¿Quién está en control?

¿Quién está en control?

Luis Gallardo evalúa la aprobación del Plan Fiscal por la Junta de Control Fiscal y los planes de austeridad para Puerto Rico.

La aprobación del Plan Fiscal por parte de la Junta de Control federal está pasada semana no representan un momento histórico ni una ruptura con el pasado. El Plan es meramente otra manifestación más de la misma política pública que hemos seguido por la última década. Es otro ejemplo de la clase política utilizando el miedo hacia la austeridad “heavy” para imponernos la austeridad “lite”, aún si votamos por otra cosa.

Ricardo Rosselló hizo campaña denunciando las decisiones financieras de su predecesor. Para Ricky, la deuda era pagable, los impuestos abusivos y la moratoria mala. Inclusive, prometió invertir $400 millones adicionales en la UPR de llegar a la gobernación. Sin embargo, cuando llegó el momento de actuar, ni Ricky ni el pueblo estaban tomando las decisiones. Ya la mayoría de sus promesas de campaña han sido descartadas, y su gobierno se encuentra implementando las mismas iniciativas que criticó por cuatro años.

Con o sin la Junta de Control, hubiese pasado lo mismo. Si no fueran los miembros de la Junta, hubiesen sido los bonistas de cobertura, y si no, Standard & Poor’s. Alejandro García Padilla estaba en la misma situación hace cuatro años atrás, en un corre y corre constante para aprobar medidas de austeridad “lite” para mantener contentos a los Moody’s de la vida. Sea con la venta del aeropuerto, los aumentos, eliminación de beneficios y la continuación de exenciones contributivas reaganistas a los extranjeros millonarios, llegó a impulsar las mismas políticas que criticó el cuatrienio anterior. Hace rato no estamos en control.

Cada recorte o impuesto, era necesario para evitar algo peor. Pero pocos meses después, venía otra medida neoliberal con la misma justificación. Quizás se le zafó el “me vale”, pero en sus acciones, el gobierno continuó con una política pública diseñada únicamente para pagar una deuda insostenible – todo en contra de su lema de campaña “Primero la gente”. Cuando por fin reconoció la inevitabilidad del impago, ya era académica la gestión.

Similarmente, Luis Fortuño hizo campaña de  “Juntos hacia el cambio”. Recordamos todos el lema de que el único que iba perder su trabajo era Aníbal. Sin embargo, a pocos meses de la juramentación, había aprobado el despido de empleados públicos más grandes en la historia de Puerto Rico. Denunció los impuestos, pero impulsó los suyos.

Ya las plataformas de los candidatos carecen de credibilidad. No importa si votas por un cambio, te seguirán imponiendo impuestos e implementando la austeridad “light” no importa lo que prometieron durante sus campañas. El efecto de esto es hacer impotente nuestro voto, donde pase lo que pase en las urnas, los mercados de bono y sus portavoces como las casas acreditadoras y la junta de control seguirán corriendo el país. Nos toca a nosotros ocupar los espacios, tomar las calles y apoderarnos de nuestras comunidades, ejerciendo y exigiendo una mayor participación. Los políticos de turno no nos van a salvar.

Por Luis Gallardo


Sobre PRTQ
PRTQ

Todos los textos que se agrupan bajo esta firma son publicados por la redacción de PRTQ en colaboración con organizaciones, amigos o amigas de los movimientos comunitarios.


Únete a nuestra comunidad y apoya a PRTQ

Para continuar haciendo nuestra labor de forma económicamente sustentable, contamos con las contribuciones de nuestra membresía.

Por tan solo $5 al mes, nuestra membresía recibe un email mensual con un resumen de todos los artículos que publicamos ese mes, y tiene la habilidad de dejar comentarios en los artículos en nuestra página web y participar así de la conversación que generen nuestros y nuestras autores y autoras.