi compromiso inquebrantable con la defensa de lo mejor para nuestro Puerto Rico y la democracia. Siempre estaré disponible para servirles en todo lo que se me necesite. El sacrificio por mi país será un verdadero placer. Muchas gracias por su atención y, sobre todo, por este galardón que recibo hoy.


Sobre Josué Montijo
Josué Montijo

Josué Montijo (1975, Ponce) es escritor e historiador. Después vino la zozobra (Ediciones Laberinto, 2024) es su libro más reciente.


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