Nuestra Escuela: Educación Alternativa basada en el amor y el respeto

Nuestra Escuela: Educación Alternativa basada en el amor y el respeto

Nuestra EscuelaLlegar al centro de la organización sin fines de lucro, Nuestra Escuela (NE), ubicado en la calle Georgetti, en el casco del pueblo de Caguas, no es acercarse a una escuela tradicional donde las estructuras suelen ser rígidas e inalterables, donde es usualmente el maestro el que habla y el estudiante el que escucha. En NE quienes determinan la manera en que quieren aprender las destrezas que les faltan para obtener el diploma de cuarto año, son los jóvenes, asistidos por maestros con gran compromiso y vocación. Las puertas de los salones han sido rotuladas con las palabras que recogen los valores de la institución como el amor y el respeto. En el interior de las aulas se observan jóvenes relajados, sonrientes, entusiasmados. Meriendan o desayunan mientras estudian la lección.

Los grupos son pequeños, de menos de doce estudiantes. En la clase de ciencia los estudiantes seleccionaron temas con los que se identifican para aprender el método de investigación. En la clase de español la maestra habla inglés frente a un grupo compuesto por jóvenes cuya primera lengua no es el español. Los trabajos de esa clase no fueron redactados en la típica cuartilla. Los textos fueron montados en coloridas piezas de arte que adornan la pared del salón. El arte es un elemento fundamental en NE. Es un vehículo de desahogo, un instrumento terapéutico, es un medio de comunicación. Se promueve. Se le da rienda suelta.

Pudiera sonar idílica la descripción de “la escuela” pero es que NE viene a ser la luz al final del túnel oscuro que enfrentan miles de adolescentes que en Puerto Rico, por una razón u otra, abandonan la escuela tradicional. Nuestra Escuela se convierte en su institución de educación alternativa, su casa y los lleva de la mano hasta que obtienen el diploma de cuarto año. Lo logra no en los términos de la escuela tradicional, sino en un marco de comunicación que se amolda a la necesidad de cada joven.

Por eso el fundador y presidente de NE, el educador Justo Méndez Arámburu, explica que: “los valores de Nuestra Escuela son replicables porque se basan en amor y respeto, pero el modelo no lo es porque trabaja la contextualización y la personalización del proceso educativo. Se le transfiere la responsabilidad de la educación al estudiante. Es por eso que ninguno de nuestros centros opera de la misma manera. Los jóvenes que llegan aquí necesitan motivaciones individualizadas y personales que en la escuela tradicional no son necesariamente trabajadas”.

Desde fundada, NE ha graduado sobre 1,300 jóvenes. Actualmente, cuenta con centros en el pueblo de Caguas, en la comunidad La Barra, en el Centro TAO, en Loíza y en Vieques.

El universo estudiantil de la organización se compone de adolescentes que llegan porque algún miembro de su familia ya se ha beneficiado de sus servicios, o porque están bajo la custodia del Departamento de la Familia y la agencia los matricula. También NE sirve como programa de desvío para aquellos jóvenes que hayan llegado al tribunal por cometer alguna falta menor.

“Una de las visiones de NE es dejar de existir por no ser necesarios”, agregó Méndez Arámburu.

El educador planteó que los planes para mejorar la educación pública en Puerto Rico no pueden basarse en los resultados de pruebas estandarizadas.

“¿Por qué tenemos que medir a todo el mundo por igual? Sabemos que aquellos jóvenes que tengan dificultades en sus destrezas de lectura, que presenten déficit de atención y/o hiperactividad, no van a responder a las pruebas estandarizadas. En Puerto Rico sí existen organizaciones sin fines de lucro que han probado ser exitosas en llevar a los jóvenes a obtener su diploma de cuarto año y a mejorar su educación. La capacidad de estas organizaciones, su fuerte, no está en la administración, sino en sus servicios programáticos que vienen a llenar el aspecto socioemocional de estos jóvenes¨, planteó el educador.

Méndez Arámburu aseguró que una verdadera revolución para reformar la educación pública en Puerto Rico, debe surgir precisamente desde lo público, promoviendo una revisión e implantación de la propia Ley Orgánica del Departamento de Educación donde se promuevan las alianzas con las organizaciones sin fines de lucro como entes de apoyo a la escuela y contando con la participación activa de los Consejos Escolares.

“Organizaciones como Nuestra Escuela podemos dar apoyo y ser aliadas del Departamento, pero no estamos para administrar”, subrayó Méndez Arámburu.

Historias de Éxito

El 65 por ciento de los egresados de NE ha obtenido bachillerato, maestría o certificados en estudios especializados. Eso se observa en el propio centro en Caguas donde gran parte de los empleados  han sido graduados del proyecto. Estos deciden volver a “la escuela”, que no es otra cosa que su casa o su familia.

Tal es el caso de Jorge Vázquez Sánchez, de 28 años, quien actualmente se desempeña como auxiliar de sistemas de información.

Diez años atrás, en el 2008, a Jorge le faltaba poco por terminar la escuela. No obstante, sentía un vacío. Según conversó a PRTQ, la escuela tradicional no le daba la atención que él necesitaba. Se sentía que era un número más. Diversas circunstancias de vida lo llevaron a un hospital y de allí fue referido para NE.

“Yo lo viví y te puedo decir que si un joven no está bien física y emocionalmente no puede seguir para adelante. Fue en esos aspectos que me ayudó NE”, narró Jorge.

Laura Barbosa, quien ocupa el puesto de recepcionista en el centro de Caguas, llegó a NE a los 13 años.

“Yo me hice en Nuestra Escuela”, dijo con orgullo.

El hogar de Laura no era disfuncional ni tampoco existían problemas económicos. Su mamá, madre jefa de familia salía a trabajar y a ella le afectó la ausencia de la figura materna.

“Yo era bien traviesa, de fugas y eso. No me querían en ninguna escuela y por no aceptarme pues iban a referirme al Departamento de la Familia. Fue el Municipio de Caguas el que me ayudó”, comentó.

Hoy día Laura es una joven exitosa, madre de dos niños y cursa su bachillerato con el objetivo de algún día convertirse en trabajadora social.

También Glendaliz Molina, de 32 años, es ejemplo del éxito de NE. Hoy se desempeña como asistente administrativa en el centro, ha obtenido múltiples certificaciones profesionales y es madre de tres menores.


Sobre Sara Justicia Doll
Sara Justicia Doll


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