Por Carmen Laura Bonilla

El comienzo del año es un magnífico momento para mirar más allá del aquí y el ahora, de imaginar lo que realmente queremos, de escuchar atentamente a aquello qué nos está llamando y lo que nos está inspirando para el nuevo año.

En ese espíritu, quiero presentar varias sugerencias para que consideres entre tus intenciones para el 2023. Éstas son sugerencias que pueden tener un impacto positivo tanto en tu salud como en nuestro medio ambiente.

1. Considera reducir la cantidad de carne que consumes. Expertos de Harvard establecen que las personas que consumen más vegetales tienden a consumir menos grasa saturada, menos colesterol y más vitaminas C, E, más fibra, ácido fólico, potasio, magnesio. Esto te puede ayudar a tener colesterol más bajo, bajar la presión sanguínea y a reducir tu índice de masa corporal.

Y, cuando reduces la cantidad de carne que consumes, contribuyes a ahorrar consumo de agua porque la producción de carne y productos lácteos usan agua intensamente. Se estima que producir una hamburguesa de 1/4 libra requiere 660 galones de agua. Esto es el equivalente del agua que consumes tomando una ducha por 2 meses. No es de sorprender que, en Estados Unidos, se estima que 55% del agua consumida se usa en la crianza de animales. Cuando un buen número de nosotros reduce la cantidad de carne que consumimos, podemos ahorrar agua, especialmente importante durante los períodos de sequía que conocemos muy bien en Puerto Rico.

¿Cómo puedes empezar? Comienza haciendo cambios pequeños, como, por ejemplo, sustituye 1 ó 2 porciones de carne que comas a la semana por vegetales verdes, brócoli, tofú, habichuelas, garbanzos, que son fuentes de proteína vegetal.

2. Cuando hagas compra, busca y pregunta por productos orgánicos. Esto incluye frutas, vegetales, granos, carne y productos lácteos. Al consumir productos orgánicos, te beneficias de una nutrición más alta en antioxidantes. Se cree que los antioxidantes pueden proteger las células de tu cuerpo de los radicales libres, relacionados con enfermedades de corazón, cáncer y otras.

Los alimentos orgánicos se producen a través de procesos que aportan al terreno, reducen la contaminación y proveen un lugar de crianza sano para los animales, resultando en un proceso más sustentable. La agricultura orgánica evita el uso de productos químicos en la producción de alimentos, resultando en alimentos más sanos y nutritivos.

Al mismo tiempo, la agricultura orgánica mantiene la calidad del suelo, aún luego de cosechar. Esto es muy diferente de los problemas causados por la agricultura industrial que, aplicando productos químicos al suelo matan los micro-organismos que habitan en él, lo pueden llegar a desertificar y quitar su capacidad productiva.

Es importante tener en cuenta la calidad de nuestros suelos porque el suelo atrapa dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. En otras palabras, un suelo saludable nos puede ayudar a reducir el calentamiento del planeta que está causando tantas tragedias climáticas.

¿Cómo puedes empezar? Comienza preguntando en tu supermercado, plaza del mercado o mercado agrícola por productos orgánicos. O, considera comprar tus vegetales y hortalizas directamente de fincas agroecológicas. Algunas fincas hacen rutas de entrega de sus productos en sus regiones. Puedes buscar “finca agroecológica” en Facebook. Aparece una lista.

3. reducir comidas procesadas y empezar un huerto casero. Hoy por hoy, la mayoría de las comidas para la venta en los supermercados consiste de comidas procesadas. Las compramos en cajas, latas, botellas, congeladas y en bolsas, por ejemplo. Muchas veces, contienen demasiada sal, azúcar y aceites que pueden causarnos sobrepeso, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Llevándonos a reflexionar, el autor Michael Pollan ha dicho que la comida procesada es el resultado de la industrialización de nuestra comida, esto es, la producción de comida en plantas manufactureras. Quizás has escuchado de los experimentos hechos con hamburguesas procesadas, de las vendidas en establecimientos de comida rápida. Se ha observado que éstas no se han descompuesto aún pasado más de un año. Es preocupante pensar en cómo estos preservativos afectan nuestra salud.

Reducir la cantidad de comidas procesadas en tu dieta te puede ayudar a bajar de peso, reducir probabilidades de enfermedades, reducir tus costos de cuidado de salud. Cuando comienzas a comer más comida natural, puedes mejorar el valor nutritivo de tu dieta, obtener más y/o mejores nutrientes de tu comida, sentirte con más energía, mejorar la frecuencia de ir al baño, sentirte mejor.

Y reducir el consumo de comida procesada puede tener un impacto positivo en el planeta a través de reducir los empaques como cajas, latas, botellas y bolsas. Al consumir menos comidas procesadas, podemos diversificar nuestras dietas que se han limitado mucho con las comidas procesadas.

Ya muchos puertorriqueños y puertorriqueñas han empezado su huerto casero donde cosechan mucha de su comida. Tú puedes hacer lo mismo. En tu huerto, puedes controlar tus prácticas de siembra, evitando el uso de productos químicos fertilizantes o herbicidas.

¿Cómo puedes empezar? Identifica cuáles son los vegetales y hortalizas que usas en tu cocina. Busca y siembra semillas o compra plantas de un vivero.

¿Cuáles de estas sugerencias te inspira? Comparte en los comentarios.

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Acerca de la autora, Carmen Laura Bonilla es la fundadora de Yo Amo Verde, un grupo generando más conciencia ambiental entre residentes de Puerto Rico y nuestra diáspora. Carmen Laura te invita cordialmente a unirte al grupo en la plataforma de Facebook a través de https://www.facebook.com/groups/yoamoverde

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