Ya no está en debate si somos una colonia. El país entero lo afirma sin mayores problemas. En muchas ocasiones hemos escuchado que la relación de Puerto Rico y Estados Unidos es indigna. Que es mucho más el dinero que nos sacan que lo que nos transfieren. Pero en pocas ocasiones se puede retratar fácilmente, porque las injusticias y la “sacaera” de chavos se manifiestan en un palabreo característico de economistas y abogados.

La última manifestación del colonialismo se presentó como parte de un caso en el Tribunal de Primer Circuito en Boston y lleva el nombre de US vs Vaello- Madero. ¿En palabras simples, qué dice el caso?

En el 2003, un boricua  que vivía en Nueva York se cansó del frió y volvió a su isla. Este recibía un dinero que el gobierno federal asignaba mediante un programa que atiende a las personas mayores de 65 años que fueran ciegos o incapacitados. Este programa llevaba el nombre de Seguro Social Suplementario. El monto recibido era de $733.00 mensuales y unos $1,100.00 adicionales (para un total anual de $9,896.00, los cuales son buenos para cualquier viejo/a). Un día, disfrutando del calor caribeño, recibió una carta seca (como solo sabe hacer el IRS), diciendo que tenía que devolver  $28,081.00. Buscando atender la traumática situación, el puertorriqueño buscó ayuda legal, llegando el caso al tribunal.  Allí el  juez estadista, Juan Torruella, dijo que el Congreso de Estados Unidos había discriminado con los viejos puertorriqueños por no extender esta ayuda a los residentes de la Isla.

Resulta que el Congreso al legislar esta ayuda, excluyó a los puertorriqueños de recibir la misma.  El Congreso, al recibir la carta del Tribunal de Primer Circuito en Boston anunciando el fallo en su contra, dijo que ellos habían sacado a Puerto Rico del beneficio legislado, ya que estos no pagaban contribuciones federales, así que no merecían la ayuda. En los argumentos del caso, los abogados, rebatieron que a pesar de que los puertorriqueños no pagaban contribuciones directas al Tesoro Federal (Departamento de Hacienda de Estados Unidos), si pagábamos sobre $4 mil millones en otras contribuciones. Resulta que el pago que hacemos todos los años (los puertorriqueños), mediante otras contribuciones es mayor al pago que realizan seis estados.

¿Qué se espera en el próximo capítulo? El Congreso (al igual que hizo en 1978 y 1980), puede decir que ellos mandan sobre Puerto Rico y que a ellos les da la gana discriminar.  Lo que prevén los abogados es que el caso llegue hasta el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Allí los jueces nombrados por Donald Trump, decidirán que en el caso particular de Puerto Rico, se puede discriminar.  Todo esto dejando a un lado su propia Constitución, cuando dice que existe una “Igual Protección de las Leyes” para todos los ciudadanos. De suceder este desenlace, se pondrá de manifiesto la desigualdad entre la ciudadanía en los estados versus la ciudadanía en la colonia

Sirva el caso para poner en perspectiva que el Gobierno, el Congreso y el Tribunal de Estados Unidos hacen lo que les da la gana con Puerto Rico. Que los $1,200.00 que van a llegar no son un regalo, ni tampoco los fondos para la recuperación del huracán María (fondos CDBG), sino son parte del sistema de explotación que tienen con su colonia.

Sobre Ángel Pérez Soler

Trabajador Social e Historiador