Salud Pública, Educación en Salud, Discurso y Poder en la Pandemia de Covid-19

Salud Pública, Educación en Salud, Discurso y Poder en la Pandemia de Covid-19

Foto: Revista Análisis

 

Prof. María T. Borges-Cancel *

Todo comenzó al mediodía del jueves, 12 de marzo del 2020. Durante esa tarde recibí la comunicación donde se me informó que la actividad académica no se ofrecería de forma presencial y que esta medida estaría vigente hasta que la gerencia académica comunicara una fecha de regreso a modalidad presencial o híbrida. En este mensaje fui alertada que el COVID-19 había llegado a mi entorno físico. Ese día me sentí vulnerable. Sin embargo, desde la primera semana de marzo se nos había confirmado que el virus había llegado a la Isla.

El mes de marzo marcó para siempre nuestra historia, nos movilizamos y comenzó el proceso de confinamiento, cuarentena o el mal llamado distanciamiento social. Desde la distancia, inicié un proceso de diálogo y reflexión con los estudiantes y algunos colegas sobre los eventos relacionados al COVID-19.

Luego de varias conversaciones telefónicas con la Prof. Lydia E. Santiago, resultó evidente que debíamos estimular una mirada crítica a los mensajes que nos estaban y que aún nos continúan llegando. Los mensajes que en muchas ocasiones repetimos, y como menciona en nuestras conversaciones a distancia mi colega Noelia García, caemos en contradicciones entre nuestros propios mensajes y los marcos teóricos que conocemos; es decir, mogollas teóricas que no necesariamente son compatibles. En estas reflexiones inherentes a nuestra actividad académica y profesional, nos acercamos inevitablemente a los estudios críticos del discurso (ECD).

La intención de este ensayo es compartir mis reflexiones sobre algunos de los discursos utilizados en la Pandemia de Covid-19. Desde este escrito quisiera unirme al cuestionamiento de Bernard-Henri Lévy (2020), sobre si la viralidad no es solo del virus, sino del discurso en torno a él. De igual forma, quisiera mencionar algunos de los aciertos y retos que han permeado la práctica de la Educación en salud crítica durante esta pandemia. También me parece importante compartir de forma transparente mí travesía y vaivenes en este océano de palabras y números, con un virus que nos ha vuelto locos como expresara Bernard-Henri Lévy (2020). Pero más importante acercarme a cómo el discurso oficial en torno al virus impacta nuestro quehacer profesional e intercambio personal. Desde el pasado mes de marzo he identificado los siguientes discursos: (1) el discurso de confinamiento, (2) los discursos bélicos, (3) los discursos de culpa, (4) los discursos de héroes y villanos (con el riesgo en muchas ocasiones de promover estigmas), (5) el discurso de riesgos, (6) el discurso del “virus contenido”, (7) el discurso de la “normalidad”, (9) el discurso de la “nueva normalidad”, (8) los discursos sobre si ¿la responsabilidad es individual, ciudadana, social o compartida?, y (10) el discurso de la coexistencia con el virus.  En este escrito me limitaré a compartirles mis reflexiones sobre tres de los discursos antes mencionados: el discurso de confinamiento, el discurso de coexistencia y el discurso de la “normalidad”.

Estudio crítico del discurso

El discurso se define como una forma de presentar el conocimiento sobre un tema en un tiempo y contexto determinado (van Dijk, 2009).  La Prof. Lydia E. Santiago (2020), nos comparte que el estudio crítico del discurso, según desde la perspectiva de Teun van Dijk (1993), provoca en nosotros dar una mirada a los discursos con la pregunta ¿cuál es la relación entre el discurso, el poder, la dominación y la inequidad social? Santiago (2020), define la dominación como el ejercicio del poder social por las elites, las instituciones o grupos, que resultan en inequidad social, incluyendo inequidad política, cultural, de clase social, etnia, raza, género y orientación sexual. Desde esta perspectiva se intenta ampliar la discusión y el cuestionamiento de los discursos que se construyen actualmente y que promueven la división, la exclusión y opresión.  Se persigue una postura crítica analizando dialécticamente el discurso oficial; ofreciendo y promoviendo discursos alternos para el presente y futuro, tratando de innovar o transformar los esquemas construidos por el discurso oficial y, por consiguiente, resignificando el sentido común dominante (Morales Figueroa, 2013).  En el espíritu de Morales Figueroa (2013), se aspira a que esta crítica del discurso permita abandonar las dimensiones opresivas del mismo y facilitar la construcción de mensajes que asuman un discurso alterno liberador, democrático e inclusivo. La educación en salud crítica tiene un papel clave al abordar los determinantes estructurales de la salud; propicia procesos de apoderamiento, movilización, acción social y de liberación (Green, Tones, Croos & Woodal, 2015). Las consecuencias de no asumir una perspectiva crítica e ignorar el contexto y las relaciones de poder nos conduciría a reproducir mensajes que promueven la división, la resignación, la inacción, la exclusión y la opresión.

