VAMOS va a Collores

VAMOS va a Collores

Por: Juan R. Fernández

Ex-Rector, Recinto de Río Piedras, UPR

Tenemos en Puerto Rico 6 barrios llamados Collores por eso la convocatoria indicaba era para el de Orocovis a reunión cuya agenda requería de varios días para su adecuada consideración. Se trataba de atender el interés según expresado inicialmente por el Círculo de Caguas de VAMOS “por conocer las acciones realizadas durante los dos años de existencia del colectivo para evaluarlas, aprender de las experiencias tenidas en las diferentes unidades, mejorar la coordinación de las acciones para incrementar su impacto”.

VAMOS, según se describe en su documento constituyente “es un movimiento político amplio no partidista en el cual organizaciones, colectivos e individuos nos educamos, organizamos y movilizamos para lograr bienestar social, salud, prosperidad y felicidad. Con profundo orgullo de la identidad y cultura Boricua, perseguimos la transformación de Puerto Rico para alcanzar nuestra Visión de un pueblo apoderado que, desde las comunidades, construimos un país sostenible, inclusivo, participativo, solidario, justo y equitativo”.

Advierto que la anterior propuesta, a los dos años de la fundación de VAMOS, todavía está en preparación por tres razones principales:  1. las múltiples otras actividades realizadas durante ese período;  2. su contenido final deberá surgir tan amplia e intensamente como sea posible desde las comunidades, y  3. ya hemos aprendido que lo urgente no necesariamente se debe resolver de prisa.  Tan es así que los cuatrienios aunque reconocemos nos afectan, no nos determinan.

Sigamos.  Llegamos a Collores a media tarde del jueves 1ro. de febrero no sin antes haber tenido experiencias directas, incluyendo ricas conversaciones con compatriotas, que han hecho realidad la recuperación sobre la cual tantos otros hablamos y hacemos recomendaciones. Destacándose entre estas la reparación comunitaria de las vías de comunicación mediante exclusivo esfuerzo propio. Para dar una idea señalo que para llegar a Casa Collores, propiedad de Nuestra Escuela donde pernoctaríamos y se celebrarían los diálogos y conversatorios, es preciso cruzar los vados sobre cuatro corrientes de los ríos Toro Negro y Matrullas los cuales requirieron reparación. Por no hablar de la remoción de escombros a través de caminos  y carreteras del barrio.

Al llegar fuimos recibidos por Nancy Págán y María Burgos quienes tendrían a cargo la preparación de alimentos, lo cual supieron hacer de modo superlativo, pero que,  al incorporarse al grupo de dialogantes respondiendo a la solicitud del compañero Justo Méndez, enriquecieron los mismos impactando nuestra sensibilidad con sus relatos vivenciales de lo que ha significado para ellas y sus vecinos del barrio Toro Negro (Ciales) la solidaridad y sentido de pertenencia convertido en familiaridad con el correr de los años.

Nancy y María fueron bálsamo para calmar la inicial tristeza provocada por las inesperadas cancelaciones de participantes que habían expresado su intención de asistir. Tanto así que el primer asunto tratado en la reunión de aquella primera noche fue sobre la deseabilidad de seguir adelante con la agenda preparada o suspender la reunión que se iniciaba. Los 6 participantes que constituímos una especie de avanzada del grupo, decidimos seguir adelante principalmente por dos razones. La primera, aprendida en los deportes, de que al comenzar la competencia es mejor ocuparse de los que están que seguir lamentándose por los que faltan, y la segunda  porque confíabamos en los siguientes días se incorporarían otros compañeros y compañeras.

Afortunadamente, así ocurrió. El viernes arribaron tres jóvenes (Berimer Ramos; Jethro Colón; Omar Ayala)  quienes participarían hasta el domingo demostrando que la calidad es preferible a la cantidad;   el sábado se integraron las profesoras Liliana Cotto y Sarah Huertas luego de esta última participar en una excelente conversación en conferencia que tuviéramos la noche anterior con el Círculo de Salud de VAMOS con excelentes compatriotas de la diáspora en Washington, Philadelphia y Miami con las cuales acordamos reunirnos y visitar comunidades durante su estadía en Puerto Rico el próximo mes de marzo.

Sin embargo, la participación más significativa se guardó para el sábado por la tarde y prima noche sin permitir que la falta de energía eléctrica lo impidiera. Entonces en la cancha de baloncesto bajo techo construída gracias al esfuerzo comunitario y el buen uso de recursos económicos obtenidos por sus líderes, escucharíamos a estos exponer – lo que en otro contexto se llamaría Lección Magistral –  sobre el desarrollo histórico de la comunidad Toro Negro y  “su proyecto de sostenibilidad demostrativo de Puerto Rico que Va a Ser”.  No me es posible extenderme aquí en detallar lo allí expuesto y las explicaciones ofrecidas a las intervenciones de los presentes.  Por otra parte, es imprescindible compartir con los lectores cuando menos lo siguiente:  1. en sus comienzos, al reunirse la comunidad de Toro Negro para dialogar sobre su futuro deseado cayeron en cuenta que su recurso natural más valioso es el río que circula a través de la jurisdicción. Se concluyó que el río por ser de todos requiere la protección de todos y de ahí la limpieza y el cuidado que se  le ha tenido desde que llegaron a tal convencimiento, y 2. que el objetivo principal en su futuro deseado es proteger su estilo de vida lo que requiere sumo cuidado al establecer sus objetivos materiales comenzando con que los mismos deberán estar en armonía con la naturaleza y no en contra de ella.

Dejo para finalizar lo que para mi fuera la más agradable – entre las muchas -sorpesas disfrutadas en aquellos cuatro inolvidables días.  El sábado por la tarde mientras nos preparábamos para salir a la reunión en  la cancha llegó a Casa Collores un grupo de compatriotas que venían desde el barrio Cialitos para participar en la actividad y deseaban conocernos y compartir con nosotros antes de la misma.  Impactante fue conocer que desde hace algún tiempo al ellos conocer lo que se había logrado en Toro Negro, quisieron  beneficiarse de cómo lo habían logrado. Su visita era parte del proceso que se ha venido dando para compartir experiencias entre ambas extraordinarias comunidades. Lucía como estábamos contemplando haciéndose el Puerto Rico que va a ser. El Puerto Rico que florecerá desde las comunidades cuando nos demostrarán lo que puede lograrse desde la solidaridad, desde el compartir esfuerzos, vivencias, anhelos, esperanzas  y el comprender que el bienestar individual depende del bienestar general. Como ocurre en el corazón de la Patria donde tenemos lugares en los cuales en vez de referirnos al Puerto Rico que va a Ser podemos hablar del Puerto Rico que ya va Siendo.


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