La tierra en manos jóvenes: una meta del siglo XXI

La tierra en manos jóvenes: una meta del siglo XXI
1- Marissa y bueyes
Marissa ahora labra la tierra, consciente de la importancia de la seguridad alimentaria.

Son muchos los jóvenes en el país que sienten preocupación por la seguridad alimentaria de la Isla. Pero, como dice el refrán, “del dicho al hecho hay un gran trecho”. Y es que a pesar de esta intranquilidad, la poca información sobre todo lo que se puede lograr cultivando la tierra los ha dejado cruzados de brazos. La diferencia la hacen los jóvenes que una vez obtienen esta educación han continuado trabajando en el campo agrícola. Este es el caso de Marissa Reyes Díaz y Duamed Colón Carrión, quienes han convertido su inquietud en práctica.

A pesar de no ser la agricultura su profesión, desde hace tres años, Marissa ha trabajado en distintos proyectos, investigaciones y fincas agroecológicas, logrando así su certificación en arado con bueyes.

Todo comenzó al terminar su bachillerato en manejo de vida silvestre en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Duamed Colón, quien es un joven agricultor, estaba escaso de personal e invitó a esta chica criada en Caguas a trabajar en su proyecto de agricultura sustentable “Agro Tropical”. Este proyecto en la Estación Experimental Agrícola en Gurabo fue su primer trabajo en la agricultura y el detonante del inicio de un amor por la tierra.

Luego de esta primera experiencia Marissa continuó haciendo trabajo voluntario donde quiera que la invitaran. Su segunda práctica comienza cuando le llega una boleta para formar parte de un taller de agroecología en la finca “Josco Bravo”.

Al preguntarle un poco más sobre este proyecto la joven explicó que comenzó como un curso y se volvió un proyecto comunitario. Este grupo, a demás de darle mantenimiento al huerto ofrece talleres que comienzan desde como trabajar un terreno hasta posibles insecticidas naturales. De manera que no solo le brinda la oportunidad de mantenerse ejecutando lo que ha aprendido si no que da espacio a una educación continua.

Siendo esta chica una representación femenina en el campo de la agricultura, fue preciso preguntar cuan activa es la participación de la mujer en este campo. Reyes no dudó en contestar, “lo veo más engranado”. Sonrió, y como anécdota narró que en su primera experiencia era la única mujer que trabajaba en los terrenos pero para su sorpresa en “Josco Bravo” no fue así. Ahora mismo Marissa está trabajando en el desarrollo de su propio proyecto para lograr que la agroecología se convierta en su trabajo a tiempo completo.

6- DUAMED
Duamed Colón en su finca de Gurabo.

Por otra parte, la experiencia de Duamed Colón Carrión comenzó cuando el Dr. Abraham Ruiz, profesor suyo durante el bachillerato, llevó a un grupo de estudiantes a su finca. Allí luego de sembrar plátanos y arar con bueyes, Ruiz les advirtió sobre la rentabilidad de la agricultura como trabajo, lo que llamó la atención del joven.

Motivado en gran parte por este profesor, al terminar su bachillerato en Biología Marina en la UPR, Recinto de Humacao, Duamed comenzó sus estudios graduados en Ciencias Agrícolas en el Colegio de Mayagüez. La necesidad de producir alimentos en Puerto Rico y el gran potencial de negocio que representa la agricultura fueron las dos razones que despertaron su interés por convertirse en un emprendedor en esta rama de la ciencia.

Luego de varias propuestas, cartas y reuniones, el joven obtuvo un espacio en la Estación Experimental Agrícola en Gurabo, pueblo donde reside. Allí hace aproximadamente ocho años, trabaja la tierra y actualmente siembra plátanos, ajíes dulces, calabazas y semillas de plantas cobertoras, estas últimas sirven como abono. Su producción llega a distintos supermercados del país y a otros agricultores a través de Agro Tropical Inc., empresa que él mismo preside.

En un día de trabajo en la finca, Duamed puede cumplir con tareas como administración, recursos humanos, negocio o análisis científico. Este último lo realiza en investigación y desarrollo, actividad que antes estaba en manos de investigadores y profesores que no necesariamente conocen a fondo la agricultura. “Ahora los agricultores tomamos decisiones con respecto a los temas que se están investigando y a la forma en que se hacen las investigaciones. Esto lo que produce es que ese proceso de investigación responda directamente a las necesidades que el agricultor tiene”, explicó.

Como parte de sus planes a largo plazo, el agrónomo mencionó que aspira a continuar aumentando la escala de producción e innovando para poder seguir aportando al desarrollo de la agricultura puertorriqueña. “No hay por qué tener complejo de quedarnos aquí sin mirar otras tecnologías y otros sistemas de producción”, concluyó.

Educación, clave para un relevo generacional

7- AJI DULCE Duamed

Con el pasar de los años, la agricultura se ha convertido en un trabajo abandonado por los jóvenes. Así lo confirma el Censo Agrícola de Puerto Rico para el año 2012, que se realiza cada cinco años, registrando que más de un 65 por ciento de los agricultores del país son mayores de 55 años de edad.

Los profesores del Departamento de Ciencias Agrícolas de la UPR, Recinto Mayagüez, María del Carmen Librán, Luis F. Silva Guerrero y Ángel Luis González Rodríguez, demandaron la necesidad de más educación agrícola en el país.

Librán, quien es profesora de horticultura, explicó que hay un desconocimiento general sobre la importancia de la agricultura. “La falta de educación y orientación en las escuelas llega por la misma inconciencia que tienen los maestros sobre su importancia”, expresó. De manera que se debe comenzar por hacer consientes a los maestros de esta carencia.

Librán contó una anécdota que vivió un estudiante suyo en una escuela de Guayanilla, su pueblo natal. Explicó que el estudiante en medio de una charla sobre apicultura, actividad dedicada a la crianza de las abejas, instó a los alumnos a estudiar ciencias agrícolas y la respuesta que recibió de uno de los niños fue: “Eso es de pobres”. Aunque el estudiante intentó aclarar a estos niños que estaban equivocados y el alcance de la agricultura, la frustración fue evidente.

Comentó que el problema estriba en la seguridad equivocada que tienen las personas de que los alimentos siempre estarán disponibles. Pero en realidad, “hubo una mano obrera que labró la tierra”, afirmó Librán.

Mirando a un futuro agrícola

Es imperativo que la Isla se mueva a desarrollar la agricultura local y sobre todo que fomente la mano de obra joven para su crecimiento. Con este progreso se beneficiarían además otras actividades económicas así como la salud.

La profesora Librán manifestó que ha notado un aumento en el interés de los jóvenes por la agricultura en los últimos cinco años. Mientras, el profesor Silva aseguró: “Siempre va a haber un grupo interesado en trabajar el campo”.

Duamed comentó que hay mucho entusiasmo y compromiso, sobre todo en aquellos jóvenes que al igual que él, no estudiaron agricultura como primera opción pero ven esta como una forma en su área de profesión. “Como fenómeno social creo que es algo interesante”, añadió el joven, subrayando a su vez la importancia de crear y hacer disponibles más y mejores oportunidades para la juventud puertorriqueña.

9- EEA Duamed
La finca de Gurabo no es un sueño.

Sobre Nicole M García Pérez
Nicole M García Pérez

Estudiante de Periodismo de la Escuela de Comunicación, Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Pertenece al Seminario sobre Periodismo Comunitario que coordina el profesor Luis Fe


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