Discurso de confinamiento (“Quédate en tu casa”)

El discurso de distanciamiento social y confinamiento parece bastante simple, y no hay duda de que, si se implementa a tiempo, es una forma efectiva de frenar una epidemia en ausencia de soluciones farmacéuticas, según Andrea Bagnato (2020). Esta medida lo que busca aplanar la curva, es decir, reducir la velocidad de contagio para evitar el colapso del sistema de salud. Pero su imposición uniforme en todo un país es problemática si no se acompaña de servicios de apoyo y de estrategias sociales, económicas y de salud pública efectivas para atender las realidades y las necesidades de la población cautiva.

Bagnato afirma que el gobierno de Italia, antes implementar esta medida imaginó un territorio sin fricciones, uno donde la complejidad de las cosas no interferiría con la simplicidad de esta petición a las personas. Según el autor, el confinamiento (“Io resto a casa”), en Italia pasó por alto a los organismos no productivos u hogares no normativos (Bagnato, A., 2020). Bagnato expone que el “hogar” imaginado por el gobierno italiano fue el de una familia heterosexual, acomodada, de vivienda urbana y nuclear; una casa cómoda y lo suficientemente grande como para pasar un período prolongado en el interior; una casa llena de comestibles, con una conexión de banda ancha y múltiples dispositivos para permitir que cada miembro de la familia continuara trabajando o estudiando. Según Bagnato, este “hogar” estaba muy lejos de la realidad en la mayoría de la población en Italia.

En Puerto Rico surgieron diversas iniciativas individuales con el mensaje “Quédate en tu casa”. Este mensaje parecía el adecuado y hasta necesario ante esta pandemia de la cual poco conocíamos. En mi confinamiento pensé y compartí en la reflexión con mi comunidad … ¡Qué bueno que puedo quedarme en casa y trabajar a distancia!, Me siento segura, estoy haciendo lo correcto por mí, por mi familia, mi comunidad y mi país.

Luego pensé un poco más… y me cuestioné y cuestioné este discurso ¿Cómo se deben estar sintiendo las personas que tienen que ir a trabajar? ¿Qué mensaje llevo a mis estudiantes que tienen que trabajar? ¿Cómo se están sintiendo? ¿Cómo se sienten sus familias? ¿El utilizar el #Quédate en tu casa constantemente obviando discursos alternos me hace caer en contradicciones con mi marco teórico? ¿Estaré llevando a algunas personas con tantos mensajes de Quédate en tu casa a un proceso de mayor ansiedad y al deterioro de su estado de salud mental? ¿Qué pasaría con las personas en situaciones de maltrato, con las personas sin hogar, con aquellas que no tienen las condiciones necesarias para quedarse en su casa, con los que carecen de una casa cómoda como para pasar un período prolongado en el interior o de una casa llena de alimentos con una conexión de banda ancha y múltiples dispositivos para que cada miembro de la familia continuara con su trabajo y estudios y con quienes perdieron sus ingresos? Y me pregunto ¿cómo este mensaje (#Quédate en tu casa) podría promover la división, la exclusión y la opresión? ¿Cómo podemos atender a los grupos excluidos?

