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Por: Madres del proyecto de Movilización y Abogacía Comunitaria del Instituto del Desarrollo de la Juventud
Como madres siempre queremos lo mejor para nuestras hijas e hijos. Nos las buscamos para que ellos estén bien y tengan todo lo que necesiten. Escarbamos donde sea necesario para que adquieran las herramientas para triunfar. Sabemos lo que es vender agua, almuerzos, bizcochos, hacer rifas y cualquier cosa necesaria para proveer a nuestras hijas e hijos. Siendo madres, sabemos que tenemos la responsabilidad de que nuestras hijas, hijos y los hijos del barrio tengan una buena calidad de vida.
Según el Instituto del Desarrollo de la Juventud, el 58% de la niñez en Puerto Rico vive bajo los niveles de pobreza, 62% de niños, niñas y jóvenes viven en familias monoparentales y el 70.1% de las madres solteras viven bajo el nivel de la pobreza. Si esos números son alarmantes, imaginen lo que significa saber que nuestras vidas son parte de esas estadísticas. En cada una de nuestras historias se reflejan muchos de esos datos espantosos. Nuestras familias son las historias detrás de esos números y por esa razón es que somos importantes al momento de cambiar estas estadísticas.
El gobierno de Puerto Rico y sus funcionarios electos, nos venden la ilusión de querer trabajar por Puerto Rico y mejorar las condiciones de vida de la población. Pero a la misma vez, imponen leyes que son obstáculos para que seamos nosotras y nuestro país quienes produzcamos y echemos hacia adelante.
Sepan que nos reunimos para soñar, para pensar en la vida que merecemos y necesitamos. ¿Saben qué? Siempre llegamos a un punto en la conversación en el que todas coincidimos, ¡Nosotras queremos trabajar! Como todo el mundo. Queremos trabajar con un salario justo, con beneficios y con permanencia. Y es que invirtiendo en oportunidades laborales justas es como disminuirá la pobreza.
Nosotras no queremos vivir en casas feas, pero no tenemos ni para darle una pinturita, mucho menos para poner una reja más bonita. No porque vivamos en un barrio o en un residencial público tenemos que vivir en las peores condiciones. Muchos nos juzgan desde afuera, se dejan llevar por las condiciones precarias de nuestras comunidades, pero no piensan en que adentro estamos luchando por echar hacia adelante. En nuestros barrios somos miles aportando para mejorar las condiciones del lugar en que vivimos. Queremos ser productivas en el mercado laboral, pero el mercado debe proveer las oportunidades y beneficios necesarios para que así lo seamos.
Lo que necesitamos son buenos trabajos, trabajos que provean la oportunidad de sostener a nuestra familia sin tener que sacrificar nuestros derechos como mujeres trabajadoras puertorriqueñas.
Para eso, necesitamos empleos a tiempo completo con:
- Un salario justo para poder vivir.
- Permanencia y seguridad laboral para planificar nuestras vidas y asumir riesgos reales al invertir en bienes personales como nuestros hogares.
- Plan médico y días por enfermedad para poder atender las necesidades físicas de nuestros cuerpos y el de nuestras familias.
- Días de vacaciones para descansar.
- Desarrollo laboral para aspirar a más.
Nuestras hijas, nuestros hijos y todas las familias puertorriqueñas quieren y merecen algo mejor.
Mamás del Grupo de Abogacía y Movilización Comunitaria
Las Margaritas
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