Desde esta perspectiva compartí con mis estudiantes que tenemos que incluir en nuestro discurso alterno, al que inevitablemente tiene que ir a trabajar, al que simplemente no podía quedarse en su casa. Los educadores en salud debemos afrontar con valor el gran reto de incluir al que no tiene voz en los discursos. De igual forma, debemos internalizar que somos diferentes y entender que esta medida de confinamiento tendría y tendrán un alto costo social e impacto desproporcionado en los grupos marginados. Los profesionales que asumen este marco teórico intentan construir mensajes que cuestionan las ideas que mantienen y promueven esta desigualdad social. Tenemos que promover los servicios de apoyo y las estrategias sociales, económicas y de salud pública para atender las necesidades de estas poblaciones.

Afortunadamente han surgido otros discursos alternos que nos sirven de ejemplo y que parten de la idea de que somos diferentes. Entre ellos quisiera mencionar el trabajo de mi colega Milton E. Rodríguez que llevó una campaña titulada Paying it forward: Spreading love to his community a través de la cual brindó apoyo y acompañamiento a los jóvenes, en especial, a miembros de la comunidad LGBTQI+ que estaban en cuarentena atrapados en espacios inseguros y de rechazo. De igual forma, surgieron mensajes alternos en Mesa Social, Comedores Sociales de Puerto Rico y otros dirigidos específicamente a las mujeres del país, entre los cuales quisiera destacar los mensajes del Centro Mujer y Salud y los mensajes y estrategias de organizaciones como Taller Salud y Proyecto Matria. Pero, ¿Habrá sido suficiente para atender el alto costo social del confinamiento y el impacto desproporcionado del mismo en los grupos marginados?

Discurso de la coexistencia (“Tenemos que convivir con el COVID-19”)

La realidad es que el COVID-19 llegó para quedarse (Sullivan & Chalkidou, 2020). El virus es altamente infeccioso, distribuido globalmente y con un gran reservorio de población con síntomas leves o asintomáticos. Salvo un cambio repentino en la patogénesis del SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad COVID-19), con la disminución estacional de la pandemia y/o una vacuna segura y efectiva, este nuevo coronavirus continuará circulando y re-infectando poblaciones (Sullivan & Chalkidou, 2020).

El discurso de país apalabrado por la gobernadora Wanda Vázquez, durante el mes de mayo, expresaba que la ciudadanía tenía que aprender a convivir con el COVID-19 (15 de mayo de 2020, Periódico Metro). De igual forma, en el mes de abril, el secretario de Desarrollo Económico, Manuel Laboy expresó que había que aprender a vivir con esta realidad (27 de abril del 2020, Telemundo Puerto Rico). Asimismo, el presidente de la Junta de Directores del Concilio de Iglesias en Puerto Rico, Felipe Lozada, afirmó que el COVID-19 es un virus altamente contagioso, que podía ser letal y que la convivencia exigirá una “nueva normalidad” para todo el pueblo, cumpliendo con estrictas medidas (22 de mayo de 2020, Noticel). El reto de este tipo de mensajes es que nos podría llevar a la resignación e inacción o a una acción puramente individual. ¿Cómo este tipo de mensajes impacta mi quehacer profesional y personal?

La estrategia del país inicialmente fue el confinamiento para “aplanar la curva” y luego hemos pasado por aperturas y cierres parciales. Caduff (2020), afirma que estas medidas se perciben como soluciones óptimas, pero no hay garantía de que el esfuerzo para hacer esto realmente impacte el total de muertes a largo plazo. En última instancia, estas medidas son insuficientes porque solo reducen las muertes que advendrían por la sobrecarga del uso de los hospitales. Según Caduff, los confinamientos a nivel nacional no son una solución. Una vez se levantan los cierres, la cantidad de personas infectadas puede aumentar nuevamente. Por eso ha sido tan difícil para los países que adoptaron esta estrategia volver a la vida normal: la estrategia no es sostenible a largo plazo (Caduff, 2020). Los países que han sido reconocidos por el manejo efectivo de la pandemia tienen los siguientes elementos en común: realización de las pruebas, el sistema efectivo de rastreo, el control de los aeropuertos, el uso de mascarillas, el distanciamiento físico, el lavado de manos y la desinfección de superficies, acompañado de un buen plan de restauración del país o dicho de otra forma, un modelo de desarrollo de país a largo plazo.

Mientras escribo estas líneas…, en la Isla estamos a riesgo de contagio, con pruebas escasas, con poco control de los aeropuertos y un sistema de rastreo limitado. ¿Debemos esperar el cierre indefinido? La noción de “esperar y ver” y las medidas de cierre total o parcial que se levantan intermitentemente y luego se vuelven a imponer es un suicidio económico y social si no se implementan de forma efectiva las medidas antes expuestas y se desarrolla un plan de restauración del país a partir de nuestras diferencias. En este momento me parece importante expresar que los cierres totales o parciales significan cosas diferentes para diferentes personas, y no todos están igualmente vulnerables y cuentan con los mismos recursos para afrontar los retos de estas medidas. Entiendo que debemos evitar asumir discursos de resignación y asumir discursos proactivos en nuestras campañas educativas y en nuestra dimensión personal.

Un ejemplo de un discurso alterno a la resignación lo emite Colectiva Feminista en Construcción. Este proyecto ha realizado varias acciones solicitando la realización de pruebas en el País. La manifestación más reciente se realizó colocando bolsas en la entrada de una farmacéutica. Estas bolsas representaban las más de 230 muertes registradas en el país por Covid 19. Entiendo que el reclamo del proyecto buscaba denunciar una aparente injusticia, provocar la acción y la movilización. En específico, expresaban: “El gobierno alega escasez de pruebas, hay falta de transparencia en los datos. Hoy conocemos que desde Puerto Rico, hay farmacéuticas que reciben millonarias exenciones contributivas y que fabrican las pruebas” (5 de agosto de 2020, Colectiva Feminista en Construcción).

Discurso de la “normalidad

Desde el mes de abril, tenemos el discurso de la “normalidad”, y junto a ello la nostalgia. O’Neill (2020), expresa que cuando era niño escuchaba a los adultos, en Gran Bretaña y en Irlanda, hablar de lo maravillosas que habían sido las cosas “antes de la segunda guerra mundial”. Según ellos, todo había sido mejor, más brillante y barato. El autor expresa que ahora está consciente de que la década de 1930 fue, de hecho, una época de mucha tensión, miedo y pobreza para muchas personas en muchos países (O’Neill, 2020).

O’Neill expresa que, durante esta pandemia, al menos en muchas sociedades, la nostalgia vuelve a surgir en el discurso. Muchos mensajes sobre “volver a la normalidad”. En Puerto Rico, incluso llegué a observar un meme que decía “éramos felices y no lo sabíamos” acompañado de una imagen de un tremendo tapón (¡Un tapón!). Y aunque la intención era hacer reír a la audiencia me parece un mensaje muy peligroso para difundir. El peligro de este tipo de mensajes es que nos lleva a idealizar nuestra “normalidad” antes de COVID 19, como si la vida antes de la pandemia no tuviese grandes problemas. Si algo nos iba mal en Puerto Rico, no debemos aspirar a volver a eso. Según O’Neill, tenemos razones para querer superar la pandemia. Pero antes de embarcarnos en cualquier proyecto de restauración, vale la pena pensar si las cosas en el pasado reciente son las que queremos restaurar. ¿Cuál ha sido nuestro reciente “normal”? ¿Deberíamos tratar de volver a ese “normal”?

Según O’Neill, la globalización y las tecnologías digitales han transformado nuestras vidas. Vivimos en extrema desigualdad económica e inequidad social. Estamos siendo testigo de la destrucción de ecosistemas: el aumento de las emisiones de carbono ha respaldado formas de vida insostenibles. Al alcanzar nuestra reciente “normalidad”, el mundo desarrollado se conformó con la dependencia de cadenas de suministro cada vez más largas y una dependencia cada vez mayor de proveedores distantes. En Puerto Rico, el discurso oficial apalabrado por la gobernadora Wanda Vázquez, afirmaba que las proyecciones médicas y científicas nos señalan que en ese momento era poco probable retomar la normalidad como la conocíamos antes de que nos atacara este mortal virus (1 de mayo de 2020, NotiUno). El peligro de este discurso oficial es que posiciona solamente al virus como el responsable de la situación e impedimento para el regreso a la normalidad reciente. Un discurso alterno alineado a este asunto lo ofrece Maristella Svampa (2020), para la revista Nueva Sociedad. La autora expresa que debemos evitar esta ceguera epistémica y atender las causas socioambientales de la pandemia que muestran que el enemigo no es el virus en sí mismo, sino aquello que lo ha causado. Asimismo, afirma que, si hay un enemigo, es este tipo de globalización depredadora y que, aunque este asunto circula por las redes sociales y los medios de comunicación, no entra en la agenda política.

Y me cuestiono nuevamente en mi espacio de reflexión, ¿El discurso oficial nos lleva a una ceguera epistémica? ¿Estamos trabajando por resolver la verdadera causa de esta situación? En nuestra Isla, ¿Qué aspectos de nuestro pasado reciente como país valdrían la pena reconstruir, y cuáles sería mejor abandonar? Debemos preguntarnos qué podemos y qué debemos hacer, y qué no debemos hacer. ¿A qué vale la pena volver y a qué no? ¿Qué deberíamos hacer? ¿Qué deberíamos cambiar?  La “normalidad” reciente incluye la desigualdad económica, la inequidad social y los patrones de producción y consumo irresponsables. Estos patrones provocan la degradación medioambiental y ponen en peligro los sistemas que necesitamos para el desarrollo futuro y la supervivencia. La “normalidad” reciente es el problema y probablemente nos conducirá a otras pandemias.

Conclusiones

Hemos pasado muchos días de confinamiento y luego de este acercamiento a los discursos quisiera resaltar varios asuntos.

1) El confinamiento ha tenido y tendrá un alto costo social e impacto desproporcionado en varios grupos, en especial, en los grupos marginados. Los profesionales que asumimos este marco teórico debemos internalizar que somos diferentes y partir de ahí para construir mensajes que cuestionen las ideas que mantienen y promueven la desigualdad social.

2) Las medidas de cierre total o parcial no son sostenibles a largo plazo. Los países que han sido reconocidos por el manejo efectivo de la pandemia han implementado las siguientes acciones: realización de las pruebas, desarrollo de un sistema efectivo de rastreo, control de los aeropuertos, el uso de mascarillas, el distanciamiento físico, el lavado de manos y la desinfección de superficies, todo esto acompañado de un buen plan de restauración del país. Los salubristas de la Isla debemos abogar por la implementación de este conjunto de medidas.

3) La normalidad reciente es el problema. Entiendo que los salubristas debemos abandonar esta ceguera epistémica y reconocer que la normalidad reciente incluye la desigualdad económica, la inequidad social y los patrones de producción y consumo irresponsables. La implementación de las mencionadas acciones contribuye a la destrucción de ecosistemas y nos conducirá a otras pandemias. Así que antes de embarcarnos en cualquier proyecto de restauración del País, pensemos si las cosas en el pasado reciente son las que queremos restaurar y construyamos un mejor Puerto Rico.

4) Los salubristas que se posicionen en este marco teórico podemos continuar desarrollando y apoyando las campañas de educación y comunicación dirigidas a audiencias específicas. Un ejemplo de campañas aplicadas a su audiencia son los carteles que ha promovido la organización sin fines de lucro G-8, Inc. (“Mera Waoooooo… Ponte la mascarilla”). De igual forma, los salubristas debemos velar por que se respeten los derechos humanos, promover proyectos que emulen los principios de la naturaleza y buscar alternativas viables para afrontar nuestros problemas. También continuar apoyando esfuerzos y construyendo con liderazgo diversos proyectos salubristas que estimulen el escuchar, el dialogar, que partan de las necesidades y de los recursos básicos con los que cuenta la comunidad, que tomen muchas de las decisiones por consenso, que establezcan metas colectivas a partir de nuestras diferencias y que le den tiempo suficiente a la planificación, la implementación y la evaluación de las decisiones tomadas.

Santiago (2020), expresa que nuestras contribuciones académicas pueden aportar al cuestionamiento y al desarrollo de nuevas formas de estudiar el mundo y nuevas formas de explicarlo. Lo que nos plantea un gran reto a los educadores en salud y salubristas: estudiar nuestros discursos, con una mirada crítica y corregirlos cuando caemos en contradicciones.  El mayor beneficio de estas acciones es provocar el desarrollo de discursos alternos y formas inclusivas para atender la pandemia que reconozcan la inequidad económica y social y que propongan acciones a partir de las diferencias.

Referencias

Bagnato, Andrea. (2020). Staying at Home. E-flux. Recuperado el 17 de julio del 2020. https://www.e-flux.com/architecture/at-the-border/329404/staying-at-home/

Bernard-Henri Lévy (2020). Bernard-Henri Lévy quita la máscara al coronavirus. El Cultural. Recuperado de https://elcultural.com/bernard-henri-levy-quita-la-mascara-al-coronavirus

Caduff, C. (2020). What Went Wrong Corona and the World after the Full Stop. Recuperado el el 17 de julio del 2020. Recuperado de https://www.academia.edu/42829792/What_Went_Wrong_Corona_and_the_World_after_the_Full_Stop

Colectiva Feminista en Construcción. (5 de agosto de 2020). Recuperado de https://www.facebook.com/Colectiva.Feminista.PR/

Concilio de Iglesias expresa reparos con el manejo de rastreos de COVID-19. (22 de mayo de 2020). Noticel. Recuperado de https://www.noticel.com/gobierno/ahora/top-stories/20200522/concilio-de-iglesias-expresa-reparos-con-el-manejo-de-rastreos-de-covid-19/

Gobernadora comienza a abrir la economía por secciones. (1 de mayo de 2020). NotiUno. Recuperado el 30 de mayo de 2020 de https://www.notiuno.com/covid-19/gobernadora-comienza-a-abrir-la-econom-a-por-secciones/article_ce3c6ef2-8b94-11ea-8d66-67be1c0045c0.html

Green, J. Tones, K., Croos, R. & Woodal, J. (2015). Health Promotion Planning & Strategies. (3ra edición). London: Sage.

Manuel Laboy: “Hay que aprender a vivir con esta realidad”. (27 de abril del 2020). Telemundo Puerto Rico. Recuperado de https://www.telemundopr.com/noticias/puerto-rico/manuel-laboy-hay-que-aprender-a-vivir-con-esta-realidad/2075227/

Morales Figueroa, S. (2013).  El discurso hegemónico desde una perspectiva relacional y dialéctica.  Recuperado el 17 de julio de 2020 de https://www.yumpu.com/es/document/view/12571263/el-discurso-hegemonico-desde-una-perspectiva-relacional-y-dialectica

O’Neill, O. (2020). Do we really want things to go back to normal post-Covid-19? The Irish Times.  Recuperado el 17 de julio del 2020. https://www.irishtimes.com/opinion/do-we-really-want-things-to-go-back-to-normal-post-covid-19-1.4250554

Santiago, L. E. (2020). La tragedia del discurso: relato de cuarentena. 80 grados. Recuperado el 17 de julio del 2020. https://www.80grados.net/la-tragedia-del-discurso-relato-de-cuarentena/?fbclid=IwAR3BdJSBYEoPivu7pHTOWsy_oHGsSrfzrSwB5s_GHFD0qL23kHLlR8ebVAs

Sullivan R. y Chalkidou, K. (2020). Urgent Call for an Exit Plan: The Economic and Social Consequences of Response to COVID-19 Pandemic. Centre for Global development website. Recuperado el 17 de julio de 2020 de https://www.cgdev.org/blog/urgent-call-exit-plan-economic-and-social-consequences-responses-covid-19-pandemic

Svampa, M. (2020).  Reflexiones para un mundo post-coronavirus. (2020). Nueva Sociedad. Recuperado el 7 de agosto de 2020. https://nuso.org/articulo/reflexiones-para-un-mundo-post-coronavirus/

Van Dijk (2009).  Discurso y poder: Contribuciones a los Estudios Críticos del Discurso. España: Editorial Gedisa, S. A.

Wanda Vázquez: “Tenemos que aprender a convivir con el COVID”. (15 de mayo de 2020). Metro. Recuperado de https://www.metro.pr/pr/noticias/2020/05/15/wanda-vazquez-tenemos-que-aprender-a-convivir-con-el-covid.html

La autora es profesora en en Salud Pública en la Escuela Graduada de Salud Pública de la UPR.


Sobre PRTQ
PRTQ

Todos los textos que se agrupan bajo esta firma son publicados por la redacción de PRTQ en colaboración con organizaciones, amigos o amigas de los movimientos comunitarios.


Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ

Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.

Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.